Inmunonutrición | Desde la Sociedad Argentina de Nutrición instan a aprovechar mejor los alimentos para mantener a raya los resfríos y la gripe
Si bien los medicamentos pueden atenuar los síntomas más molestos del resfrío y la gripe, un estado nutricional adecuado no sólo ayuda a prevenirlos sino también a transitarlos mejor. De ahí que en esta época del año en que ambos cuadros resultan tan comunes, desde la Sociedad Argentina de Nutrición instan a elegir mejor los alimentos que comemos para mantenernos alejados de los estados febriles, el dolor de garganta, los estornudos y la tos.
“Existe evidencia de que algunos compuestos naturales presentes en los alimentos poseen efectos importantes sobre el sistema inmune. Entre los inmunonutrientes, aquellos nutrientes capaces de mejorar el sistema de defensas de nuestro organismo, uno de los más importantes son los aminoácidos como la arginina y la glutamina”, explica la doctora Zulema Stolarza, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición.
“Mientras que la arginina mejora la función inmune celular, ya que estimula la actividad de los linfocitos T y promueve la proliferación de los linfocitos, la glutamina es considerada el aminoácido más importante para la respuesta inmune. Se encuentra en mariscos, carnes, quesos, huevos, cereales, legumbres, frutas secas y la soja”, detalla la médica.
Para mantener las defensas altas, no menos importantes son las vitaminas. “La vitamina A, que se halla en las verduras de color amarillo, naranja y rojo (zanahoria, calabaza, zapallo, melón) pero también en la caballa y el hígado, es antioxidante y ayuda a proteger las mucosas. La vitamina C, presente en todos los cítricos, los pimientos y las verduras de hojas verdes y oscuras, posee también efecto antioxidante y es necesaria para el crecimiento y la reparación de tejidos del cuerpo. Y la vitamina B, que se puede obtener comiendo cereales integrales, verduras de color verde y legumbres, posee por su parte propiedades inmunoestimulantes y ayuda a reforzar el sistema inmune”, detalla la médica.
“Se sabe que la escasez de vitamina D aumenta la susceptibilidad a infecciones y recientemente se ha observado que en valores adecuados actúa sobre las células inmunes como linfocitos B y T”, agrega la doctora Mónica Katz, médica nutricionista e integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición, al resaltar la importancia de ingerir lácteos.
Pero además de vitamina D los lácteos también ofrecen “lactoferrina, que tiene propiedades antimicrobianas, antivíricas y antibacterianas, fortalece la función inmune y modula la respuesta inflamatoria” y “pueden aportar probióticos: microorganismos que viven en los lácteos fermentados como el yogurt y que permanecen vivos en el organismo humano produciendo sustancias que les impiden a los microorganismos patógenos implantarse y multiplicarse”, explica la doctora Katz.
Una dieta contra el resfrío y la gripe también debería incluir caballa, atún, sardinas y chía, alimentos ricos en ácidos omega 3, un nutriente que mejora la función de los neutrófilos, aumenta las inmunoglobulinas y disminuye la inflamación”. Y también yemas de huevos, nueces e hígado, todos alimentos ricos en zinc, “un mineral que ayuda a reducir la duración del cuadro gripal”, comenta la doctora Katz.
Dos interesantes aliados contra los males del invierno son también el ajo y la cebolla. “Ambos poseen efectos antibiótico y antiséptico, aumentan las defensas y mejoran la respuesta del organismo ante el ataque de virus y bacterias. Pero además sus propiedades mucolíticas ayudan a expulsar las mucosidades. Si bien el ajo pierde sus propiedades al ser cocinado, la cebolla no”, aclara por su parte la doctora Stolarza.
Aunque menos frecuente en nuestra cocina, también el jengibre resulta otro alimento para tener presente en esta época del año, señala la presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición. Y es que “por ser muy rico en aceites esenciales, vitaminas, minerales, antioxidantes y aminoácidos, otorga muchos beneficios: es analgésico, antiinflamatorio, antimicrobiano y antifebril; y favorece además la expectoración”.