Tensión entre sindicalistas y el gobierno | Eliminó las 35 horas semanales de trabajo, un símbolo del gobierno socialista. Ahora lo analizará la Asamblea Nacional.
Antes del encuentro entre el líder de la CGT de Francia, Philippe Martínez, y la ministra de Trabajo Myriam El Khomri tras diez manifestaciones de protesta contra la reforma laboral y en plena madrugada, la Cámara de Senadores francesa, con mayoría conservadora, dio vuelta la ley que ha sumergido al país en el conflicto social. Puso fin a las 35 horas semanales laborales, un símbolo del gobierno socialista, y modificó el artículo 2 de la reforma laboral, que flexibiliza los vínculos de negociación entre empleados y empleadores en las empresas y les quita peso a los sindicatos. El proyecto deberá volver ahora a la Asamblea Nacional para una segunda lectura.
Por 186 votos contra 153, los senadores votaron contra la propuesta del gobierno y “la lógica de este artículo 2, así como las 35 horas y la duración minima del tiempo parcial de trabajo”, explicó el diputado informante de la comisión de Asuntos Sociales, Jean Baptiste Lemoyne.
Una desregulación del tiempo laboral a 39 o 40 horas semanales, que la ministra El Khomri no quiere poner en marcha y, mucho menos, que entren en esta delicada negociación por la puerta de atrás. El proyecto había incorporado 190 enmiendas, la mitad de un grupo de senadores comunistas, republicanos y ciudadanos, conocido como CRC. Ellos consideran que esta negociación directa entre empleados y empleadores “es una orden de la Comisión de Bruselas y representa el dumping social”.
“Ustedes quieren volver a las 39 horas sin compensación”, denunció la ministra de Trabajo.
Ahora deberá reunirse una comisión mixta del Senado y la Asamblea Nacional para encontrar un acuerdo. En caso de fracaso, es la Asamblea Nacional quien tendrá su última palabra.
El gobierno puede acudir, en esa segunda lectura, al artículo 49,3, que no exige el debate. Esta herramienta ya se aplicó en esta ley y detonó una moción de censura que el gobierno ganó. Pero, esta vez, puede haber moción de censura y no tener la misma suerte.
En la misma mañana en que se conoció la decisión de los senadores, se produjo el postergado encuentro entre el líder de la CGT, Philippe “Zapata” Martínez, y la ministra de Trabajo, tras cuatro meses de espera y diez movilizaciones de protesta que tuvieron al país casi paralizado.
Durante una hora, Martínez y dos de sus colaboradores explicaron las propuestas, que no incluyen el retiro de la ley, aunque el 67 por ciento de los franceses apoya esa alternativa. Luego Martínez y la ministra se entrevistaron a solas.
“Un intercambio constructivo”, declaró luego el sindicalista y técnico de Renault. “Hay puntos de desacuerdo entre la CGT y el gobierno sobre el fondo de las cosas, respecto de las jerarquías de las normas”, aclaró. La ministra dijo que analizaría las propuestas.
Con un gran clima de tensión entre el gobierno y los sindicalistas por la violencia en las marchas, eran evidentes los desencuentros. El interrogante es si la CGT puede conservar la fuerza para continuar las movilizaciones callejeras el 23 y 28 de junio, como lo ha anunciado.