Malas lenguas 961

Cruces y expectativas. Todo es suspicacia y porqué no maledicencia en el entorno mediato del intendente Arroyo. Quién sale en las páginas del alicaído diario del coruñés multidepredador; quién se reúne o no se reúne con los fusileros mediáticos, que pasan sus horas en los cafés de la manzana de las sombras, allí en Luro e Hipólito Yrigoyen… Esa dinámica consume mucha energía, y trae progeria política. La llegada a Mardel de la gobernadora Vidal y del jefe de Gobierno de CABA -reunión que se extendió por 55 minutos- arrojó algunos datos importantes. Por caso, el compromiso entusiasta de Rodríguez Larreta de colaborar fuertemente con el gobierno local. En sus palabras, Larreta le señaló a Arroyo: “soy tu amigo, estoy a tu lado, y vamos a colaborar en todo para que la gestión salga muy bien”. Un entusiasmo que no expresa Vidal, que tiene una provincia atada con alambre y demasiadas comunas devastadas por el despojo al que las sometió el sciolismo en estos años.

Todo vuelve. Al momento del jury al juez Pedro Federico Hooft, la jueza del menor Fernanda Di Clemente, ex socia del narcoabogado César Sivo, había prohibido a sus secretarios utilizar en sentencia elementos o texto del libro de Héctor Granillo Fernández Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Buenos Aires, por el exclusivo pecado de haber tomado el autor de dicho texto esencial la defensa de Hooft. Hoy se ha transformado en su libro de cabecera. No es que la designación de uno de los hijos de Granillo Fernández -de nombre Felipe, actual subsecretario de Niñez de la provincia- la inquiete, no; es que le gusta estar a tono con la época, nada más. Sólo eso, y la maldición de no acertar con un champú que le haga lucir adecuadamente sus cabellos. Cosas de la vida.

Florencio news I. El tipo no lo podía creer. Ingresa al shopping de la ex terminal y ve a un señor muy menudito, saco azul, pantalón negro (aspecto de mayordomo antiguo), saludando y dando la manito: “soy Florencio, mucho gusto; soy Florencio”. Por detrás de este vecino, peluquero de barrio buena onda, ingresa empresario de la industria turística de la ciudad, que se abalanza sobre el ñoño coruñés y lo saluda enfáticamente, para, sin mediar ninguna otra palabra, recibir de lleno esta parrafada. “Ni me hables de Jacobo; no quiero escuchar nada de nada. Ya les dije a todos que no me cuenten qué dice, qué escribe. Nada de nada, ¿estamos?”. Será que está molesto de que en este medio se diga de él que es pequeño, desvencijado, con look de mayordomo venido a menos. Seguro es por eso, porque no debe de estar enterado de todo lo que venimos publicando desde hace casi 20 años sobre sus negocios sucios con la política y la cualidad extorsiva de sus medios. Para nada.

Florencio news II. El pequeñajo llegado de A Coruña -dicen que como polizón- intenta hacer creer a sus interlocutores eventuales que al retirar las máquinas del Provincial le han hecho inmenso favor, porque ahora tiene más sitio disponible para rentar para fiestas. Empeñado en demostrar que el desalojado no fue él sino la empresa Bolt, invitó a sus improvisados contertulios a comentar lo publicado en La Capital al respecto. La respuesta, inesperada y atrevida, por cierto, fue: “No leemos La Capital”, ante lo cual urgió a un sometido que tiene como gerente del lugar a traer de inmediato un ejemplar para que se enteraran de su versión de los hechos. Joder, qué pedazo de humillación. Y ni te enterás, chiquitín…