Autos argentinos, con la mayor presión impositiva del mundo

Los impuestos llegan a un 55% del valor de un 0 kilómetro y le sigue Brasil con el 30%. En Estados Unidos es sólo de un 7,5%. En el negocio automotor las empresas son socios minoritarios con el Estado, que se lleva la mayor parte. Por esto, los vehículos en el país son caros.

presion-impositiva-autos-0KMEn algo no hay grieta, ni divisiones, ni enfrentamientos. Es en el precio de los autos. Difícil sería encontrar alguien que diga que los 0 km en la Argentina no están caros. Cualquier comparación con otros mercados muestra que en el país se pagan cifras exorbitantes por un vehículo y sobran los ejemplos que muestran que por el valor de un auto mediano, sin demasiadas pretensiones, comprado en una concesionaria local, se podría acceder a un superdeportivo en los Estados Unidos y hasta en Europa.
Muchas veces las críticas caen sobre fabricantes y vendedores pero la explicación más certera está en otro ámbito y es muy sencilla: la Argentina tiene la mayor presión impositiva del mundo en materia automotriz. Según datos que maneja la asociación que agrupa a los fabricantes (ADEFA), el 54,8% del valor de un vehículo se lo lleva el fisco. De esta manera, las automotrices son (a la fuerza) socios minoritarios del negocio que comparten con el Estado.
Por otro lado, su par brasileña, ANFAVEA, realizó un trabajo que señala que en Brasil la carga tributaria llega al 30% mientras que el país siguiente respecto del peso fiscal es Italia con un 18%. Esta comparación se realiza entre países que cuentan con industria automotriz. El dato más sorprendente es la diferencia que existe con Estados Unidos, en que sólo el 7,5% del valor de un 0 km es impuestos.
La cifra del 54,8% se refiere sobre el valor promedio de los modelos más vendidos, que son los más accesibles, pero es mayor si se toma otro segmento. Por ejemplo el de alta gama, ya que a estos modelos se les aplica un tributo adicional que son los Impuestos Internos.
“Entre los impuestos se encuentran algunos muy distorsivos como Ingresos Brutos provinciales, contribuciones sobre el trabajo, tasa de seguridad y sellos, los cuales se acumulan en cascada no pudiendo eliminarse o compensarse”, señala ADEFA. Otros de los tributos que se pagan en la cadena de producción y comercialización son, además del IVA, el de participaciones societaria, créditos y débitos, Ganancias y contribuciones patronales. Muchos de estos gravámenes le quitan competitividad a la industria local. En ese sentido, en una entrevista con este diario hace cuatro meses, el presidente de la entidad fabril, Enrique Alemañy, había señalado que la Argentina se había convertido en “un país que exporta impuestos”.