Muchos creen que a Donald Trump no le gustan los inmigrantes, pero sus matrimonios contradicen esa idea: dos de sus tres mujeres nacieron en Europa.
Su esposa actual, Melania, lo hizo en Eslovenia. La primera, la más célebre Ivana, en la antigua Checoslovaquia. Ambas trabajaron como modelo antes de casarse con Trump, principal favorito para convertirse en el candidato del Partido Republicano para la presidencia de Estados Unidos.
Trump ya habla de qué primeras medidas tomaría como presidente si ganara las elecciones del 8 de noviembre. En ese caso, Melania, de 45 años, se convertiría en la segunda primera dama de Estados Unidos nacida fuera del país.
La anterior fue la británica Louisa, esposa de John Quincy Adams, presidente de 1825 a 1829.
Melania se ha mantenido un plano secundario durante la campaña de su marido, 24 años mayor que ella.
Pero en los últimos días el (elegante) perfil público de la exmodelo ha crecido.
Cuando su marido ganó el sábado las primarias republicanas de Carolina de Sur la invitó a hablar ante los enfervorizados seguidores.
Apenas se limitó a unas pocas palabras típicas de apoyo. Pero el miércoles le dio una rara entrevista en la cadena MSNBC.
En un gran salón con lujosas lámparas y muchos brillos dorados, habló un poco más sobre política e incluso sobre inmigración, tema que ella, nacida en Europa, conoce de primera mano.
“Seguí la ley”
Las duras palabras de Trump contra los inmigrantes ilegales han sido fuente de polémica, sobre todo cuando habló de los llegados desde México.
“Cuando México envía su gente, no está mandando lo mejor, está mandando gente que tiene muchos problemas y traen sus problemas con ellos”, lanzó Trump en junio del año pasado, cuando anunció su candidatura.
“Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos”, añadió el millonario.
Y Melania no cree que su marido fuera ofensivo. “No creo que insultara a los mexicanos. Dijo inmigrantes ilegales. No habló de todos”, afirmó en MSNBC.
También recordó que ella, que se desplazó a Estados Unidos en 1996, siguió todos los pasos para convertirse en residente y luego en ciudadana del país. “Seguí la ley”, dijo.
A pesar de que Melania no elaboró mucho más sobre las ideas de su marido, en otra entrevista en enero en la revista “Us” dijo ser una persona “política”, aunque con matices.
“No soy política en público. Soy política en casa”.
El propio Trump admite que es su consejera. De hecho, fue ella la que lo animó a intentar ser presidente.
“¿Estoy siempre de acuerdo con él? No. Le doy mis opiniones, le digo lo que pienso. A veces escucha, a veces no”, reveló Melania en “Us”, que tituló así la entrevista: “El Donald que sólo yo conozco”.
Fotos comprometidas
El mayor protagonismo de Melania, que además de esposa y madre es diseñadora de joyas, ha provocado que resurgieran fotos de su antigua época de modelo en las que se le ve ligera de ropa.
Esas imágenes pueden ser usadas por los rivales de su marido, que ya le han atacado por sus tres matrimonios, como un argumento para destacar que quizás no es lo suficientemente conservador.
Pero según la campaña de Trump, las sensuales fotos no inhabilitan a Melania para ser eventualmente primera dama. “Es bonita, inteligente, incluso divertida y emprendedora”, la defendió este miércoles Katrina Pierson, portavoz de la campaña, en la cadena CNN.
“Fue modelo, fue su profesión. No nos sentimos mal por ello. Es una mujer fuerte”, agregó.
También en la hemeroteca se encuentran fotos sensuales de Ivanka Trump, la más famosa de los cinco hijos de Trump.
Ivanka, que fue igualmente modelo, está muy cerca de su padre en la campaña. Está a punto de tener su tercer hijo. A pesar de lo avanzado del embarazo, sigue buscando votos y así lo destaca siempre Trump.
La hija es toda una celebrity en el mundo de la moda y el diseño. Acumula más de 1,8 millones de seguidores en twitter y Trump le saca provecho.
Está mucho más presente en campaña que Melania e incluso explicó en un video a los votantes republicanos el complejo proceso de los caucus (asambleas de electores) de Iowa.
Un clan unido
Ivanka, de 34 años, es hermana de Donald Jr. y Eric Frederick, que llevan los negocios del imperio familiar y también hacen campaña por su padre. Los tres nacieron del matrimonio de Trump e Ivana, quien también fue modelo, como Melania.
Donald e Ivana se casaron en 1977 y en los años 80 fueron una de las parejas más famosas, ricas y poderosas del mundo de los negocios en Nueva York.
En 1992 protagonizaron un controvertido divorcio. Donald se había enamorado de la actriz Marla Maples, con la que se casó en 1993. Tuvieron una hija, Tiffany, la menos conocida de la familia. Se separaron en 1999.
En 2005 Donald se casó de nuevo, con Melania. De la unión nació el pequeño Barron, el último en formar parte del clan Trump, que ya no es sólo protagonista de las secciones de negocios y sociedad, sino también en las de política.
Todos están unidos ahora con una meta: llevar al patriarca a la Casa Blanca.