Sus mayores críticos dicen que recuerda a la confiscación del patrimonio de los judíos en la Alemania nazi.
Sus defensores aseguran que lo que busca es tratar igual a migrantes y daneses, aunque reconocen que su objetivo último es desalentar la inmigración.
El parlamento danés aprobó este martes un proyecto de ley que incluye, entre sus cerca de 30 disposiciones, la confiscación de dinero y objetos de valor a refugiados para costear su estancia.
Y otra medida, igualmente polémica, es el aumento del plazo para la reunificación de refugiados con sus familiares de uno a tres años.
El proyecto fue propuesto por el gobierno minoritario del Partido Liberal de centroderecha, que cuenta con sólo 34 de los 179 escaños en el parlamento.
La propuesta contó con el apoyo de otros grupos de derecha y de la primera fuerza opositora, el Partido Socialdemócrata.
“Bienes con valor sentimental”
Desde su presentación en noviembre, el proyecto generó tal controversia que el gobierno debió modificar en dos ocasiones la normativa sobre confiscaciones.
La propuesta final triplicó hasta 10.000 coronas danesas (unos US$1.500) el valor mínimo de pertenencias y de dinero en efectivo que pueden confiscarse.
Aunque la ministra de Integración, Inger Stojberg, se vio forzada a aclarar que no se retirarán “bienes con valor sentimental” como alianzas de compromiso.
La agencia de refugiados de Naciones Unidas, ACNUR, advirtió que las propuestas violan la Convención Europea sobre Derechos Humanos, la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre Refugiados de la ONU.
“La mayoría de los refugiados han perdido todo y aun así esta legislación parece decir que los afortunados que sobrevivieron el viaje a Dinamarca con algunas pocas posesiones no han perdido lo suficiente”, señaló en un comunicado la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE por sus siglas en inglés.
Stojberg defendió la nueva legislación señalando que “respeta los acuerdos internacionales” y reconoció que tiene como objetivo “reducir la afluencia de solicitantes”.
La ministra dijo que la medida busca “tratar a los solicitantes de asilo del mismo modo que a los ciudadanos daneses”, quienes no pueden recibir ayuda social si cuentan con bienes por un valor superior a las 10.000 coronas.
Y la confiscación de bienes de refugiados ya es aplicada en Suiza y en los estados federados alemanes de Baviera y Baden-Württenberg.
“Dilema imposible”
La otra medida que ha generado una tormenta internacional es la retrasa la reunificación de los refugiados con sus familias, extendiendo el plazo de uno a tres años.
El cambio fue criticado por asociaciones de abogados y organizaciones defensoras de los derechos humanos como Amnistía Internacional.
Los refugiados que huyen de conflictos enfrentarán un “dilema imposible”, según Amnistía.
“Deberán escoger entre llevar a sus hijos en travesías peligrosas y hasta mortales, o dejarlos atrás sabiendo que les esperará una separación prolongada”, dijo la vocera de AI, Gauri van Gulik.
Si en el pasado fue reconocida como una nación amiga de los inmigrantes, Dinamarca busca ahora claramente hacer su territorio un destino menos y menos atractivo.
El partido gobernante ganó las elecciones en junio de 2015 con una promesa de “reducir en forma inmediata” el flujo de refugiados hacia el país.
Dinamarca espera recibir este año a cerca de 20.000 solicitantes de asilo, 5.000 más que el año pasado, según dijo Stojberg a la BBC.
Muchos de los inmigrantes que llegan a territorio danés lo hacen en tránsito hacia Suecia, que con 163.000 peticionarios presenta la cifra más alta de la Unión Europea per cápita. Alemania recibió a 1,1 millones de solicitudes de asilo.
Por otra parte, varios estados europeos dijeron que consideran prolongar controles fronterizos temporarios durante dos años para reducir el flujo de inmigrantes a sus territorios. El anuncio tuvo lugar tras una reunión de ministros del interior de la UE en Ámsterdam.