La entonces Presidenta celebró un acto en el que detalló la infraestructura que se iba a adquirir para combatir los incendios; las aeronaves nunca se llegaron a licitar
Se puede hacer poco para evitar que 1500 rayos caigan en una zona seca y combustible como pocas. Pero al menos, se puede estar preparado para la emergencias.
Fue a fines de 2012 cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner hizo un acto en la Casa Rosada. Sobre la plaza que aún albergaba el monumento a Cristóbal Colón, una decena de camiones hidrantes daban marco al encuentro. “A los que quieren provocar incendios, acá tienen una brigadista”, dijo Cristina Kirchner. Fue el preludio de la presentación de la compra de 26 aviones hidrantes. Aclaró entonces que se invertirían 57 millones de pesos. Nunca se compró ni uno solo. Más aún, ni siquiera se llegó al proceso licitatorio.
Los anuncios sólo quedaron en eso. Según lo que surge de la Cuenta Ahorro Inversión que publica todos los años el Ministerio de Economía, y que es una suerte de memoria y balance de los movimientos del Estado, la Jefatura de Gabinete de ministros, que en ese momento tenía dentro de su órbita a la Secretaría de Medio Ambiente, jamás compró los aviones con los que generó este acto la ex presidenta.
En 2015, por ejemplo, el Sistema Federal de Manejo del Fuego, subejecutó sus partidas. De 486 millones que tenía asignados gastó 450 millones de pesos. Fue el primer año, desde 2012, en el que volaron más de lo que estaba previsto en el programa del Sistema Aéreo de Prevención y Lucha contra Incendios. Sin embargo, el programa Cursos a Combatientes de Incendios, que tenía una meta de 1600 agentes capacitó a 829. Algo similar pasó con el programa Equipamiento Unidades Regionales para Lucha contra Incendios. De 12 unidades que se deberían haber equipado, sólo la mitad logró el objetivo.
A diciembre de 2015, el sistema contaba con 107 autobombas de las cuales un 35 por ciento estaba fuera de servicio. No todas están reparadas aún. Hace dos semanas, se entregaron 13 autobombas de ataque rápido de incendio forestales, de las cuales ocho de ellas están destinadas a la Patagonia y algunas estuvieron estos días en La Pampa.
Últimamente, se incorporaron una unidad de logística, equipada con materiales de combate de incendios forestales, elementos de protección de personas y dos centrales meteorológicas móviles. Sin embargo, el principal aliado, los aviones hidrantes, nunca llegaron. Hoy la flota está compuesta por 18 aviones hidrantes contratados y cinco aviones observadores.
Difícil hacer un contrafáctico semejante respecto de qué hubiera pasado si aquella promesa de 2012 no hubiera sino nada más que un acto para la militancia. Seguramente se hubieran producido los incendios. Pero posiblemente, hubieran terminado antes.