El Presidente viajó a Paraguay para relanzar el vínculo bilateral con un acuerdo por la deuda de Yacyretá. Junto con Cartes resaltó el fin de las diferencias entre ambos países.
El presidente Mauricio Macri visitó la represa hidroeléctrica de Yacyretá para firmar allí, junto con su par paraguayo, Horacio Cartes, un acta de entendimiento que permitirá sanear las cuentas de la compañía y dar por superado el principal foco de conflicto de la relación bilateral.
Tras recorrer el interior de una turbina, Macri ingresó a la Cota 70 de la represa junto con Cartes, que en su discurso enfatizó las negociaciones “justas y equitativas” que mantuvieron las delegaciones semanas atrás en Buenos Aires para arribar a un “convenio igualitario”.
Macri habló de un “acuerdo histórico” que deja atrás “30 años de incapacidad para entendernos”, y aseguró que la solución de la controversia “abre las puertas para pensar nuevos proyectos juntos”. Se refería a la construcción de la central Aña Cuá, que costará hasta u$s 600 millones en cuatro años, y otras obras de infraestructura, como la hidrovía para potenciar las exportaciones del Litoral.
El acta de entendimiento, que deberá ser refrendada en ambos congresos, resuelve las deudas cruzadas acumuladas entre ambos países y la empresa; pone las bases para ampliar y modernizar el parque generador, y fija una reducción de costos sin afectar la generación. El Cronista tuvo acceso a los detalles del acuerdo que se mantuvo en secreto para evitar la crispación de la opinión pública paraguaya y los montos que la Argentina desiste de exigir a la contraparte paraguaya.
El ordenamiento económico y financiero de la EBY supuso reestructurar un rojo de más de u$s 22.420 millones, de los cuales u$s 17.055,6 millones eran acreencias a favor del Tesoro Nacional. El 40% de ese monto respondía a la deuda de capital (u$s 7066 millones), mientras que el saldo se explica por la deuda con acreedores financieros (u$s 32 millones) y más de u$s 9988 millones de intereses, que Paraguay se negaba a pagar.
Dado que los guaraníes amenazaban con construir una línea de transporte para llevarse parte de la energía que hoy venden al país por falta de demanda e infraestructura, el Gobierno accedió a quitar los intereses de deuda a cambio de no menos del 80% de la energía generada por la hidroeléctrica, durante una década, a un valor que oscila entre los u$s 35 y los u$s 38 el megavatio-hora (Mw/h) y que podría incluso bajar. De ese modo, la deuda consolidada con el Tesoro Nacional se fijó en u$s 4084 millones, a pagarse en 20 años, y tras diez años de gracia. Se trata de una reducción del 76% sobre el valor original.
Uno de los puntos más álgidos de la negociación fue el planteo argentino para exigir que en un lapso no mayor a cuatro años, la totalidad de los gastos e inversiones no superen el equivalente al u$s 17,5 por Mw/h generado. “Yacyretá tiene un sendero de achicamiento de costos muy importante, que va a impactar directamente en la tarifa”, contó ayer el director argentino de la EBY, Humberto Schiavoni, quien pretende que el lado paraguayo baje un 30% sus costos y lleve la actual plantilla de 2400 empleados a 600 trabajadores.
El esquema de saneamiento de las cuentas de Yacyretá permitirá a la compañía presentarse como sujeto crediticio para buscar nuevas obras. Además del brazo Aña Cuá, la central quiere incorporar tres nuevas turbinas para incrementar 7% la generación efectiva de energía.
Durante su visita, Macri elogió el carácter imponente de la represa. Fue su primera visita a Yacyretá, pese a reconocer durante el acto que formó parte de “una empresa involucrada en la construcción“. Se refería al grupo Socma, de su padre Franco, que tuvo a su cargo parte de las obras de ingeniería y construcción.
Hasta el año pasado, Macri contaba con acciones a título personal en Yacylec, compañía dedicada al transporte de la energía que produce la central hidroeléctrica. Poco antes del inicio de su primer discurso de apertura de sesiones en el Congreso, el mandatario trasladó esas acciones a Sideco, compañía energética propiedad de su familia y con gran cantidad de acciones en la firma transportadora.
El acuerdo también contempló resarcir al Paraguay por el territorio inundado por la represa. El vecino país cobrará u$s 940 millones por el 80% del terreno tomado por las aguas vertidas, mientras que la Argentina recibirá u$s 235 millones por el área restante, a pagarse en diez años, en cuotas anuales, iguales y consecutivas desde 2023. A su vez, los u$s 663 millones que la compañía hidroeléctrica tiene con la empresa estatal argentina que comercializa los servicios de la central (Ebisa) y los u$s 634 que debe a la comecializadora paraguaya también se pagarán en 20 cuotas anuales, también desde 2023.