Bruselas fracasa contra las armas

La legislación europea permite que se muevan por todo el territorio comunitario armas procedentes de Europa del Este.

armas-belgicaEl estudiante Yohan Cohen, de 20 años, está tirado en el suelo del supermercado de alimentos judíos Hyper Cacher, en el distrito 20 de París. Es 9 de enero de 2015 y un hombre con un rifle de asalto en cada brazo acaba de dispararle en la cabeza y en el pecho.
A su lado yacen otros cuerpos. Cohen llora y grita de dolor. El terrorista se vuelve entonces hacia los restantes rehenes y les pregunta qué opinan que debe hacer con Cohen. “No lo mates”, responden todos a coro. Pero es demasiado tarde.
El yihadista Amedy Coulibaly sigue una orden precisa: matar a todos los judíos que estén en el supermercado comprando alimentos ‘kosher’ para el Sabbath que se celebraba al día siguiente.
En su posesión tiene dos rifles de asalto Ceska VZ58. Uno es una versión corta supuestamente inutilizada, pero que en el mercado negro se ha vuelto a convertir en un arma letal.
Esa arma jamás debería haber estado a su disposición. Pero lo estuvo.
Debido a un escandaloso vacío legal en la legislación europea, en el Viejo Continente es posible comprar legalmente, a través de páginas web, armas reales inutilizadas y que sólo puedan disparar balas de fogueo. Pero basta con poco tiempo y conocimientos básicos en la materia para hacer que esas armas supuestamente inofensivas vuelvan a disparar balas de verdad.
A menudo se trata de armas que proceden de antiguos países comunistas. Los Balcanes y los Estados del antiguo bloque del Este son aún una gran fuente de pistolas y fusiles que, en muchas ocasiones, acaban en manos de terroristas y redes criminales. Y el negocio va en aumento, ya que no dejan de surgir nuevas zonas de conflicto -Ucrania, Irak, Egipto o Túnez- desde las que se trafica con armas hacia Europa.
El equipo internacional de periodistas que ha realizado este reportaje ha analizado durante tres meses el recorrido que han seguido unas armas concretas desde la página web de una compañía eslovaca que vende pistolas y fusiles de asalto inutilizados hasta ser empleadas en los ataques yihadistas de París. Con la colaboración de Bruselas, que con su fracaso a la hora de imponer directivas exhaustivas sobre la cuestión ha facilitado la venta de estas armas mortíferas.
150 muertos y casi 400 heridos. Este es el balance de los ataques terroristas en Europa occidental en 2015.
Las cifras incluyen el asalto a la revista satírica francesa Charlie Hebdo y al supermercado judío Hyper Cacher. También las víctimas de la masacre que en noviembre pasado se produjo en el club parisino Bataclan y los ataques simultáneos en otros varios puntos de la capital francesa. A lo que se suma también el atentado en febrero contra una sinagoga y un café cultural de Copenhague. Y el atentado fallido al tren de alta velocidad Thalys que hacía el trayecto de Amsterdam a París en agosto.
Todo este tiempo, la Unión Europea ha tenido a su alcance las herramientas y la información necesarias para reducir la facilidad de la que gozan terroristas y criminales para poder hacerse con armas. Pero la realidad es que las autoridades de Bruselas no actuaron, debido a sus titubeos y a su defensa exacerbada de la libre circulación de bienes.

