Así lo estimó informe de la UCA sobre el período que va de diciembre de 2015 a marzo de este año.
La combinación entre las reformas macroeconómicas que implementa el Gobierno y el alza de la inflación provocó, entre diciembre de 2015 y marzo de este año, que al menos 1.400.000 personas cayeran debajo de la línea de pobreza, según estimó el Observatorio de la Deuda Social Argentina, un centro de investigaciones sociales de reconocido prestigio académico.
El Observatorio, que se desempeña dentro de la Universidad Católica (UCA), midió que la pobreza pasó de afectar al 29% de la población al final del año pasado, al 34,5% en marzo, aunque luego registra una baja a 32,6% proyectada a la primera mitad de abril, a raíz de medidas como la ampliación de la Asignación Universal por Hijo y las Asignaciones Familiares.
Sin embargo, el director del ODSA, Agustín Salvia, aclaró ayer en una conferencia de prensa de la que participó EL DIA, que las estadísticas no incluyen aún la ponderación de los ajustes tarifarios que anunció el gobierno -en el transporte público y la provisión de energía- ni el impacto de los despidos que se registran en la administración pública y empresas privadas.
El informe también evaluó que la tasa de indigencia -que incluye a personas y familias cuyos magros ingresos no les alcanzan siquiera para alimentarse y vestirse mínimamente- pasó del 5,3% de la población a fines de 2015 a 6,9% en marzo de este año, pero bajó a 6,2% en el comienzo de abril, también por efecto de las medidas que atenúan el impacto del ajuste.
EMPEORAMIENTO SOCIAL
Salvia precisó que hay ahora “casi trece millones de personas” en situación de pobreza en la Argentina, de las cuales 2,3 millones son directamente indigentes. El estudio de la UCA –realizado en los principales centros urbanos del país- consideró pobre a una familia cuyos ingresos no superan los 8.000 pesos mensuales e indigentes a las que no llegan a los 4.000.
“Hay un empeoramiento de las condiciones de indigencia y pobreza durante el primer trimestre de 2016. Y estos números son un piso, porque creemos que estamos subregistrando. El problema social es evidente, porque la devaluación y la inflación impactan en los sectores más vulnerables. Son los niveles más altos que se registran en los últimos 7 años”, dijo Salvia.
El sociólogo, que estuvo acompañado por Juan Cruz Hermida, director de gestión institucional del ODSA, buscó quitarle intencionalidad política a la difusión de estos datos. “Ante una economía complicada por el proceso inflacionario, nos vemos en la responsabilidad de hacer una estimación sobre la situación actual” de la pobreza y la indigencia, explicó Salvia.
En la misma línea, el especialista afirmó que el ODSA tiene “preocupaciones académicas, no políticas”, ya que viene “estudiando la pobreza desde hace años”. De hecho, las publicaciones del Observatorio de la UCA llegaron a incomodar al gobierno anterior, que no reconoció sus trabajos. Y la presentación de ayer estuvo centralmente basada en el período 2010-2015.
Se trata de seis años en los que Cristina Kirchner estuvo al frente del país. En ese punto, el sociólogo dijo que el estudio partió de la formulación de preguntas básicas, como: “¿Hubo realmente avances en materia social en los últimos años?”. La respuesta que ofrecieron los números es que no hubo progresos significativos, pese a la transferencia de ingresos.
Así, en 2010 la pobreza se ubicó en 28,2%, mientras que en 2015 trepó al 29%. El mejor año de la administración cristinista fue 2011, cuando bajó al 24,7%, pero aún así nunca dejó de afectar a un cuarto de la población. “No hubo un cambio cualitativo en la distribución del ingreso”, aseguró Salvia y agregó: “La inflación no permitió mejorar el bienestar de las familias”.
El especialista sumó otro dato que puede tener relación con el comportamiento del electorado el año pasado: “Las clases medias, los profesionales, son quienes vieron reducir más sus ingresos mensuales en términos corrientes” en el período 2010-2015, precisó Salvia y contrastó: “El 40% de los hogares más pobres mejoró su ingreso un 8% en ese período”.
No obstante, ese incremento se basó prácticamente en el desarrollo de programas sociales y no en la inserción de personas en el mercado laboral. “Las mejoras cualitativas no fueron relevantes como para alterar la estructura de la distribución del ingreso”, estimó el director del ODSA al referirse a la segunda etapa de los 12 años que el kirchnerismo estuvo en el poder.
“Las familias pobres no tuvieron más trabajo sino mejores programas sociales. Eso reduce la indigencia pero no las saca de la pobreza”, advirtió Salvia y reforzó: “No es sustentable el crecimiento de un país sólo basado en la política social. Lo que se necesita es más empleo. Si eso no cambia, no se va a mover la pobreza estructural, estimada en un 15% de la población”.