Así lo advirtieron las autoridades del Instituto Pasteur. En la última década, hubo un fuerte incremento de las mordeduras de perros. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, pasaron de 6.065 en 2002 a 8.138 en 2012, un 34% más.
El año pasado, se atendieron en el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur 8.138 casos de lesiones provocadas por perros, la cifra anual más alta de los últimos 20 años. De acuerdo a los relevamientos del departamento de Sanidad y Protección Animal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la población canina no aumentó en todo ese tiempo y se mantuvo entre los 600.000 y 700.000 ejemplares. Pero un escenario repetido es el de los ataques en domicilios particulares, por lo que estas mascotas, en especial las que son compradas y adiestradas para frenar a los ladrones, están en la mira como los principales responsables del aumento sostenido en la cantidad de agredidos.
Los chicos son los más vulnerables. Más de la mitad de los casos de mordeduras de perros que se denuncian en el Pasteur tienen como víctimas a chicos de entre 5 y 12 años. Además de los hogares, los ataques también se producen en espacios públicos. Pero los sospechosos de siempre, los perros callejeros, no son los que más muerden, sino los paseados por sus dueños. En Buenos Aires, la proporción de mascotas (sumados los gatos) es de una por cada tres habitantes, pero es aún mayor en barrios del sur.
La cantidad real de ataques se incrementa si se tiene en cuenta que un 30% de los casos no son denunciados por las víctimas. En los últimos diez años, la cifra aumentó un 34%. “Debido a la inseguridad, mucha gente recurre a un perro para cuidar su casa y, en muchos casos, lo adiestran para atacar”, señaló a Clarín Oscar Lencinas, director del Instituto Pasteur.
Según Lencinas, “la mayoría de los casos se da cuando sacan los los perros a pasear”. Y defendió a los perros callejeros aclarando que “son los que menos muerden, porque están adaptados a la calle, donde se mueven todos los días”. Un caso típico en la vía pública es el de las hembras que acaban de parir y reaccionan cuando alguien pretende acercarse a sus crías. Pero los domicilios particulares están en segundo lugar entre los sitios donde se registran las mordeduras. Desde la Fundación Argentina de Bienestar Animal (FABA), destacan la importancia de que se tome registro del contexto en el que se produces las mordeduras y si se dio porque alguien molestó al animal o se trató de una reacción espontánea de éste. Estos datos sirven para evaluar el nivel de agresividad de los animales, que muchas veces no tiene relación directa ni con la raza ni con su tamaño.
¿Por qué alrededor de un 30% de los casos no son denunciados? “Porque el perro pertenece a alguien de la familia o a un amigo”, explicó Lencinas.
En la Ciudad de Buenos Aires, las víctimas de mordeduras deben atenderse al Hospital Durand, desde donde son derivados al Pasteur. “Para evitar la rabia y el tétanos, es vital vacunar tanto a los perros como a los gatos una vez al año, después del cuarto mes de vida”, recomendó Lencinas.