La historia de un retraso que dura hasta hoy

Fue en 1991 cuando la UE intentó por primera vez regular el comercio de armas europeo. El resultado fue la Directiva de Armas, que se concentraba en la libre circulación de bienes dentro del mercado doméstico europeo. Por aquél entonces, las armas inutilizadas que sólo podían disparar balas de fogueo ni siquiera estaban contempladas en la legislación europea, al no estar consideradas armas de fuego.
Sólo 17 años después, el 21 de mayo de 2008, la Comisión Europea decidió imponer a todos los Estados miembros de la UE una regulación sobre armas más estricta. El objetivo: si hay chiflados de las armas a los que les hace ilusión tener un Kalashnikov en su salón, ese Kalashnikov debe estar completamente inutilizada y ha de ser absolutamente imposible que vuelva a disparar munición real.
Con la directiva 2008/51/EC, la Comisión Europea quería asegurarse de que se cumplían unos estrictos estándares técnicos que impidieran que esas armas pudieran volver a ser letales. “La Comisión promulgará directivas conjuntas de estándares y técnicas de inutilización, con el fin de asegurar que las armas inutilizadas lo son de una vez por todas”, aseguraba el texto.
Pero Bruselas estaba demasiado preocupada por no trastocar sus sacrosantos principios de libertad de circulación de bienes dentro de Europa. En concreto, los que se refieren a la producción y comercio de armas, un amplio y legítimo negocio europeo.
Se estima que el gasto militar mundial en 2014 fue de 1,776 billones de dólares. El volumen de transferencias internacionales de las principales armas convencionales creció un 16% entre 2005 y 2014, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
¿Más cifras? Según el análisis de SIPRI, España fue el séptimo país exportador de armas a nivel mundial y sus exportaciones supusieron el 3% del volumen total. Entre los diez primeros países de ese ranking aparecen otros cuatro países europeos: Alemania (5%), Francia (5%) y Reino Unido (4%) e Italia (3%).
En este contexto, el documento de trabajo de la UE establecía que “las reglas nacionales que rigen sobre el comercio y uso de réplicas de armas [entre las que se incluyen las armas de fogueo] deben respetar el principio de libre circulación de bienes.
Pero la preocupación en torno a la necesidad de garantizar que las armas inutilizadas lo sean de manera irreversible tiene sustento real. Un arma de la época comunista que ha sido inutilizada para evitar su uso letal y que sólo es capaz de disparar balas de fogueo puede, en un mercado sin regular, ser comprada y vendida legalmente.
Ante esta situación, Eslovaquia lanzó una alerta a las autoridades policiales europeas en septiembre de 2013. En un país con regulación bastante laxa en cuanto al proceso de inutilización de armas, la policía eslovaca estaba preocupada. Para alertar de la facilidad con la que podían ser reactivadas algunas armas, la policía publicó un póster que mostraba una pistola que inutilizada por una compañía de armería eslovaca llamada Kol Arms y un fusil de asalto Cesva VZ-58 también inhabilitado para poder disparar munición real. Ambas armas fueron posteriormente reactivadas de manera ilegal.
Bruselas escuchó el dictamen de la policía eslovaca y las opiniones de especialistas. En octubre de 2013, un informe de la Comisión ya recogía cómo los expertos de la Policía señalaban que armas de fogueo estaban siendo “transformadas ilegalmente en armas mortales”. La Comisión añadió que era consciente de “las diferencias cruciales en los estándares de inutilización” de armas de un Estado miembro a otro.
También era consciente del número de asesinatos consumados con este tipo de armas. Pero después de evaluar la situación, a finales de 2014, Bruselas volvió a perder la ocasión: los estándares de inutilización sólo se aplicarían a las armas que se hacen completamente inservibles, dejando fuera a las de fogueo. De ese modo, la alerta lanzada por las fuerzas de seguridad eslovaca se perdió en los resquicios de la UE. Lo que no está claro es si había una intención de cerrar ese resquicio.

Intereses conflictivos

En mayo de 2014 tuvo lugar una reunión de expertos europeos sobre el mercado negro de las armas. A la pregunta de qué se iba a hacer contra los Estados miembros que no implementaban la Directiva UE de 2008, un representante de la Dirección General de Empresa e Industria de la Comisión Europea informó de que se estaban llevando a cabo consultas, pero no se había tomado ninguna medida hasta el momento. “La Directiva está basada en el principio de armonización mínima”, destacó. En otras palabras: la directiva no tenía poder real.
Tras los atentados de París y Copenhague, el 18 de noviembre de 2015 la UE anunció una propuesta para cambiar la directiva de armas de fuego. Tras los ataques yihadistas, Bruselas quería al fin enviar una señal fuerte de que estaba cambiando la legislación sobre armas en sus Estados miembros.
Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, acompañó el anuncio con unas palabras reveladoras. “No aceptaremos más que grupos del crimen organizado tengan acceso a armas de fuego”, exclamó. Una declaración que implícitamente reconocía que hasta entonces la UE había permitido dicho acceso.
La necesidad de una regulación más profunda parece evidente. Desde el año pasado los investigadores policiales se han dado cuenta de que no se trata sólo de que armas como los fusiles Ceska utilizadas por Coulibaly (el terrorista que atentó contra el supermercado judío de París) sean manipuladas para hacer de ellas armas nuevamente letales.
Si los terroristas y los criminales de Europa quieren conseguir un arma, tienen además un arsenal enorme donde elegir, oculto bajo una red impenetrable de proveedores. Hay antiguas armas de fuego que todavía pueden matar, como el revólver ruso Nagant, modelo 1895 y fabricado en 1932, que fue encontrado en el apartamento de Coulibaly. O la FN Browning 1935 GP Sport belga que utilizó Abdelhamid Abaaoud para denfenderse de los policías en su piso de Saint Denis. El arma que recuperaron los agentes en el piso del terrosrista belga-marroquí estaba hecha de piezas de otras pistolas. Se trata de una excepción dentro del conjunto de armas utilizado en los atentados de París -aunque no es una excepción en el mercado ilegal de armas, ya que el tráfico de piezas a través de empresas de mensajería privadas difícilmente deja huella-.
Hay armas policiales o militares que han sido robadas, como las que se emplearon en el ataque contra una sinagoga y un centro cultural de Copenhague en febrero de 2015 y que se saldaron con dos muertos y cinco heridos. También están los Kalashnikovs auténticos, almacenados en sótanos privados a todo lo ancho y largo de los Balcanes, que con frecuencia acaban a la venta (a veces incluso en mercadillos) y que después entran en Europa occidental escondidos en coches o autobuses turísticos. Después por ejemplo del atentado contra la revista Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos, la policía encontró dos fúsiles de asalto AKM en una empresa de rótulos de Dammartin-en-Goele, en Francia.Y después del atentado de noviembre pasado en la sala Bataclan, que dejó 130 muertos, se hallaron otras seis armas en el club y en los coches de huida de los terroristas.