La profesora con voluntad de hierro que aplastó al Kuomintang en Taiwán

Tsai Ing-wen, la hija de un desarrollador urbano acomodado que inició con un taller mecánico y que inculcó el trabajo duro y el esfuerzo a sus hijos, aplastó el sábado al oficialista Partido Nacionalista Chino (Kuomintang), y se convertirá así en la primera mujer presidenta de Taiwán y en la dama con más poder en el mundo de cultura china.

Taiwan's Democratic Progressive Party, DPP, presidential candidate Tsai Ing-wen, right, and her vice presidential running mate Chen Chien-jen celebrate their victory in the presidential election Saturday, Jan. 16, 2016, in Taipei, Taiwan. (AP Photo/Wally Santana)

(Foto: AP Photo/Wally Santana)

Su categórica victoria – 56% de los votos, 31% para su rival del KMT, Eric Chu-, le da un mandato claro para enfrentar enormes desafíos: revitalizar la economía que creció alrededor de 1% en 2015 en dos años consecutivos; hacer frente a crecientes problemas sociales como el estancamiento de los salarios, el aumento del costo de la vida, una tasa alta de desempleo juvenil, un déficit gigantesco de viviendas en una país con precios exorbitantes de bienes inmuebles; y, por si fuera poco, mantener la siempre compleja relación con China, de cuya economía Taiwán ha adquirido una significativa dependencia.
Tsai, 59 años, a quien muchos llaman “la profesora”, es un persona que da la firme impresión de estar lista para el cargo tanto por su preparación como por su larga carrera académica, política y administrativa.
Obtuvo su licenciatura en Derecho por la Universidad Nacional de Taiwán, la mejor del país. En 1980 terminó una maestría en Derecho por la Universidad de Cornell, en EE.UU. Cuatro años después, obtuvo el título de doctor en Ciencias Jurídicas por la London School of Economics.
Fue del equipo que negoció la entrada de Taiwán a la OMC, asesora del presidente Lee Teng-hui, fungió como ministra del Mainland Affairs Council, órgano encargado de la política hacia China, y fue viceprimera ministra. Antes de su entrada a la política, impartió cursos en la universidad.
En política, sufrió serios reveses que le habrán dado buenas lecciones y fortalecido su voluntad. Perdió una elección regional en Taipei en 2010 y la presidencial con el actual presidente, Ma Ying-jeou, en 2012. Ambas por estrecho margen. El resultado del sábado prueba que sacó las conclusiones correctas para saborear hoy una aplastante victoria.

RELACIONES CON CHINA

La victoria de Tsai abre dudas sobre el futuro de las relaciones con la República Popular China. Su agrupación, el Partido Democrático Progresista (DPP), nació con una plataforma independentista. El primer presidente del DPP, Chen Shui-bian, tuvo tensas relaciones con China continental al abogar por un espacio independiente para Taipei, un anatema para Pekín que sigue considerando a Taiwán como parte de su territorio.
En ocho años , el presidente Ma y su partido Kuomintang desarrollaron una política de diálogo y apertura con China que ha llevado a la firma de una veintena de acuerdos comerciales, financieros y administrativos. 2.5 millones de taiwaneses trabajan o hacen negocios al otro lado. El mercado chino es el 40% de las exportaciones taiwanesas, decenas de miles de turistas chinos viajan al año a la isla, y se reporta enormes porcentajes de inversión de la RPC.
Sin embargo, esta creciente dependencia de China ha favorecido sobre todo a los grandes capitales taiwaneses y no a la población
en general, apuntan los críticos de Ma. La economía creció un magro 1% el año pasado. Los salarios están estancados desde hace una década, los precios de los apartamentos son estratosféricos, muchos jóvenes graduados deben viajar a China en busca de oportunidades. En comparación con hace 5 años, se puede constatar que los alimentos han subido de precio y en las universidades, los jóvenes aprenden los caracteres simplificados chinos para mejorar sus chances en China.
“En asuntos económicos, la mayor contribución (de Ma) fue institucionalizar los lazos a través del Estrecho de Taiwán. No creo que sus políticas empeoren la dependencia de China. El ciclo de los negocios no es controlado por el Estado”, dijo a LA PRENSA el Dr. Tse-Kang Leng, politólogo de la Academica Sinica. “El fracaso principal es la distribución doméstica de la riqueza y el lento desarrollo de la infraestructura”.
No es extrañarse que muchos de los votantes de Tsai sean jóvenes descontentos “que no tienen vínculo emocional con el pasado”, apunta el Dr. Chen-hua Yu, investigador del Election Study Center, de la Universidad Nacional Chengchi. No vivieron la Guerra Fría ni la dictadura del general Chiang Kai-shek. Por otro lado, es la nueva generación la que más define su identidad como “taiwaneses” y no “chinos”. Es precisamente el afianzamiento de un sentido de identidad separada en Taiwán uno de los obstáculos más serios para una reunificación.
Hasta hoy, el relacionamiento con China se asienta sobre el informal “Consenso de 1992”, el cual significa que ambas partes reconocen que hay “una sola China”, pero divergen en la interpretación de eso. Tsai no se pronunció durante la campaña sobre el tema, pero dijo – con pragmatismo- que no tomaría acciones “provocativas” y que respetaría el estatus quo. Por su lado, Estados Unidos dijo que abogaba por “paz y estabilidad” en la zona.
En cuanto a los países aliados de Taiwán, este tema no figuró en la campaña y la expectativa es que las relaciones amistosas con Nicaragua y otros países continúen sin cambios importantes en el futuro previsible.
Tampoco el canal interoceánico de Wang Jing y HKND fue un tópico que haya ameritado atención de la opinión pública.

NUEVOS PRINCIPIOS CON CHINA

“El DPP nunca ha negado la necesidad de tener buenas relaciones con Pekín”, dijo a la prensa internacional el Dr. Joseph Wu, experto en política exterior cercano a Tsai. Sin embargo, agregó que para los contactos con China, debían seguirse “principios como la igualdad de las partes, la transparencia y la rendición de cuentas democráticas y la inexistencia de condiciones previas para el diálogo”.

5 COSAS QUE DEBÉS SABER DE TSAI

La historia registra muy pocos momentos en los que una mujer ha gobernado a una sociedad de mayoría étnica y cultura china, por lo que Tsai Ing-wen será la mujer más poderosa en el ámbito de la cultura china contemporánea.
La implacable emperatriz Wu Zetian gobernó en el siglo VIII y en el siglo XIX, la emperatriz regente Cixi Dowager detentó el poder en Pekín.

1.- Tsai Ing-wen nació en 1956. Su familia es del sur de Taiwán, del condado de Pingtung, pero cuando ella tenía 11 años se mudó a Taipei. Su padre es de origen étnico hakka y una abuela era aborigen.

2.- Es soltera y no tiene hijos. Vive en un apartamento en Taipei con dos gatos, Think Think y Ah Tsai, mascotas muy populares entre sus seguidores jóvenes.

3.- De naturaleza Tsai es callada y reflexiva. Su hablar es pausado y suave, pero posee una férrea disciplina y voluntad.

4.- En entrevistas a medios, ha dicho que admira a la “Dama de Hierro” Margaret Thatcher y a Angela Merkel, la canciller alemana.

5.- Tsai es una declarada partidaria de los matrimonios homosexuales, argumentando que “todos tienen el mismo derecho de buscar la felicidad”.