Tras realizar con éxito las primeras pruebas, comenzarán una segunda etapa de desarrollo. Investigadores de la Facultad de Ingeniería buscarán aplicar un algoritmo 100% argentino para el control de la glucosa, que le dará “mayor independencia” al paciente diabético.
Un equipo de científicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) participó del primer ensayo clínico realizado en la Argentina del denominado “páncreas artificial” en personas con diabetes tipo 1. Luego de esta exitosa etapa inicial se preparan para una segunda fase con “inteligencia” desarrollada 100% en nuestro país. El objetivo es poder brindarle más independencia al paciente.
El páncreas artificial es un dispositivo para regular de forma automática el valor de azúcar en sangre, sin necesidad de que el paciente realice las correcciones con insulina habituales en el manejo de la diabetes tipo 1. Se trata de un sistema de control automático que consta de un sensor continuo de glucosa y una bomba de infusión de insulina, conectados a un teléfono celular con un software que modula la liberación de insulina de acuerdo a la necesidad del paciente.
En la primera fase participaron cinco pacientes que fueron monitoreados por un equipo interdisciplinario compuesto por ingenieros, endocrinólogos, farmacólogos y enfermeros, durante 36 horas, de manera presencial y remota. El páncreas artificial logró regular la glucemia de cada uno de los pacientes. En la prueba que se hizo en el hospital Italiano de Buenos Aires participaron, además de la UNLP, el Instituto Tecnológico de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Quilmes (todos miembros del Conicet) y médicos del nosocomio. También colaboró el Centro Tecnológico para la Diabetes de la Universidad de Virginia y se contó con el apoyo económico de las fundaciones Nuria (Argentina) y Cellex (España).
Los investigadores involucrados en el proyecto integran el Grupo de Control Aplicado del Instituto de Investigaciones en Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (Leici), del Departamento de Electrotecnia. Se trata del Dr. Ing. Fabricio Garelli; Dr. Ing. Hernán de Battista; Ing. Nicolás Rosales y la alumna próxima a recibirse de ingeniera Emilia Fushimi.
El ingeniero Garelli dio detalles de cómo seguirá el proyecto: “En la segunda fase la novedad es que el algoritmo es completamente argentino, desarrollado por investigadores del Conicet y la UNLP. En esta etapa se espera disminuir aún más la necesidad de intervención del paciente, de manera que no tenga que introducir algunos datos, como cuándo ni cuánto va a comer. Es decir, el dispositivo incorpora un grado mayor de automatismo”, explicó. Garelli mencionó además que dentro del algoritmo el grupo de la UNLP desarrolló una capa de seguridad para evitar los episodios de hipoglucemia (cuando los niveles de glucosa bajan demasiado), que es la principal complicación de los ensayos clínicos que se han reportado del páncreas artificial.
Un desafío mayor
Garelli reconoció que el desafío “ahora es mayor” ya que al liberar al paciente de anunciar cuánta comida va a ingerir “el controlador debe generar el bolo de insulina, que es la inyección que se le da para compensar la comida”.
El doctor en Ingeniería pidió “ser prudentes y cautelosos”. El motivo es que “el nombre de páncreas artificial puede ser interpretado como un órgano completamente artificial, cuando en realidad estamos hablando de un sistema de control de glucosa automático. No reemplaza de por sí todas las funciones del páncreas y, a su vez, está en fase de investigación. Eso sí: va avanzando continuamente”, destacó.
Además afirmó que “el hecho de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) lo haya aprobado, es un paso significativo para que en un futuro, cuando el equipo se perfeccione y sea patentado, pueda ser comercializado en nuestro país”.
Según el especialista, uno de los principales beneficios del nuevo dispositivo es que constituye “un avance importante, respecto al control manual por parte del paciente, en especial durante los períodos nocturnos, cuando al diabético se le hace más dificultoso percibir los síntomas de la hiperglucemia (cuando el nivel de glucosa se eleva) o hipoglucemia, lo que puede tener consecuencias muy graves”.