Los cuernos de rinoceronte son en Asia más valiosos que el oro: hasta 100.000 dólares puede valer un kilo. Biotecnólogos ofrecen una alternativa sintética para salvar a estos animales en vías de extinción.
La matanza de rinocerontes crece al ritmo de la producción de supuestos medicamentos, alimentos y la bisutería que usa el cuerno de rinoceronte. La consecuencia: solo quedan 23.000 rinocerontes en estado silvestre. Una empresa en San Francisco ofrece una alternativa a los cuernos naturales.
Matthew Markus es uno de los biotecnólogos que ha producido ya tres prototipos de cuernos sintéticos con los que su empresa, Pembient, busca reemplazar los cuernos naturales de los rinocerontes y así, impedir su extinción.
En los últimos ocho años, la caza furtiva ha alcanzado niveles récord. Según Mateo Markus, “en 2014 fueron sacrificados 1215 rinocerontes, sólo en Sudáfrica”. Eso significa la eliminación del 4% de la población total de rinocerontes. Peor aún, acota Markus: “Hemos llegado a un punto en el que el número de rinocerontes que nace es igual al que muere”.
El bioquímico George Bonaci, socio de Pembient, explica que los cuernos de rinoceronte se componen, principalmente de queratina. “Esta es la misma proteína de la están compuestas las uñas y el pelo”. A la queratina en los cuernos se suman muchas otras materias orgánicas e inorgánicas.
Más sanos que los cuernos naturales
Los materiales que usan los biotecnólogos y bioquímicos de Pembient para fabricar un cuerno sintético son un secreto empresarial. En todo caso, la sustancia química es secada en un horno y luego pasada por una impresora 3-D para modelar el cuerno sintético. Como contiene ADN natural, su superficie exterior no se diferencia de un cuerno original.
Bonaci agrega que el cuerno de laboratorio puede ser incluso más sano que uno natural “porque no contiene toxinas como plomo y pesticidas que los animales ingieren en sus reservas naturales”.
Un buen argumento de venta con el que Matthew Markus busca convencer a potenciales inversionistas o fabricantes de medicinas, bebidas y bisutería. Y la demanda de cuernos de rinoceronte en China y Vietnam sigue creciendo, aunque afirmen que ellos utilizan cuernos de búfalo.
Aletas de tiburón, huesos de tigre y marfil
Según Markus, los precios de cuernos de rinoceronte oscilan entre 30 y 100 mil dólares el kilo, mientras el kilo de su cuerno sintético costaría unos 7.000 dólares. Un precio tan bajo que puede llegar a dañar el negocio ilegal de cuerno de rinoceronte y la corrupción administrativa que lo permite. Susie Ellis, directora de la Fundación Internacional de Protección de los Rinocerontes, es escéptica y cree que los consumidores no querrán cuernos artificiales.
Pero Markus y Bonaci aducen que así como la industria de producción de tejidos, telas y pieles sintéticas desplazó el mercado de pieles naturales, así sucederá con los cuernos de rinoceronte. Y concluyen que “no se trata de prohibir las creencias sino de ofrecer una alternativa”.
Alternativas que quieren ampliar a aletas de tiburón, huesos de tigre y marfil. Estos científicos empresarios esperan que no tengan que morir más animales salvajes porque algunos crean que necesitan consumir sus cuernos, aletas o huesos.