La Vicepresidenta de la Asociación CEC, Paloma Bokser, analizó en la 99.9 el fenómeno del consumo y sus mutaciones en estos últimos meses por la situación económica. “Hay cambios notables, se está abandonando el consumo de primeras marcas y nos animamos hasta las segundas o terceras marcas. Se incurre en el consumo hormiga, es decir que ya no compramos un kilo de tomates sino un par para la ensalada del día”, detalló.
Las condiciones económicas que tiene el país ha generado una mutación en el consumo de los argentinos que es evidente y se puede seguir profundizando. Desde el Centro de Educación al Consumidor (CEC), afirman que estos cambios son lógicos teniendo en cuenta el contexto.
Paloma Bokser, integrante de la ONG y especialista en consumo indicó en la 99.9 que “el consumidor es la parte más débil de cualquier relación contractual. La responsabilidad que nos toca es poca y es mucha a la vez, porque es difícil defendernos, pero también ocupamos un rol de generar ganancias para los empresarios”.
Al momento de encontrar “culpables” de esta situación, destacó que “a una inflación récord que tuvo el mes de abril, lo acompaña la distorsión de precios. No sabemos cuál es el valor de los productos porque según el punto de venta puede haber diferencias de hasta un 30%”.
Si bien la recomendación habitual es caminar para encontrar los mejores precios, no siempre los argentinos tienen tiempo de hacerlo entre las múltiples responsabilidades cotidianas: “uno quizás no tiene el tiempo suficiente para andar comparando precios, pero el contexto actual nos lleva a tomar esos hábitos. Hay cambios notables, se está abandonando el consumo de primeras marcas y nos animamos hasta las segundas o terceras marcas. Siempre decimos que tiene la misma calidad porque debe pasar por los mismos estándares del gobierno y el ministerio de salud, pero gasta menos en publicidad”.
Bokser también afirmó que “se incurre en el consumo hormiga, es decir que ya no compramos un kilo de tomates sino un par para la ensalada del día. Otra tendencia es comprar al por mayor entre un grupo de personas y luego dividirse las mercaderías”. En la deformación de precios, el dinero invertido por las empresas en el marketing terminan impactando en lo que se paga: “el marketing infiere mucho en el precio final de lo que pagamos en góndola. Otra de las posibilidades es la feria directa del productor. En primer término nos ahorramos mucho porque eliminamos los intermediarios y además, estamos colaborando con la economía de pequeños productores”.
Por otro lado, advirtió que en muchos casos se especula alrededor de los aumentos: “sino no se puede explicar la diferencia de precios. hay muchos mercados que indican que las distribuidoras les remarcan los precios todas las semanas. Por eso pretendemos que el gobierno llame a una mesa de trabajo para ver que tajada de la ganancia se está quedando cada sector”, indicó la especialista.
En estas horas se presentará la actualización de Precios Cuidados y próximamente un nuevo programa para el mejor control del usuario, pero que nada tienen que ver con atenuar la inflación que es el gran problema de fondo: “Precios Cuidados no sirve para frenar la inflación, simplemente pone a disposición del consumidor una serie de productos básicos a un precio más barato para el consumo. Próximamente se lanzará el programa Precios Claros que es una plataforma virtual donde el consumidor puede acceder a los precios de 109 productos en todas sus variedad hasta combinar casi 5.000.000 de productos. Uno podrá ver desde su casa en los 30 mercados más próximos a su domicilio cuanto vale determinado producto para ver donde le sale más barato”, explicó.