El camionero polaco intentó evitar el atentado de Berlín

Según la autopsia, el conductor estaba vivo en el momento del atentado y, por las señales de lucha en su cuerpo, peleó contra el terrorista.

Los médicos forenses han logrado determinar la causa y hora de la muerte del conductor polaco del camión utilizado en el atentado en el mercadillo navideño de Berlín y permitido a los investigadores recrear que pasó en la cabina del vehículo mientras arremetía contra todo lo que tenia por delante. Y lo que pasó fue una pelea entre el terrorista y el camionero polaco pues éste, que fue hallado muerto en el asiento del copiloto, no sólo vivía mientras se produjo el atentado sino que por las señales de lucha encontradas en su cuerpo , la investigación ha podido deducir que incluso intentó evitarlo.
Según los resultados de autopsia practicada al camionero polaco y adelantada por el diario Bild, su cuerpo presentaba heridas de arma blanca que revelan que hubo una pelea y que su muerte fue por un disparo de arma de pequeño calibre, una vez que el camión chocó contra un árbol tras un recorrido de entre 60 y 80 metros arrollando a gente y puestos callejeros. “Tuvo que haberse producido una lucha. Posiblemente el terrorista atacó con un cuchillo en numerosas ocasiones al camionero porque éste intentó impedir la tragedia”, afirman fuentes de la investigación.
El terrorista le disparó y luego emprendió la fuga. En su acción, que ha sido reivindicada por el autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés), murieron 12 personas y otras 48 resultaron heridas, 18 de ellas en estado grave.
El camionero polaco, identificado como Lukasz Robert U, tenía 37 años, estaba casado y era padre de un adolescente de 17 años. Su primo y propietario de la empresa que fletaba los camiones, Ariel Zurawski, le describe como un hombre fornido, de 1,85 metros de estatura y 120 kilos.“Creo que una persona sola no hubiera podido con él”, afirmó Zurawski, que se enteró de lo ocurrido con su camión y su chófer dos horas después de producirse el atentado, cuando a las diez de la noche la Policía llamó a su puerta para pedirle que le acompañaran a comisaria. Fue interrogado durante seis horas. Luego se le mostró la foto de su primo para que procediera a la identificación: “Fue horrible. Tenía heridas con un objeto punzante, de pistola. Tenía la cara hinchada y ensangrentada, como si hubiera peleado”, ha declarado Zurawski.
El camión fletado por su empresa, con sede en la ciudad polaca de Gryfino, al sur de Szczecin, cargó en Turín, Italia, material de acero para la construcción. Su destino era Berlín, donde la víctima llegó el lunes por la mañana con la idea de descargar y dormir en casa ese mismo día. La descarga no pudo realizarse porque se había fijado para el martes, por lo que tuvo que esperar. Aparcó el camión frente a la empresa alemana que debía recibir el material, a unos 5 kilómetros del mercadillo de Navidad, y se fue a tomar un kebab, momento que recoge una cámara de vídeo del local. Eran las 14:00H. Una hora después habló con su mujer. Fue la última vez.
El GPS del camión, de la marca Scania y color negro, recoge hacia las 15:45 varias encendidas de motor, “como si se estuviera probando”, comentó Zrurwaski. A las 20:00 el camión provocaba una tragedia, el mayor atentando que se ha registrado en Alemania en décadas. Su autor sigue huido.