En 2014 se publicaron los primeros resultados en el ‘Journal of Virology’. Hasta la fecha, la inyección ha sido probada con éxito en ratones y monos. La próxima fase sería iniciar el ensayo clínico, pero aún no tienen el dinero.
El virus del Chikungunya, que desde 2004 ha infectado a millones de personas en África y Asia y que en la actualidad ha llegado a las costas mediterráneas (ya se ha detectado el primer caso en España) del Caribe, cuenta con un prototipo de vacuna desde hace varios años. La inmunización en cuestión forma parte de un proyecto de un consorcio europeo con participación española del que en 2014 se publicaron los primeros resultados en la revista Journal of Virology.
Las investigaciones para desarrollarla comenzaron en el año 2012, cuando científicos suecos, franceses y españoles del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) se percataron de la necesidad de “crear una vacuna frente a esta enfermedad que la sociedad no conocía, pero que los científicos estábamos al tanto de que no tenía inmunización”, señala en conversación con EL MUNDO Juan García Arriaza, investigador postdoctoral del CNB y uno de los participantes en los trabajos. “Iniciamos el desarrollo de esta vacuna porque la enfermedad se estaba extendiendo por todo el Índico y en cuestión de pocos años había más de dos millones de personas infectadas”, cuenta Mariano Esteban, el principal investigador del grupo español.
Con este objetivo, se creó una vacuna que expresaba “los antígenos estructurales del virus” y que se probó en ratones, en España. “Vimos que era segura y que activaba la inmunidad”, relata García. Más tarde, en Suecia, “se hizo un ensayo de protección donde vimos que los ratones vacunados estaban protegidos al 100% de la inoculación del virus”, y finalmente, ya en Francia, “se ha vacunado a monos y se ha comprobado que los que recibían la inyección estaban protegidos al 100%, mientras que los macacos no vacunados desarrollaban la enfermedad”, cuenta García, quien subraya que aunque estos resultados son “muy fiables” todavía están pendientes de ser publicados.
Dos millones de euros
Así las cosas, la siguiente fase sería probar este prototipo de vacuna en humanos. Esto es, empezar el ensayo clínico en personas. Pero por el momento, la investigación está parada a la esperar de encontrar la financiación necesaria para este proceso. Y según los investigadores, necesitarían unos dos millones de euros para poder poner en marcha este proceso. “Habría que mover ficha para seguir hacia adelante, esperemos que el Gobierno destine más apoyo a la ciencia y podamos realizar el ensayo en personas”, expresa García.
Tanto él como Esteban esperan que la aparición del primer caso en España, algo que consideran “tremendamente importante”, haga a las autoridades tomar conciencia de la relevancia de esta enfermedad y aprobar la financiación necesaria que podría dar con una vacuna contra este doloroso virus que provoca fiebres muy altas, fuertes dolores en las articulaciones, desórdenes cerebrales, trastornos neuronales, y en uno de cada 1.000 casos, la muerte.
Habrá más casos en España
Para Esteban, el caso español no ha sido una sorpresa: “Sabíamos que el mosquito tigre ya estaba en toda la cuenca mediterránea, y que esto podía pasar de un momento a otro”. Este investigador del CNB asegura que “indudablemente” los casos de Chikungunya en nuestro país “irán en aumento”, porque “una vez que el mosquito pica a alguien, la infección se va transmitiendo”.
No obstante, estos investigadores ven esta crítica situación como una oportunidad: “Tenemos la posibilidad de que España asuma un papel importante en la lucha contra esta pandemia, ya que somos capaces de hacer unos ensayos clínicos que puedan ser importantes no sólo para nuestro país sino a nivel global”, explica Esteban. Inicialmente, la idea de este grupo era, en el supuesto de que obtuvieran la financiación necesaria, iniciar los ensayos clínicos en Brasil y en Colombia. Pero, el caso español abre la posibilidad, explica Esteban, a “iniciar una fase clínica también en esta zona”.
Sin embargo, a pesar de que los científicos aseguran “tener el stock listo para ser producido e iniciar esta fase clínica” todo está subordinado a que el dinero se ponga encima de la mesa. Para ello, “lo importante es que España tome alguna responsabilidad a nivel ministerial”, opina Esteban.