Científicos argentinos interpretan cómo “chatean” las neuronas

El hallazgo contribuiría al diseño de interfaces “cerebro-máquina” para pacientes con deficiencias motoras o sensoriales.

Científicos argentinos, junto a colegas de otros países, descifraron una estrategia computacional del cerebro que, en el futuro, podría facilitar la detección precoz de enfermedades como el Alzheimer y la asistencia de pacientes con deficiencias motoras o sensoriales.
Se trata de la transmisión en ráfagas o “bursts” de impulsos eléctricos que realiza un tipo de neuronas del hipocampo y que la vincula con otras regiones del cerebro. Esa modalidad particular de “disparo” sirve para transmitir, en “lenguaje neuronal”, información vinculada, por ejemplo, con la orientación espacial, explicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor en física Marcelo Montemurro, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, quien actualmente investiga en la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Manchester, Inglaterra.
Tal como describe la revista “Frontiers in Computational Neuroscience”, Montemurro y sus colegas de Argentina e Inglaterra llegaron a esos resultados realizando simulaciones con modelos computacionales del funcionamiento cerebral y experimentos con ratas expuestas a ejercicios de exploración del ambiente.
El hallazgo podría favorecer el diagnóstico precoz de diferentes enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. “Un entendimiento más preciso de los mecanismos computacionales en el área del hipocampo puede ser beneficioso para la detección más temprana de anomalías en el procesamiento de información”, puntualizó Montemurro. También podría contribuir al diseño de interfaces cerebro-máquina que mejoren los sistemas de asistencia a pacientes con limitaciones físicas.
Los científicos explicaron que las ráfagas de impulsos nerviosos ahora interpretadas transmiten información sobre cierto parámetro del ambiente del hipocampo, los “potenciales de campo local”, que de acuerdo a su patrón de oscilación se vinculan con estados de consolidación de memoria o con el procesamiento de la información espacial.
Del trabajo también participaron María Constantinou, Daniel Elijah y John Gigg, de la Universidad de Manchester; Soledad Gonzalo Cogno e Inés Samengo, del Instituto Balseiro y del Centro Atómico Bariloche; y Emilio Kropff, investigador del CONICET en el Instituto Leloir.