La información, que se demostró falsa, contaba una supuesta agresión sexual en la Universidad de Virginia.
La revista Rolling Stone y una de sus periodistas, Sabrina Rubin Erdely, han sido condenadas este martes a pagar tres millones de dólares (2,7 millones de euros) a Nicole Eramo, administradora de la Universidad de Virginia (Estados Unidos), por un artículo publicado en 2014 que relataba la supuesta violación de una estudiante del centro por un grupo de estudiantes y que después se demostró que era una falsedad. El jurado popular considera que los condenados son responsables de la difamación de esta información con “malicia”.
El reportaje titulado Una violación en el campus detallaba una supuesta brutal violación en cadena a una joven de 18 años, que ocultaba su identidad tras el nombre Jackie, por parte de siete alumnos en la sede de una hermandad del campus.
Eramo, la cual aparece citada en el artículo, demandó a la revista y a la periodista al considerar que en el escrito había sido caricaturizada como la “principal villana” de la trama, por lo que reclamó siete millones y medio de dólares. La periodista ha sido condenada a pagar dos millones de dólares a la administradora de la universidad, mientras que la revista y la empresa editora Wenner Media deben abonar un millón.
A los pocos días de que el reportaje fuera publicado varios medios de comunicación cuestionaron el testimonio de la supuesta víctima y se plantearon serias dudas sobre la veracidad de la historia. Dos semanas después, el director de la revista pidió perdón a los lectores.
La Rolling Stone contactó a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia para que elaborase un informe sobre el caso. El informe, titulado Anatomía de un fracaso periodístico, detectó tres fallos graves: el uso de seudónimos, la falta de verificación de la información y la ausencia de datos que corroborasen o contradijesen la versión de la supuesta víctima. La revista retiró inmediatamente el artículo y se disculparon con los lectores.
El polémico reportaje consiguió alrededor de tres millones de visitas en internet y reavivó el debate sobre la supuesta cultura machista de las fraternidades universitarias.