Acusada de «crímenes de guerra» podría ser condenada a 23 años. Desde hace semanas está en huelga de hambre.
Dentro de unos días será por fin dada a conocer la sentencia contra la piloto ucraniana, Nadezhda Sávchenko, acusada por la Justicia rusa de «crímenes de guerra». La acusación sostiene que ella facilitó desde su helicóptero a militares de su país las coordenadas de un puesto de control de los separatistas, que fue después fue bombardeado con granadas de mortero. Allí se encontraba un equipo de televisión ruso y dos de los periodistas, Ígor Korneliuk y Antón Voloshin, perecieron en el ataque.
Aquel episodio, uno más de los muchísimos que envenenan las relaciones entre Moscú y Kiev, se produjo en junio de 2014 en la región de Lugansk. Desde entonces, Sávchenko, que cumplirá 35 años en mayo, niega tener nada que ver con la muerte de los reporteros rusos, ha protagonizado varias huelgas de hambre, la última la que viene siguiendo desde principios de este mes, y considera el proceso una «farsa». El pasado miércoles, durante la última vista oral del juicio, la militar ucraniana dedicó al tribunal un “corte de manga”.
El fiscal pide para ella 23 años de cárcel y considera «demostrado» que actuó movida por el odio hacia los rusos. Sin embargo, sus abogados aseguran que su culpa no está en absoluto probada. La piloto fue capturada por los rebeldes prorrusos antes de que tuviera lugar el bombardeo en el que supuestamente está implicada.
Ante el serio deterioro que sufre su salud, Sávchenko suavizó su huelga de hambre el pasado día 10, pero se mantiene solamente con
líquidos. Un equipo de médicos ucranianos intentaron sin éxito la semana pasada visitarla en las instalaciones penitenciarias de Rostov del Don, ciudad en donde se está celebrando el juicio. Las autoridades rusas no lo han permitido aduciendo que no existe una amenaza “alarmante” para su salud.
Sin embargo, según sus abogados, está muy debilitada y tiene 38 grados de fiebre. Nikolái Polozov, uno de los letrados, cree que su estado es «crítico» y podría morir antes de conocer la sentencia. «Su vida se apaga ante nuestros ojos», dijo la semana pasada en su cuenta de Facebook.
Petición de libertad de EEUU y la UE
La puesta en libertad de Sávchenko ha sido solicitada por Estados Unidos y la Unión Europea. La jefe de la Diplomacia de la UE, Federica Mogherini, manifestó en un comunicado que «no se trata solamente de un asunto judicial o político. Es una cuestión de clemencia y de humanidad». Por su parte, el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, ha calificado de «ilegal» la detención y enjuiciamiento de la piloto, ya que Rusia viola la Convención de Ginebra sobre el trato que deben recibir los prisioneros de guerra. Fue además detenida en su propio país, luchando contra una sublevación, y trasladada a Rusia por la fuerza.
El tribunal se niega a reconocer la inmunidad que la asiste por su condición de miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) y de diputada de la Rada Suprema, el Parlamento ucraniano. Fue elegida en las parlamentarias celebradas en Ucrania en octubre de 2014. Moscú también rechaza incluirla en las listas de canje de prisioneros que contemplan los acuerdos de Minsk para lograr la paz en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk.
No obstante, los abogados consideran posible que Sávchenko pueda ser intercambiada por los militares rusos, Alexánder Alexándrov y Evgueni Eroféev, apresados en el este de Ucrania por combatir en las filas de los destacamentos separatistas. El presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, lo sugirió la semana pasada, a lo que el Kremlin respondió que «toma nota» de la propuesta sin decantarse por el momento a favor o en contra.
Eso sí, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ha advertido que, mientras no se produzca el fallo judicial definitivo, no se podrá ni hablar de la posibilidad de que sea liberada.
Estos días han tenido lugar en Kiev varias manifestaciones en apoyo de la piloto, durante las que se arrojaron huevos y pintura contra el edificio de la embajada rusa. Sávchenko se ha convertido en un icono de la soberanía nacional y de la lucha contra la «agresión» de Rusia, en una auténtica heroína, en la Juana de Arco ucraniana. La lectura de la sentencia comenzará el próximo día 21 en Rostov del Don y durará probablemente unos días.