Los proyectos en discusión incluyen propuestas que obligan a las firmas extranjeras a tener socios locales y restricciones sobre cuántos casinos puede tener cada compañía.
Un anciano con cardigan marrón sentado en la puerta de un bar del lujoso barrio Jardins en San Pablo no parece para nada un mafioso. Sin embargo, en realidad es uno de los tantos operadores del Jogo do Bicho, una estafa brasileña dirigida por jefes de la mafia y funcionarios públicos corruptos que mueve u$s 3.700 millones por año.
“Mi trabajo es un poco como el del terapeuta”, contó mientras explicaba cómo jugar a la lotería ilegal que empezó como una rifa en un zoo de Río de Janeiro en 1888. Los clientes a menudo le cuentan sus sueños, que él interpreta con la ayuda de un diccionario especializado que determina cuál de los 25 animales de la lotería deben elegir.
¿Soñaste que perdías un vuelo? Eso significa que sentís remordimiento y deberías apostarle al águila. “Las serpientes son muy comunes, indican traición”, explicó.
La popularidad del Jogo do Bicho entre ricos y pobres, viejos y jóvenes de Brasil es prueba de lo rentable que puede ser la industria del juego en el país si fuera legal, aseguran los expertos en el sector.
Frente a una prohibición que lleva 70 años, el gobierno de Brasil finalmente podría legalizar el juego ahora en un esfuerzo por aumentar su recaudación fiscal y así reducir el déficit presupuestario del país. Los operadores de casinos y casas de apuestas de todo el mundo mostraron un inmenso interés en el negocio.
“Sería uno de los acontecimientos más significativos de la historia del juego si Brasil abriera el sector”, declaró la casa de apuestas William Hill en un comunicado.
William Hill, rival de Ladbrokes el grupo de casinos norteamericanos MGM Resorts International y las suecas Betsson y NetEnt señalaron que están interesados en expandirse en Brasil cuando el sector esté regulado.
“El mercado brasileño tiene un enorme potencial con una población que hace tiempo mantiene una historia de amor con el fútbol, que es el producto de Ladbrokes con mayor crecimiento”, afirmó la corredora de apuestas, mientras que MGM recalca su interés en los “resorts integrados a gran escala”.
Luiz Maia, abogado de San Pablo especializado en juego, sostiene que los clientes multinacionales están negociando asociaciones locales y hasta firmaron contratos inmobiliarios provisorios a la espera de la promulgación de la ley.
En base al cálculo de que los mercados de apuestas normalmente representan cerca de 1% del PBI de un país, la plaza de Brasil podría mover R$ 55.000 millones en apuestas, según el Instituto de Juego Legal de Brasil (IJL).
“El juego de alguna manera siempre fue tabú acá, pero en el resto del mundo es un segmento de la industria del entretenimiento”, afirmó Magno José Santos de Sousa, presidente de IJL, quien agregó que Brasil está perdiendo R$ 6.000 millones en impuestos por el mercado de juego ilegal, que mueve R$ 20.000 millones.
El juego fue prohibido en 1941 junto con el vagabundeo como parte de la Ley de Contravención Penal de Brasil, normas que empezaron a regir durante el período de industrialización del país para elevar la productividad. En 1946 el entonces presidente Eurico Dutra emitió un decreto que ordenaba el cierre de todos los casinos existentes. Sólo estaban permitidas las loterías estatales, el póker y las apuestas en los hipódromos.
En los años noventa, el bingo fue reintroducido conforme a la Ley Pelé para financiar actividades deportivas, pero se convirtió en blanco de los lavadores de dinero, lo que llevó a la Corte Suprema a declarar su ilegalidad en 2007.
El Congreso de Brasil está discutiendo varios proyectos de legalización que incluyen propuestas que obligan a las firmas extranjeras del sector a tener socios locales y restricciones sobre cuántos casinos puede tener cada compañía. Las apuestas online quizás sigan siendo ilegales para no fomentar la adicción.
Una vez que salga la ley, podría conseguir la aprobación presidencial este año, pero más probablemente a principios de 2017, según Maia. Sin embargo, el presidente de Brasil podría tratar de acelerar el proceso para crear primero una agencia regulatoria del juego, mientras al mismo tiempo el gobierno busca maneras para reducir el déficit presupuestario superior a 10% del PBI.
Los operadores extranjeros probablemente dominen la industria del casino, instalándose en centros turísticos como Río de Janeiro, si bien en las apuestas deportivas habrá más competencia con las compañías brasileñas, especialmente por el posible interés de los grupos de medios locales, afirman los analistas.