“Quisieron propasarse y se les fue la mano”

Esta mañana, Eduardo Gallardo Rodas, el fiscal de Ecuador que investiga la muerte de las mendocinas Marina Menegazzo y María Coni, habló radio la Red y aseguró que uno de los asesinos detenidos se quebró.
Según su relato, las jóvenes argentinas le habrían manifestado a su amigo, el otro detenido, que no tenían dinero para hospedarse. Los ecuatorianos imputados por el crimen las invitaron a su casa y allí se habría desatado la tragedia.
“El sospechoso manifestó que se fue con una de las señoritas a un dormitorio. La muchacha se molestó y lo empujó y él, que estaba en estado etílico, se enojó, tomó un palo y le propinó un golpe en la cabeza”, relató Gallardo.
Tal fue la magnitud del golpe, que la mujer argentina habría perdido la vida en el acto.

El peor final

“El sospechoso relató que después se dirigió al otro dormitorio, donde estaba su amigo con la otra muchacha y vio que había mucha sangre. Aparentemente la otra joven tenía una puñalada, pero todavía estaba con vida“, continuó el fiscal.
El ecuatoriano que confesó el crimen declaró ante la Policía que luego de los hechos su amigo se escapó y fue él quien decidió “embalar” los cuerpos y arrojarlos en una playa cercana, donde finalmente fueron encontrados.

Lo que viene

A las 19:48 de ayer domingo, el clásico vehículo de Medicina Legal de la Comisión de Tránsito del Ecuador de Santa Elena llegó a la morgue de la Policía Nacional en Guayaquil con los que se presumen son los cuerpos sin vida de las mendocinas Marina Menegazzo y María Coni.

Por ahora, todo lo que se diga es prematuro respecto de las causas de la muerte.

Es que, en rigor, aún resta hacer una serie de chequeos a efectos de confirmar que se trate de estas últimas.
Ciertamente, se han hecho otras verificaciones pero no las básicas: la toma de huellas dactilares y las autopsias de los cadáveres. Cuando ello se termine de efectuar —se presume que ocurrirá durante la mañana de hoy— se sabrá cómo y por qué murieron las amigas mendocinas.
Anoche, equipados con guantes, mascarillas y otros elementos profesionales, los investigadores sacaron el cadáver envuelto en un plástico negro.
A partir de entonces, el hedor cubrió el sitio debido al avanzado estado de descomposición, según informaron los gendarmes al diario ecuatoriano El Comercio.
Como ya se dijo, sobre la base de declaraciones de la Fiscalía actuante, las víctimas tenían huellas de violencia en la cabeza y en el cuerpo.