“La marihuana le costó la vida a Spinetta”

El ex guitarrista de Aquelarre y referente de la primera generación del rock argentino habla de adicciones, del Flaco, de Charly y critica la actualidad del género.

Hombre-Hector-StarcPappo se mató por pelotudo. Se tomó tres tubos de vino y salió a andar en moto a la una de la mañana. Un tipo de 55 años, si toma, tiene que estar en la casa mirando televisión. Y si no toma, que haga cualquier cosa. ¿Dónde se vio que un tipo de 55 años se toma tres tubos de vino con el hijo y sale con la Harley? Eso es de la televisión, no es de la vida real. A mí me da mucha bronca porque lo extraño muchísmo y también vengo salvándome de lo mismo. Hace 21 años que me estoy recuperando de alcohol y drogas. Es un trabajo que te lleva la vida, el resto de la vida… Después estuvo toda esa parafernalia de boludos que fue al entierro de Pappo con las motos, motos que no eran ni Harley. Eran todos repartidores de sánguches. Decían que ‘Pappo murió en su ley’. ¡¿Qué tiene de vivo morir de esa manera?! Yo ahora estoy por cumplir 66 y me siento como un pibe de 15”.

¿De donde creés que sale esa relación tan estrecha entre las drogas y el rock?

Yo me salvé de la merca hasta los 31 años, que empecé duro con la falopa. La primera droga me la convidó Pappo. Se llamaba Obesín y era una pastilla para adelgazar. Como yo era re anfeta, todo el día a mil, bajo ese efecto me tenían que bajar del escenario con la Policía. Además, era una pasta de venta libre. Todo el mundo tomaba. Era para adelgazar. Pappo me la dio en enero del año ‘70. Ahí quedé pegado. Me pasaba días sin dormir, fumaba como loco, meaba una cosa amarilla espantosa… Pero la merca, a los 31. Hasta ese momento la cocaína era del tango. Despues probé de todo. Con ácido tampoco pegaba un ojo y veía elefantes verdes.

Perdón, ¿la marihuana entra en esta conversación?

La marihuana es una droga que le costó la vida a Spinetta.

¿La marihuana?

¡Claro! ¿Por qué crees que murió de cáncer de pulmón? Por fumar porro durante 25 mil años. ¿Vos una vez te fumaste un porro? El alquitrán que queda en la tuca…. Imaginate ese alquitrán multiplicado por 40 años de fumar porro, y por la mezcla con tabaco normal. Luis era muy nervioso y fumaba mucho. Una vez me lo crucé con el porrito y le dije: “Ya estás grande para eso…” Me dijo “sí, tenés razón; pero si no me fumo uno, salgo a la calle y mato a alguien”, jajjaja. El Flaco se comía las uñas, ¡los cartílagos de las uñas! Vos lo veías cantando esas canciones tan poéticas, pero el pibe era una bola de nervios.

Y vos zafaste de todo.

Yo soy duro de matar. Me salvé de la cocaína, del alcohol, de un cáncer de riñón. Y de Charly.

Juanse está en un plan parecido al tuyo.

No, él está con los evangelistas. Nada que ver con lo mío.

¿La religión puede ser otra droga?

Casi todos los tipos que tenemos problemas de adicciones cambiamos una cosa con otra. Yo tengo compañeros alcohólicos, del grupo, que se transformaron en jugadores. Hay otros que morfan como locos. El adicto tiene un agujero imposible de llenar. Entoces lo llena con lo que venga. El asunto es llenar ese agujero con algo que no sea malo. Si cortás con el alcohol, cortás con la merca. La pelea más difícil de todas es con el alcohol. Pero para recuperarse, uno necesita ayuda de un ser superior. No me preguntes quién: puede ser hasta Juanse, no sé. La ayuda que recibí yo me borró de la cabeza el mundillo del rock. Nunca más vi a nadie.

Aunque suene antipático, Héctor, hablemos del lado bueno, entre comillas. Vos me hablás del final, del desenlace, pero si existe tanto consumo…

Hay un lado bueno, aunque pueda ser apología. Tocar, no podés tocar la viola porque se te endurecen los músculos; ahora, vos te creés que sos Hendrix. Yo iba al Roxy a zapar con Charly y me sentía todopoderoso. Se me salía el corazón por la boca y la gente me endiosaba. Pensá en Maradona, si no podés imaginarme a mí. La merca me sirvió para componer, y yo nunca fui un compositor. Nunca fui Fito Páez. Durante esa época compuse parva de temas y son temas que si los escucho ahora, sobrio, están buenos. Te juro que escucho esa cosecha de canciones y no sé de dónde salió. Incluso tocaba acordes que ni conozco. Acordes complicados.

