El exceso de CO2 en los océanos intoxica y desorienta a los peces

El 30% de las capturas pesqueras mundiales no se declara oficialmente.
peces-fondo-del-marEl aumento de los niveles de CO2 en el mar podría tener graves consecuencias para el sector pesquero mundial. Según revela el primer análisis global del impacto en los océanos de las emisiones procedentes de combustibles fósiles, estos han alcanzado un nivel lo suficientemente alto para intoxicar a los peces. Lo más preocupante es que ha ocurrido mucho antes de lo que se pensaba.
El estudio, que se publica en la revista Nature, está dirigido por el doctor Ben McNeil, del Centro para la Investigación sobre el Cambio Climático de la Universidad de Nueva Gales del Sur. “Nuestros resultados nos dejaron atónitos y tienen importantes implicaciones para la pesca mundial y los ecosistemas marinos de todo el planeta“, sostiene McNeil.
Las altas concentraciones de dióxido de carbono causan en los peces una enfermedad conocida como hipercapnia, que consiste en una cantidad excesiva de CO2 en la sangre. La intoxicación a la que se ven sometidos los peces les provoca desorientación. Básicamente, se pierden en el mar. El dióxido de carbono afecta al cerebro y pierden el sentido de la orientación y la capacidad de volver a casa. La confusión llega hasta el punto de que no son capaces de reconocer dónde están sus depredadores.
El efecto de la hipercapnia se ha documentado en especies jóvenes, principalmente en peces que viven en los arrecifes como el pez payaso y el pez damisela. McNeil afirma que también hay cada vez más evidencias que indican que el comportamiento de los salmones jóvenes, del bacalao del Atlántico, del lenguado, de la escorpina, del calamar y de los tiburones costeros también está afectado por la hipercapnia. Pero aún hay mucho desconocimiento. “Es posible que muchas otras especies se hayan adaptado a altas concentraciones de CO2 sin ningún efecto y aún queda mucho trabajo por hacer para entender cómo afectará la hipercapnia a los innumerables organismos marinos en el futuro”.

Efectos a finales de siglo

Las áreas marinas más afectadas por los altos niveles de dióxido de carbono son el Atlántico norte, el Pacífico ecuatorial y el océano Antártico y se espera que para mediados de este siglo estas zonas experimenten episodios de hipercapnia. “Para el año 2100, las criaturas marinas de medio mundo estarán afectadas de hipercapnia“, indica McNeil. Este efecto se podría revertir si la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera se mantuviese inferior a las 650 ppm. Las emisiones mundiales de este gas aumentaron un 30% en la última década y los niveles actuales de CO2, según la NOAA, están en torno a los 402 ppm en su observatorio de Mauna Loa, en Hawaii. Los efectos de la hipercapnia se detectan cuando los niveles de CO2 en el océano alcanzan más de 1000ppm.
Para realizar esta predicción, los científicos utilizaron datos globales de las concentraciones de dióxido de carbono en el mar, recogidos durante los últimos 30 años como parte de varios programas oceanográficos. “Entonces desarrollamos una fórmula matemática para calcular los máximos y mínimos mensuales de las concentraciones naturales de dióxido de carbono en la superficie del océano durante un año”, indica McNeil.
Esta fórmula les permitió predecir por primera vez que estas oscilaciones naturales se multiplicarán por diez en algunas zonas marinas a finales del siglo si las concentraciones de dióxido de carbono continúan aumentando.
Para acelerar la investigación en este campo, los científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur han organizado una competición y ofrecen premios para otros investigadores que puedan mejorar los resultados que han conseguido. “El objetivo de la competición es encontrar colaboradores procedentes de todo el mundo para ayudar a estimular esta ciencia”, declara McNeil, que es fundador de la página web thinkable.org, donde se detallan las bases.