La Armada realiza vuelos de patrullaje para constatar incursiones por parte de los buques a la Zona Económica Exclusiva, donde se arriesgan a ser capturados.
Todas las noches, a escasos metros de la “frontera” de las 200 millas náuticas donde se extiende el Mar Argentino y la llamada Zona Económica Exclusiva de pesca, cientos de buques de distintas banderas emprenden la faena de los recursos ictícolas del Atlántico Sur, en el límite entre lo legal y lo ilegal.
Télam participó de un vuelo de control realizado por la escuadrilla que la Armada Argentina posee en Trelew y pudo constatar la presencia de cientos de buques pescando a metros del límite exterior de la zona frente a las costas de Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia.
La Armada realiza estos vuelos de patrullaje para constatar incursiones por parte de los buques a la Zona Económica Exclusiva, donde se arriesgan a ser capturados.
Durante la misión a bordo de un P-3 de la Armada, la dotación de 15 tripulantes utilizó radares y dispositivos electrónicos para determinar la posición, procedencia y fin de los buques que, en la inmensidad de la noche y el mar, reproducen la imagen de una verdadera ciudad flotante.
“Se utiliza el AIS (Automatic Information Sistem) para conocer los datos del buque, pero su funcionamiento depende de que ellos lo tengan encendido. Por otra parte, con el radar podemos ver a todos los que están presentes. La diferencia entre la cantidad encontrada con uno y otro sistema nos dice cuantos se intentan ocultar”, comentó a Télam uno de los tripulantes del vuelo.
Mientras se sobrevolaba uno de los puntos con mayor concentración de pesquero, se pudo observar que sólo la mitad de ellos tenía encendido el sistema de identificación, aunque todos los casos revistados se encontraban fuera de la zona económica exclusiva por tan sólo unos metros.
“Cuando están del lado de afuera podemos decirles que se identifiquen pero pueden no hacerlo”, señalaron las fuentes castrenses.
De procedencia mayoritariamente asiática, buena parte de los pesqueros se dedican a la captura de calamares, una tarea en la que utilizan faroles de mucha potencia apuntados hacia el océano para atraer a los moluscos hacia los anzuelos “poteros”.
En menor medida hay pesqueros que se dedican a la captura de especies como la merluza a través de redes de arrastre.
Según relevó Télam con anterioridad, organizaciones internacionales denunciaron que esos barcos no cumplen ningún requisito ambiental, laboral ni de seguridad, tanto en la zona de influencia de Malvinas, como en aguas internacionales e incluso en intrusiones frecuentes a la Zona Económica Exclusiva de Argentina.
“Nadie en la Argentina trabajaría en las condiciones de esclavitud, con casos de tratas de personas como las que se pueden ver en esos buques, sobre todo en aquellos de origen chino”, comentó Pablo Sahagun, sub secretario de Pesca de la provincia de Chubut, uno de los invitados a participar del vuelo.
Los últimos relevamientos de la FAO, realizados en 2010, sostienen que en la zona sur del Océano Atlántico correspondiente a Argentina, se pescaron 1.800.000 toneladas de distintas especies, en tanto que Argentina capturó sólo 784.000 toneladas. De ese cálculo surge que algo más de 300 buques foráneos extrajeron el millón de toneladas restantes.
La operación de estas naves, donde también hay que incluir europeas, se encuentra al límite de lo legal ya que la “milla 200” es la tradicional frontera de la jurisdicción nacional, interpretación que comienza a ser puesta en duda luego de que la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar determinara el nuevo límite exterior de la plataforma continental argentina en la milla 300.
Sin embargo, todavía restan pasos legales para que la industria ictícola adopte esas nuevas demarcaciones.
El patrullaje del mar está bajo la observación de la Armada y la Prefectura, que cuentan con pocos medios de navegación y aeronáuticos para la tarea de cuidar una superficie de unos 6.500.000 kilómetros cuadrados.