Adjudican crecida de la laguna a la falta de obras, exceso de lluvias y extensión de la frontera agropecuaria

El desborde de La Picasa que ocupa las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba causó el corte de la ruta nacional siete, inundaciones de campos y la amenaza de desborde en lagunas afluentes.

Jorge Cuello, docente de la cátedra de derecho ambiental de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que de acuerdo a un informe de la Auditoría General de la Nación del año 2011, se deberían haber realizado un total de diez obras prevista en el Plan Federal de Control de Inundaciones pero se ejecutaron sólo ocho, muchas de ellas con un sensible retraso.
“El objetivo de las obras era canalizar el excedente de aguas hacia el río Salado pero como el conjunto de obras constituyen un sistema interconectado, la falta de finalización de dos de ellas termina afectando el funcionamiento global del sistema”, consideró el especialista.
Para Cuello, la falta de culminación de las obras se debió, entre otras cosas, “a los inconvenientes para liberar la traza donde debía ejecutarse el área de bombeo, responsabilidad que estaba en manos de la provincia de Buenos Aires, la cual debía ocuparse de la expropiación y servidumbres necesarias para la ejecución de la obra”.
Indicó que a esto “hay que sumarle las consecuencias del cambio climático que genera un exceso de lluvias en las lagunas afluentes, la ocupación de terrenos inundables para la actividad agropecuaria que naturalmente serían para contención de los exceso hídricos y algo que es un problema sin solución que es la proliferación de canales clandestinos”.
“Todo esto hace un combo explosivo y las autoridades se dan cuenta de esto cuando ya el agua inunda los campos y corta la rutas”, refirió Cuello quien abogó para la creación de un Comité Intercuenca formado por las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba, que trate la problemática de La Picasa.
“Así como se conformó una Autoridad de Cuenca para el río Matanza-Riachuelo (Acumar) se debería hacer algo similar para La Picasa y evitar así problemas a futuro porque las autoridades sólo se ocupan del tema cuando la laguna desborda”, explicó el especialista.
La ruta nacional 7 continuaba hoy cortada por cuarto día consecutivo en el sur de la provincia de Santa Fe debido al desborde de la laguna La Picasa, que también abarca el norte bonaerense, por lo que las autoridades viales continuaban con un operativo de desvío del tránsito para todo tipo de vehículos.
Se trata de un tramo de 54 kilómetros de esa vía nacional que comenzó a tener problemas el miércoles pasado, cuando se restringió el tránsito debido a que entre los kilómetros 385 y 386 se produjo una socavación profunda sobre el terraplén y los guard-rails también fueron desplazados por efecto del agua.
En principio se llevaron a cabo obras de apuntalamiento y se procedió a alternar el tránsito, pero dos días más tarde el desborde de las aguas obligó al corte total para todo tipo de vehículos.
Por esa razón, los desvíos se realizan en la intersección de las rutas nacional 7 y provincial 33, a cargo de la Policía de Seguridad Vial de la provincia de Santa Fe, y sobre las rutas nacional 7 y provincial 14, ya en territorio de la provincia de Buenos Aires.
La laguna La Picasa tiene unos 300 kilómetros cuadrados y su extremo medio inferior occidental está en Santa Fe, en tanto el extremo noroccidental abarca una zona del departamento General Pinto, en el distrito bonaerense.
Su cuenca es conformada por un grupo de lagunas y bañados de unos 5500 kilómetros cuadrados que también alcanza a la región sudeste de la provincia de Córdoba.
Entre sus características se destaca su bajo potencial de escurrimiento y de infiltración, ya que no tiene salida al mar y su colector final es el propio cuerpo de la laguna.
En tanto, el desborde de la laguna llevó preocupación a las autoridades del norte de Buenos Aires. El intendente de Junín y presidente del Comité de Cuenca de la Zona A1, Pablo Petrecca, aseguró que la ciudad se encuentra en estado de alerta ante las inundaciones.
“Estamos en alerta y minuto a minuto, con control del agua en las lagunas de Mar Chiquita y de Gómez ya que una gota de agua que desborde ya nos afecta”, aseveró a Télam el intendente al referirse al desborde de la laguna en Santa Fe.
La Picasa deriva aguas a la laguna de Mar Chiquita, lo que podría comprometer el casco urbano juninense y las lluvias provocaron que las aguas de la laguna obstruyan la Ruta 7.
“La ausencia de un plan integral de control de inundaciones, las canalizaciones clandestinas y la extensión de la frontera agropecuaria son algunas de las principales causas de las inundaciones , el corte de la ruta 7 y la situación dramática que viven actualmente los productores rurales de la zona”, consideró Cuello .
Y detalló que los productores ocupan los llamados “valles de inundación” que habitualmente no son aptos para esa actividad y además establecen canales clandestinos de riego porque “lo único que quieren es sacarse el agua de encima de sus campos “.
“A esto se suma el cambio de los regímenes de precipitaciones con abundantes lluvias en algunos sectores y prolongadas sequías en otros” dijo el especialista y detalló que “hace falta un verdadero plan federal de control de las inundaciones que trate todas estas problemáticas”.