Sacaste tu costado de compositor gracias a la merca.

Y, medio que sí. Las situaciones inestables y emocionales que extraje de la merca me descubrieron un costado que no había explorado antes. No todo fue malo, esa es la verdad. Los primeros tiempos fueron muy lindos, muy divertidos. Sobre todo en esa época en la que yo andaba muy pegoteado con Charly, un tipo muy inteligente y creativo.

Vos tocabas en Aquelarre. ¿Con Charly de dónde viene la relación?

Yo, como buen discípulo de Pappo, odiaba a Sui Generis. Pappo daba las órdenes. Si Pappo decía que Sui Generis era un grupo para putos, era palabra santa. Yo tocaba en Aquelarre, Spinetta en Pescado, y Pappo en Pappo’s Blues. De pronto aparecieron estos tipos cantando Rasguña las piedras, y yo pensé que eran pibes de 11 años. Te juro. Pero vos me preguntaste por Charly. Cuando yo vine de España con Aquelarre traje equipos de música para empezar con mi empresa de sonido y empecé a trabajar para Serú Girán. Ahí nació la relación más fluida.

Tenés empresas de audio y sonido desde los ‘80. ¿Nunca confiaste en vivir de la música?

¡Jamás! Los únicos dos años que viví como músico fueron con Aquelarre en España. Para llevar adelante una carrera musical no hace falta tocar bien. Hay que componer y yo, básicamente, era un guitarrista que estaba acá y allá. Cuando fui a España me puse una meta: no voy a volver a la Argentina a tocar con los equipos de mierda que había acá. Y así me di cuenta de que podía alquilarlos. Mis primeros clientes fueron los Vox Dei. Sonaron de puta madre.

Decías que zafaste y que te sentís un pibe de 15. ¿Por qué a Charly no le pasa lo mismo?

Porque no dejó. Poné una foto de él al lado de una foto mía. Charly es una pena. Yo creo que Charly recuperado, no sirve. Lo vi en el escenario, y ese no era Charly. Cuando yo empecé a recuperarme, me recomendaron expresamente que vaya a la casa de Charly a despedirme para siempre. Eso fue en el 2004. Ahí arranqué con los grupos. Le dije que no iba a consumir más y que antes de irme quería llevarme una guitarra suya de recuerdo. ¡Me quiso regalar dos!

Claramente Charly le entregó la vida a la música.

¡Sí! Todo lo que nos dio… toda la música que nos dejó de regalo. Un verdadero genio.

¿Te aburrís un poco?

Mirá: yo quise seguir tomando merca, pero sin alcohol quedaba duro, y no daba. Mi vida cambió totalmente.

“El rock nacional se creó por error”

¿Qué amigos te quedan del rock?

Todos los que no consumen: Emilio del Guercio, Rodolfo García, Machi, Diego Arnedo. La gente que está bien. Con la gente que consume no hablo ni por teléfono. Yo ahora grabé un disco con Lito Vitale, pero a Lito nadie lo quería ver porque era un “boludón careta”. ¡Nosotros éramos los boludos! ¿Sabés lo que me costó darme cuenta de que los vivos eran los que no consumían?

¿Escuchás rock argentino?

Poco. Lo que yo veo es la falta total de talento. No hay nadie que componga. Un poquito Ciro y Los Persas, que suenan como la puta madre. Ciro no es Cerati, pero tiene algo. Lo demás es el chingui chingui de La Vela Puerca y todo eso. ¿Querés que te toque un tema? Sol mayor y chingui chingui, todo como si fuera Calamaro, pero con un solito de Keith Richards tocado como el orto. Hay cinco mil grupos iguales: Las Pastillas de no se qué… Es que el rock nacional se inventó por error. No teníamos ni las condiciones ni los instrumentos necesarios. Se inventó por falta de información. Luis Alberto quería ser uno de Los Beatles, pero a diferencia de cómo es ahora, no teníamos de dónde afanar porque la información llegaba tarde. ¿Por qué Francia no tiene rock y cantan lo que cantan? Porque enfrente de Francia está Londres, y los ingleses los aplastan.