La condena a dos años de prisión que recibió un hombre por tocar a una mujer en el subte instala la sanción penal para este tipo de conducta.
Mientras algunas personas siguen considerando al manoseo y las “apoyadas” en el micro casi como una travesura o una falta menor, la Justicia acaba de enviar un fuerte mensaje a quienes concienten o incurren en conductas de este tipo: se trata de algo que no solo está mal sino que puede llevar a prisión.
Como muchos saben, en un fallo sin precedentes, un tribunal de la ciudad de Buenos Aires acaba de condenar por abuso sexual simple a un hombre que le tocó las nalgas a una pasajera, imponiéndole una pena de dos años de prisión en suspenso. La condena recayó sobre Darío Alberto Sanabria, un carpintero de 45 años, quien tras cometer el abuso evitó ser linchado arrojándose a las vías del subterráneo, donde permaneció hasta que llegó la policía y lo llevó detenido.
El episodio ocurrió el 10 de enero de 2015 en un vagón de la línea C de subterráneos, cuando la formación circulaba cerca de la estación Mariano Moreno. La víctima, quien al principio no pudo reaccionar, decidió bajarse en la parada Diagonal Norte, pero lo mismo hizo el agresor, que la siguió hasta la estación 9 de Julio.
Fue entonces cuando un pasajero le preguntó a la mujer si conocía a quien la seguía y, ante la angustia de la muchacha, que dijo que la estaba “tocando”, otro pasajero se acercó a ellos y le dio una trompada al abusador. Acorralado por la gente que comenzó a insultarlo por su conducta, Sanabria se tiro a las vías del subte para evitar ser linchado.
Pese a que en el juicio el agresor habría mostrado un “arrepentimiento sincero”, eso no impidió que los jueces Gustavo Valle, Miguel Caminos y Gustavo Rofrano, del Tribunal Oral en lo Criminal 3, le impusieran la inusual pena a prisión.
Su decisión, claro está, no fue ajena a un contexto social sensibilizado por el fenómeno de la violencia de género y que cada vez reacciona más frente a este tipo de situación. Así lo destaca, entre otros, Baiana Accinelli, coordinadora en La Plata de Acción y Respeto, una organización que se ocupa de denunciar el acoso callejero que sufren las mujeres diariamente en nuestro país.
“Si este caso llegó a una condena fue gracias a que una parte de nuestra sociedad ya no mira para otro lado cuando ocurren cosas así. Afortunadamente cada vez son mas las mujeres y los hombres que se solidarizan con quienes sufren manoseos o acoso en la vía pública, y hasta participan en escraches contra los agresores. En ese sentido, esperamos que este fallo contribuya a profundizar este cambio social”, comenta Accinelli.
“Las dificultades para sustentar las denuncias por manoseos en micros y trenes lleva a que la inmensa mayoría de los casos, que son cientos por día, queden impunes, sin recibir siquiera una condena social -explica Accinelli-. De ahí la importancia de este fallo, que sienta un precedente jurídico, pero que además quizás sirva para que quienes deben intervenir o tomar las denuncias no se desentiendan cuando una mujer reacciona porque alguien la tocó”.
Denuncias
Las denuncias por acoso y manoseo en el transporte público son motivo de unas 390 llamadas por día a la línea 911. Un informe de la organización “Defendamos Buenos Aires” sostiene que al menos cuatro mujeres por hora sufren situaciones de este tipo en el Conurbano y la capital federal.