Space X logra por primera vez aterrizar un cohete reutilizable

El Falcon 9 descendió suavemente en la base de Cabo Cañaveral tras lanzar al espacio 11 satélite de comunicaciones.

Cohete-Falcon9Un cohete Falcon9 de la empresa estadounidense SpaceX logró en la madrugada del martes, por primera vez, el aterrizaje suave de un lanzador espacial tras enviar a órbita su carga. La hazaña se ha cumplido en la base espacial de Cabo Cañaveral (Florida, EE UU). “Creo que es un momento revolucionario. Nadie ha logrado traer intacto un lanzador de tipo orbital”, señaló el director de la compañía,Elon Musk. Decenas de empleados de la empresa celebraron con vítores y aplausos el éxito histórico del Falcon9 tanto en la base de lanzamiento como en el cuartel general de la compañía, en Hawthorne (California).
Con este triunfo, alcanzado en el tercer intento de aterriza un Falcon9, SpaceX se coloca de nuevo a la cabeza en la carrera de los cohetes reutilizables en la que había tomado la delantera, durante unas semanas, la empresa competidora Blue Origin, de Jeff Bezos, con el éxito del aterrizaje de su lanzador suborbital New Shepard el pasado 23 de noviembre, en Texas. Los Falcon9 realizaron dos intentos previos de descenso tras la puesta en órbita de la carga, pero en ambas ocasiones (en enero y en abril de este año) el blanco era una plataforma flotante situada en el Atlántico y las dos veces el cohete llegó con demasiada velocidad y se destruyó.
En la madrugada del martes, tras el despegue a las 2.29 hora peninsular española, desde Cabo Cañaveral, el Falcon 9 puso en órbita once satélites de comunicaciones de Orbcomm. Pero la primera etapa del cohete, tras separarse de la segunda, inició el regreso a la base y encendió de nuevo sus motores en dos fases para ir frenando hasta tocar tierra diez minutos después del despegue. Aterrizó suavemente, en vertical sobre sus cuatro patas desplegadas, en la Zona de Aterrizaje 1, antes denominada Plataforma de Lanzamiento 13 y utilizada por la Fuerza Aérea Estadounidense para ensayos de cohetes y misiles, informa Space.com. La partida y la llegada no se realizaron en el mismo punto del complejo espacial: el cohete salió de la Plataforma de Lanzamiento 40 y aterrizo en la que era antiguamente era la número 13, unos kilómetros al Sur de la primera.
El espectáculo nocturno en la zona de Cabo Cañaveral fue insólito puesto que allí llevan décadas viendo despegues de cohetes, pero no el regreso controlado de uno de ellos. SpaceX difundió posteriormente el video de la operación de aterrizaje impecable del cohete justo en la diana marcada en la plataforma, así como fotografías espectaculares, como una realizada con larga exposición en la que destacan, sobre el cielo nocturno de Florida, las dos trazas del cohete: la del ascenso y la del regreso a tierra de la primera etapa diez minutos más tarde.
El objetivo de estas operaciones de las nuevas empresas espaciales estadounidenses es lograr hacer cohetes reutilizables plenamente operativos para abaratar drásticamente el acceso al espacio, con vistas incluso a facilitar los futuros viajes a Marte. La construcción de un cohete Falcon9 cuesta 16 millones de dólares (unos 14.6 millones de euros), pero el combustible supone solo 200.000 dólares (182.000 euros). “Esto significa que la reducción potencial de coste a largo plazo probablemente es superior a un factor 100”, ha señalado Musk, informa Space.com.
La carrera espacial de SpaceX (Musk) y Blue Origin (Bezos) por los cohetes de ida y vuelta se plasma también en Twitter. Musk felicitó a su competidor tras el éxito del New Shepard hace unas semanas, pero puntualizando que el próximo hito sería de un lanzador orbital, el suyo, con lo que señalaba que el cohete de Blue Origin no lo es (subió hasta poco más de 100 kilómetros, considerada la frontera del espacio, y sin capacidad de poner cargas en órbita). Bezos ayer se la devolvió en un tweet, también muy cortésmente: “Felicidades SpaceX por el aterrizaje de una etapa de propulsión suborbital. ¡Bienvenido al club!”.
La primera etapa del Falcon9 (en total el cohete mide 70 metros de altura) que ayer logró regresar a la base de lanzamiento, efectivamente, no ascendió más de unos 80 kilómetros antes de separarse de la segunda etapa y emprender el regreso, pero el cohete de SpaceX es de puesta en órbita de cargas, es más alto y más potente que el New Shepard (más pequeño y, de momento, orientado a vuelos suborbitales para turismo espacial), lo que implica una complejidad tecnológica mucho mayor.
“Hemos logrado la recuperación de un cohete en una misión que también desplegó 11 satélites. Este es un paso fundamental con cualquier otro cohete que haya volado antes, ha recalcado Musk hoy.
El Falcon9 (el de esta madrugada ha sido el sexto lanzamiento de uno de estos cohetes este año) partió con un día de retraso sobre el plan de vuelo que se había fijado debido a ajustes técnicos de última hora. A los 2.24 minutos del despegue, cuando había alcanzado unos 80 kilómetros de altura y una velocidad de unos 5.850 kilómetros por hora, se separaron la primera y segunda etapa del lanzador: una emprendió el regreso al suelo y la otra continuó el ascenso para poner en órbita los 11 satélites (170 kilos cada uno) de transmisión de datos de la constelación Orbcomm. La primera etapa hizo los reencendidos de motores planeaos para el descenso controlado y cerca del suelo desplegó sus cuatro patas para posarse suavemente en tierra.
Además del éxito rotundo del regreso, este lanzamiento del Falcon 9 supone para SpaceX retomar las operaciones rutinarias del cohete ya que es el primero desde el accidente y destrucción del lanzador que sufrió el pasado 28 de junio, cuando llevaba suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS). Desde entonces, los ingenieros de la empresa han realizado mejoras en el artefacto espacial, sobre todo en el enfriamiento del combustible. La empresa de Musk tiene un contrato con la NASA para 12 lanzamientos, por un importe total de 1.600 millones de dólares (1.463 millones de euros), con la nave de carga Dragon para llevar suministros a la ISS.
SpaceX tiene previsto lanzar más de una docena de cohetes Falcon9 el año que viene y Musk no descarta que alguno de ellos lleve ya una primera etapa que se haya utilizado previamente en otro despegue.Pero el de esta madrugada probablemente no vuelva a partir y se guarde en algún sitio como recuerdo del hito histórico conseguido.