Oscar Polansky es un vecino de la ciudad que está internado en el HIGA y desde la cama del Hospital contó su experiencia en la 99.9: “me atropelló un auto y todavía no me operaron. Me hicieron una bota con un cartón doblado y tuve que salir a comprarme medicamentos porque no aguanto el dolor”.
La situación del HIGA es realmente preocupante. Pero no es lo mismo cuando lo cuentan los funcionarios o profesionales que trabajan allí que cuando lo hacen aquellas personas que están internadas, sufriendo en carne propia las carencias. Eso sucedió con Oscar Polansky que relató su situación desde una de las camas del hospital en la 99.9: “estoy tirado en el HIGA hace 13 días. Tuve un accidente en la vía pública, estaba cruzando una avenida y un hombre que pasó dos semáforos en rojo, me atropelló y se dio a la fuga”, contó inicialmente. También reconoció que “gracias a Dios nací de vuelta”.
Durante todos esos días estuvo padeciendo muchos inconvenientes, pero principalmente la desidia de los traumatólogos: “es lamentable lo que pasa acá. Desde el momento que caí, el médico vino 10 minutos, me miró y no me dijo nada. Después de dos o tres días apareció nuevamente y le pregunté si me iban a hacer algo en la pierna. Lo único que respondió era que me tenía que ver otro médico”. La historia no terminó allí porque la solucion no llegó: “el otro médico me dijo lo mismo, que me tenía que atender el anterior. Los traumatólogos se lavan las manos y se tiran la pelota, todos estos días el Hospital estuvo de paro, el dolor es fuerte y no hay medicamentos”.
Ante la falta de insumos, tuvo que salir a comprarlos de su bolsillo cuando el hospital público debería tener las medicinas para paliar el dolor de los internados: “ahora tuve que comprar medicamentos, mi señora tuvo que salir a comprarlos. Ayer entró un chico con el mismo problema, pero a él ya lo operaron el mismo día que entró. A mi todavía no me operaron, me pusieron una bota inventada por ellos, no llega a ser un yeso, es un cartón doblado y me vendaron. Día a día me va doliendo más”.
La desesperación lo llevó a dar a conocer esa situación públicamente porque encontró casos similares e incluso peores. “Estoy tirando líneas por todos lados porque así no puedo estar más. Así como me pasa a mí, le debe pasar a mucha gente. Hay dos casos más que son compañeros y les pasa lo mismo. Un hombre vino de otro lugar porque había llegado la prótesis y lo iban a operar, pero cuando llegó no había ninguna prótesis, hace 5 meses que está esperando”, finalizó.