La colombiana es una de las colectividades que más creció en los últimos años en la Ciudad.
Por OMAR GIMENEZ para Diario El Dia
Cuando Eliana Montoya Panche (25) llegó a La Plata en el año 2009 desde el Occidente de Colombia para estudiar Periodismo en la Universidad, eran alrededor de 800 los jóvenes colombianos que vivían, estudiaban y trabajaban en La Plata. Hoy son 2.500, según los números que manejan en el Centro de Estudiantes Colombianos en La Plata, del que Eliana forma parte y que fue creado en el año 2012 para acompañar a los jóvenes en las principales trabas que, por lo general, se les presentan al llegar a la Ciudad: “problemas con la homologación de títulos, obstáculos de distinta índole en los trámites y dificultades para concretar alquileres”, enumera Ana Téllez (32), una psicóloga recibida en Bogotá que llegó para hacer una maestría en Antropología Social y que hoy vive en La Plata y trabaja en la Universidad de Quilmes.
Como Ana y Eliana, muchos jóvenes colombianos, la mayoría de entre 18 y 35 años, eligieron venir a La Plata en los últimos años, algunos para estudiar en la Universidad y otros para trabajar. La tendencia se enmarca en un crecimiento de la inmigración colombiana a la Argentina que se acentuó a partir del 2003. En 2014 ya eran 50.000 los colombianos radicados en el país, el 70% de ellos, estudiantes, según los datos de la Dirección Nacional de Migraciones.
Las razones que impulsan la elección de los jóvenes que llegan a La Plata son económicas, académicas y laborales. Muchos de ellos arribaron después de iniciar una carrera de grado en Colombia, para completarla en la Argentina. Otros, para hacer tecnicaturas o maestrías y hay quienes sólo vinieron a trabajar, buscando mejores condiciones laborales que las que encuentran en su país.
“Hasta hay algunos que llegan exclusivamente para probarse en distintos clubes de fútbol de la zona”, dice Juan David Pérez (22), procedente de Medellín, quien lleva un año y medio en La Plata, donde estudia Trabajo Social y Periodismo Deportivo.
Los jóvenes colombianos hablan de estadías promedio en la Ciudad que oscilan entre los 6 y los 8 años para los que vienen a cursar una carrera de grado y de 3 para los que cursan un posgrado. Y de una adaptación que se hace más fácil a medida que la comunidad de connacionales crece.
“Cuando no había tantos colombianos en La Plata la adaptación llevaba más tiempo”, reconoce Eliana.
Con todo, hay aspectos que les sigue costando manejar. Lo más difícil, dicen, es adaptarse a la comida y al clima local.
EL FACTOR ECONOMICO
“Según lo que estudies y el establecimiento que elijas, una carrera en una universidad privada de Colombia tiene costos muy variables, de entre 800 y 6000 dólares por semestre. Podés hacerla también en la pública, donde el ingreso no es irrestricto (hay cupos) y tampoco es gratuita, porque se hace un estudio socioeconómico de cada alumno y de acuerdo a eso se establece una cuota semestral. Esa es una de las principales razones por las que muchos colombianos venimos a estudiar acá, pero no la única. También tiene que ver con la calidad de la educación Argentina y el perfil de las universidades, más orientadas a lo europeo que a lo estadounidense, que es lo típico en Colombia”, dice Juan David Báez, quien comenzó a estudiar música en Bogotá, pero llegó a La Plata insatisfecho con su carrera y atraído por la “oferta académica más amplia y diversa” de la UNLP, a lo que sumó su interés por la tradición musical argentina.
Con todo, las estadías en el país, representan para los jóvenes gastos de entre 2.500 y 3.000 dólares semestrales, a los que suman alrededor de 900 dólares correspondientes a un pasaje aéreo para viajar, al menos una vez al año, a visitar a sus familias. Esos gastos se afrontan con ayuda familiar y, en muchos casos, trabajando mientras estudian.
“Los empleos más frecuentes a los que se accede son los de meseros, empleados de call center, o para atender negocios”, según cuenta Eliana.
“Los empleos más frecuentes a los que se accede son los de meseros, empleados de call center, o para atender negocios”
Otros llegan exclusivamente para trabajar, atraídos por la diferencial en dólares entre los salarios mínimos argentino y colombiano, pero no sólo por eso. También por las condiciones de trabajo.
“En Colombia, el salario mínimo es de alrededor de 210 dólares. Acá supera los 400 y esa diferencia atrae a muchos de los jóvenes que viajan. También la posibilidad de conseguir un empleo estable, ya que en Colombia todo el trabajo está precarizado y los contratos son temporarios, por tres meses, renovables. El aporte jubilatorio es insuficiente, La cobertura de salud que ofrecen las obras sociales tiene una calidad ínfima. Y los trabajadores tienen serias dificultades para defender sus derechos, porque los sindicatos son débiles y se los persigue mucho”.
Mientras hablan, los jóvenes preparan los festejos de un nuevo aniversario de la Independencia Colombiana, que se celebra el 20 de este mes. Pero no quieren que sea sólo un festejo, sino también una oportunidad de reflexión sobre Colombia y su historia. Desde la especial perspectiva que da la distancia.