El premier advirtió que, de no mejorar en 30 meses, serán deportadas.
Aprender inglés o ser deportada. Ése es el dilema al que deberán enfrentarse las inmigrantes musulmanas que viven en Gran Bretaña luego del anuncio del gobierno de David Cameron en el que dio a conocer un plan destinado a facilitar la enseñanza del inglés a miles de mujeres musulmanas residentes en el país.
El objetivo que persigue la medida, para la que se creó un fondo de 26 millones de euros destinado a centros de capacitación, consiste en facilitar la integración en la sociedad británica de las 190.000 mujeres musulmanas que se cree que saben muy poco o nada el inglés. Con ello también se busca combatir el extremismo, debido al aumento de jóvenes musulmanes que viajan a Siria para unirse al grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Actualmente, las esposas de inmigrantes musulmanes que llegan al Reino Unido con visados válidos deben demostrar que hablan un inglés básico. Pero con la nueva medida, que entrará en vigor en octubre, esas mujeres tendrán que probar que su inglés mejoró tras un período de dos años y medio, bajo amenaza de ser deportadas.
“No tendrás garantizado quedarte si no mejoras tu lengua”, advirtió ayer Cameron. “La gente que viene a nuestro país también tiene responsabilidades.” El primer ministro conservador confía que podrá así combatir una situación en la que muchas musulmanas afrontan discriminación y aislamiento social.
El líder tory dijo que con esta medida no está culpando a “las personas que no saben hablar inglés”, sino que denuncia a los hombres musulmanes que mantienen confinadas a sus esposas en casa, ejerciendo un “control dañino” sobre ellas. “En este país las personas deberían ser libres de vestirse como quieran, de vivir como quieran”, apuntó.
“No digo que exista algún tipo de relación causal entre no hablar inglés y volverse un extremista, por supuesto que no”, explicó el premier. “Pero si no sabes hablar inglés, si no eres capaz de integrarte, podrías tener dificultades entendiendo cuál es tu identidad y estar, en consecuencia, más expuesto al mensaje extremista”, añadió.
Los comentarios le valieron a Cameron críticas de asociaciones musulmanas y de la oposición. Mohammed Shafiq, director de la Fundación Ramadán, que vela por las buenas relaciones intercomunitarias, dijo que eran “estereotipos vergonzosos”.