Es a raíz de la situación de tensión denunciada por las propietarias del negocio, quienes se resistían a adherirse al paro y fueron presionadas por un grupo de sindicalistas
El día del paro nacional, el pasado jueves 6 de abril, Zulma y Carina fueron presionadas por un grupo de sindicalistas para evitar que funcionase la estación de servicio que ellas manejan en el partido bonaerense de Lomas de Zamora.
La situación de tensión quedó registrada en un video que se viralizó y generó un repudio generalizado: “Nosotros tenemos que pagar el combustible, necesitamos trabajar. Yo no me adhiero a ningún paro, no hago política. Sólo les pedíamos que nos dejen trabajar”, había relatado Zulma tras el desagradable momento.
Como consecuencia de lo ocurrido, se confirmó que la Justicia deberá actuar a raíz de esas amenazas. La Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, a cargo de Horacio Pitrau, abrió un expediente en el cual se pedirán pruebas para corroborar la presunta conducta antisindical y desleal.
Las personas que amedrentaron a Zulma y Carina pertenecen al Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio, Garages, Playas de Estacionamiento, GNC, Lavaderos Automáticos y Gomerías (SOESGYPE), conducido por Carlos Acuña.
A raíz de ese comportamiento, desde la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales también solicitarán a la Justicia que se le pida una multa o el quite de personería al SOESGYPE. Dicho trámite ya fue iniciado este miércoles.
Cabe recordar que, según denunció Zulma, fueron “20 personas del sindicato” quienes “cerraron toda la estación de servicio” ubicada en Frías y Molina Arrotea, en Lomas de Zamora.
Las dueñas del establecimiento hicieron la denuncia por coacción agravada, y su abogado defensor, Esteban Gutiérrez, contó que la policía tiene identificados a buena parte de los sindicalistas que buscaron bloquear el acceso a la estación de servicio, y explicó que uno de los involucrados era “el abogado del SOESGYPE”.
Este no fue el único caso protagonizado por sindicalistas del SOESGYPE. Ese mismo día, más temprano, un grupo de personas increpó a los empleados de una estación de servicio en la ciudad de Buenos Aires, y los presionó para que cerraran el establecimiento.