Celulares robados: cómo evitar que terminen en manos criminales

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Los especialistas coinciden en que deben hacerse las denuncias; es clave para impedir que a esos aparatos los usen narcotraficantes, secuestradores y tratantes de personas

“Teléfonos salpicados de sangre.” Esto dijo el comisionado Carlos Rojas, a cargo de la División de Cibercrimen de la Policía Metropolitana, respecto de los celulares robados que no son denunciados y que terminan en manos de delincuentes, quienes los adulteran y usan para que sean imposibles de localizar, ya que las líneas prepagas con tarjetas SIM tienen un origen desconocido que no se pueden rastrear.

“Sólo se necesita una PC, una conexión de Internet, una interfase que sirva de interlocutor entre el programa del celular robado y la computadora y un programa que se consigue en la Red, para darle una nueva vida a un teléfono robado”, indicó Rojas. La Policía Metropolitana identificó cuevas en las zonas de Once, Constitución, Retiro y Liniers, que funcionan como laboratorios clandestinos de teléfonos, donde se procede a adulterar unidades móviles de manera masiva.

Todos los dispositivos celulares tienen un número de identidad internacional de equipo móvil (Imei). Justamente el Imei es el número de identificación de todo celular, único e irrepetible, en el mundo. El número se puede verificar de dos maneras: grabado en la batería del teléfono y de manera digital, presionando *#06# en el dispositivo. En ambos casos deben coincidir los 15 números de esa identificación; de lo contrario, se debe dudar de la procedencia del aparato.

“Las bandas de secuestradores, por ejemplo, se nutren de estos equipos robados, ya que por cada llamada realizada usan un teléfono distinto, para evitar que los ubiquen. En cambio, las bandas de narcotraficantes cambian los celulares, en promedio, una vez por semana, lo que hace imposible rastrearlos y escucharlos”, continuó Rojas.

Todas las fuentes consultadas coinciden en la importancia de denunciar los celulares robados, para evitar convertirse en cómplices del crimen organizado. En la Argentina se denuncia un promedio de 5000 celulares robados por día en las operadoras de servicios, según las últimas estadísticas de GSMA, una asociación global que nuclea a los jugadores del ecosistema móvil. “La mayoría de las personas no denuncian el robo porque piensan que pierden el tiempo, y eso vuelve muy difícil hacer estimaciones reales de hurtos”, comentó Lucas Gallitto, asesor de tecnología de GSMA. “Lanzamos una herramienta en Internet que permite verificar el Imei de un teléfono, para constatar si fue denunciado como robado”, continuó. El 16 de abril, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) habilitó el servicio que permite acceder en tiempo real a la base mundial de Imei, y ya registraron más de 70.000 consultas locales.

Un negocio progresivo

“Cuando se efectúa la denuncia de un equipo robado en empresas prestadoras de servicios, ellos ingresan el teléfono en una lista negra que comparten con otros operadores a nivel global y, además, se procede al bloqueo del aparato”, aclaró Gallitto.

La GSMA estima que 8 de cada 10 teléfonos en la Argentina tienen servicio prepago. En Estados Unidos el 90% de los teléfonos tiene servicio pospago o con contrato, algo que consideran propio de la dinámica económica de la región.

Cristina Caamaño, a cargo de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (Datip), también coincide con los números de GSMA en el país: casi el 80% de los teléfonos celulares es prepago, sólo el 20% de las líneas es pospago. “Es importante que los chips sean nominativos y estén regulados, para que las empresas prestadoras posean los datos de titularidad de todas las líneas en funcionamiento; de otra manera, desconocemos si un usuario es ficticio y, en consecuencia, tenemos listas con nombres como Pato Donald, o domicilios con muchas líneas; por ejemplo, hay una vivienda en la avenida Jujuy que registraba 256.000 aparatos”, agregó Caamaño.

“Hoy sabemos que en todos los delitos va a haber por lo menos un teléfono celular”, confirmó Caamaño. Por esa razón, la Datip organizó el martes pasado una comisión de fiscales, en la cual resolvieron avanzar con investigaciones judiciales para poder identificar lugares de venta o de adulteración del Imei, lanzar campañas de difusión a la sociedad para incentivar la denuncia de celulares robados, para instar a una compra responsable, en lugares oficiales.

“También se quiere avanzar en reuniones con operadores del Poder Ejecutivo para presentarles algunas cuestiones que se consideran problemáticas al llevar adelante investigaciones judiciales. Entre los presentes estuvieron Jorge Di Lello, titular de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional N° 1; Diego García Yomha, titular de la Dirección de Análisis Criminal y Planificación de la Persecución Penal (DAC); Santiago Marquevich, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Investigaciones de Secuestros Extorsivos, y Horacio Azzolin, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci).

“La importancia del análisis de este fenómeno criminal radica en que un porcentaje de los celulares robados es utilizado por organizaciones criminales complejas que encuentran en estos dispositivos una herramienta útil para comunicarse sin ser identificados”, explicó Azzolin, titular de la Ufeci. También comentó que al atacar a la industria detrás de estos delitos, se desactivan las organizaciones delictivas que se nutren de los celulares adulterados.

“Existe un mercado negro que roba más de dos millones de celulares al año, mientras que la producción local de teléfonos móviles es de 10 millones”, comentó Leonardo Rajchert, presidente de la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (Catema). Desde Catema, están realizando una campaña para concientizar sobre la compra de celulares robados con el lema: “Comprar robado te hace cómplice”. El robo de este tipo de aparatos alimenta un negocio clandestino de compraventa de dispositivos que se calcula en 200 millones de pesos mensuales, según estimó Catema.