El reloj corre, las horas con él, Y los inquilinos del poder ya concluido por decisión del voto ciudadano se resisten a irse.
A nivel local, Gustavo Arnaldo Pulti sigue de función en función como si hubiere sido reelecto y no desplazado del sillón municipal por una montaña de votos pocas veces vista en la historia democrática de Mar del Plata. Su última movida fue anunciar un plan general de movilidad urbana que espera que “su sucesor tome en cuenta”. Algo así como: ésta es la agenda; atención, a ver si piensan otra cosa y los tenemos que criticar desde el día -1.
Tal como ya señalé, Pulti comparte el sueño de Cristina Fernández viuda de “Él” de retornar en medio del caos que preanuncian será el próximo turno. Están sembrando miedo. Con el auxilio de la facción soviética del FPV enancado en el nombre de ficción “Nuevo Encuentro” dejan día a día una señal de que buscarán demonizar al intendente electo por el lado del nazifascismo. Como en un juego de relojería, de la mano del director de algunos derechos humanos de la comuna José Luis Zerillo, se ha dado lugar a una prédica diaria, con presentaciones mediáticas semanales, que pretenden instalar, a caballo del cambio político, la supuesta existencia de un espacio para el desarrollo de prácticas xenófobas y racistas.
A tal punto impacta la campaña liderada por Zerillo, que la DAIA local, con la firma de Isaac Jana y Adrián Sklar, dio una conferencia de prensa a fin de dejar sentado un alerta al respecto de la proliferación de pintadas y ataques a grupos de diferentes colectivos sociales. Y está muy bien que lo hagan: el facho sovietismo es refractario a toda idea de convivencia democrática. En Mar del Plata está claro que funciona una estructura de poder que, utilizando simbologías repudiadas por la sociedad en su conjunto, puede generar escenarios de corrupción ficcional y arremeter contra los intereses que se oponen al poder constituido de la ciudad.
Lamentablemente, los actores políticos no entienden que hay una mano oscura que está detrás de todo este escenario de violencia escenificada, cuyo objetivo es generar duda y confusión. Quienes se enfrentaron sobre la reja de acceso al playón de la Catedral son partes inescindibles de un mismo escenario violento; unos porque han asumido el rol de agentes provocadores, y los otros, porque detrás del palabrerío antifascista sólo buscan por la violencia imponer su visión de la sociedad.
Es reprochable que el sector políticamente más esclarecido de la coalición en Mar del Plata, la UCR, esté ensimismado en nimiedades, y que no advierta que tiene un rol central en darle nalgadas a este proyecto siniestro que intenta generar las condiciones para volver desde la demolición facciosa del administrador democráticamente elegido.
Quien quiera ver…
