Yury Usachov: “Viajar a Marte es un capricho muy caro y peligroso”

El 4 de octubre de 1957, la URSS lanzó el Sputnik, el primer artefacto que el hombre ponía en órbita. Cinco días después del inicio de la carrera espacial venía al mundo Yury Usachov (Donetsk, 1957), convertido en la actualidad en uno de los cosmonautas más veteranos, con un total de 552 días acumulados en el espacio a lo largo de cuatro misiones. En 2004 se jubiló como cosmonauta, aunque sigue trabajando en el programa espacial ruso como principal especialista del Departamento de Vuelos Experimentales de la Corporación Energía.

Compagina su trabajo en Koroliov, la ciudad en la que se crearon los primeros cohetes y la primera nave, con una vida discreta: “Me siento muy feliz cuando salgo a comprar el pan y mis vecinos no me conocen”, confiesa durante una entrevista con EL MUNDO, realizada en ruso y con un intérprete.
No obstante, admite que le gustaría volver a volar: “Estaría dispuesto a volver al espacio si la agencia rusa solicitara mis servicios y no tuviera que someterme a un entrenamiento tan estricto”, asegura.El ingeniero, que ha visitado Madrid para conmemorar el 56 aniversario del vuelo espacial de Yury Gagarin, el primero que hacía un ser humano, impartió una multitudinaria conferencia junto a Pedro Duque en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio (ETSIAE) de la Universidad Politécnica de Madrid, y otra charla en CaixaForum, organizada por el Centro Ruso de Ciencia y Cultura y Obra Social La Caixa. Una visita que se enmarca dentro del programa de colaboración que ETSIAE ha firmado con la Universidad Estatal del Suroeste de Rusia.

Usted pasó varios meses viviendo en la Estación Espacial Internacional (ISS). ¿Cuánto tiempo más cree que podría usarse?

Hay planes para usar la instalación hasta 2024. Y si no hay problemas técnicos, probablemente esta estación pueda ser utilizada durante mucho más tiempo. Yo creo que es muy probable que pasado ese plazo siga volando, si no con todos los módulos, con algunos y sin cosmonautas. Sólo hay que elevar un poco su órbita y de vez en cuando volar hacia ella, comprobar el estado en el que se encuentra y regresar a la Tierra.

¿De qué serviría tener la ISS sin tripulación? ¿Harían experimentos que no requirieran astronautas?

Por supuesto esa sería una de las tareas, pero también comprobaríamos cómo se comporta la estación y si puede volar durante 30 o 40 años en el espacio sin poner en riesgo la vida de las personas. Sería autónoma.

El director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jan Woerner, ha propuesto que el siguiente gran proyecto de cooperación internacional espacial sea una base en la Luna. ¿Qué le parece?

Soy un escéptico cauto. Actualmente no hay tareas concretas para un programa específico para volver a la Luna o para ir a Marte. Yo al menos no tengo noticias de que los haya. Si lo que queremos es ir a Marte para demostrar que podemos hacerlo, estoy convencido de que podemos, pero solamente por esto no se puede gastar tantísimo dinero. Hace falta un argumento mucho más sólido.

¿Le parece demasiado caro?

Sí. Podemos volar alrededor de Marte y volver. Podemos ir allí, estar un tiempo y regresar. Pero si hablamos de hacer experimentos serios, hace falta ir y permanecer allí. Y eso lleva tiempo. Con la tecnología que tenemos actualmente tendríamos que prever un año y medio de tiempo para llegar a Marte, y hay que crear allí condiciones para la vida. No podemos llevar todo con nosotros: la comida, el agua, etc. Hay que producirlos durante ese periodo. Y eso es algo muy complicado porque tiene que haber un sistema de transporte que abastezca a esta misión. También hay que tener en cuenta a la tripulación. Si mandamos a un grupo de personas y a alguna le sucede algo durante el viaje, no podrá volver a la Tierra inmediatamente. Tiene que haber algún sistema que pueda garantizar su salud. Y estos son sólo algunos aspectos, hay muchos más. Es un capricho muy caro y peligroso.

¿Un año y medio es lo que se tardaría en el trayecto de ida y de vuelta juntos?

El tiempo que se tarde en llegar dependerá de muchos factores. Del tipo de cohete propulsor que usemos, del combustible, del diseño del vuelo, la hoja de ruta, de la disposición de los planetas… Hay varios escenarios de vuelo pero el más objetivo es el de año y medio sólo de ida.

¿Y no ve útil construir una base en la Luna que sirva para aprender a trabajar en el espacio?

Tiene que haber una tarea muy concreta. ¿Para qué se hace? Si, por ejemplo, decimos, vamos a construir una base permanente en la Luna para observar el clima, las personas pueden ir y regresar. Pero mandar a cinco o seis personas para comprobar que pueden trabajar y hacer experimentos… Esos mismos experimentos se pueden hacer aquí.

Recientemente, la agencia espacial rusa, Roscosmos, informó de que estaba contratando nuevos cosmonautas que quizás formen parten de la tripulación que vaya a la Luna en 2031.

En realidad eso lo han dicho los periodistas. Roscosmos no ha dicho que sean para la Luna. Para ir a la Luna primero tenemos que construir una nave, probarla alrededor de la Tierra y luego ver cómo vuela alrededor de la Luna. Y sólo después mandar a la tripulación. Alrededor de la Luna hay que crear una estación espacial. Por ejemplo, mandar satélites de navegación que vayan dando datos para el control de vuelo. Después, hay que hacer el tren de aterrizaje de la nave que va a aterrizar en la Luna. En total se puede tardar entre 15 y 20 años. Si ahora elegimos cosmonautas que tengan 30 años, cuando sea posible el programa tendrán 50 y ya no tendrán edad ni condiciones para ir a la Luna. De nuevo quiero hacer hincapié en que si tuviéramos causas muy urgentes y necesarias por las cuales tuviéramos que ir a la Luna lo podríamos hacer muy deprisa. Pondré un ejemplo paralelo. Si quieres estudiar un idioma extranjero necesitas dos cosas: tiempo y motivación, que es lo más importante. Si no tienes motivación nunca vas a aprender ese idioma, siempre habrá motivos para relajarse. Pero si quieres ir a un país dentro de tres meses vas a encontrar el tiempo y la motivación. Si hay una causa suficiente se ejecutará rápidamente el programa.

¿Y ahora no las tienen?

Yo no las veo

Rusia está construyendo una nueva nave espacial, Federatsia, ¿cómo es comparada con la Soyuz o la futura nave Orión de EEUU?

Precisamente yo trabajo en el departamento de pruebas donde se está construyendo esa nave, así que la conozco muy bien. Es una cápsula. Se parece un poco a Orión, aunque es algo más grande. No tiene las limitaciones que tiene la Soyuz y su construcción es también un proceso muy lento que lleva mucho tiempo. Es un trabajo muy interesante.

¿Cuándo van a hacer las primeras pruebas?

El plan es hacer en 2020 la primera prueba sin pilotos y hacia 2023-2024, con pilotos.

Usted ha volado al espacio tanto en la nave rusa Soyuz como en el Shuttle de EEUU. Como cosmonauta, ¿cuál prefiere?

Yo iría al espacio aunque fuera en un carro. La Soyuz, cuando despega, sale en tres etapas. Su línea de vuelo es como una línea de sierra. Cuando se desprende la primera cápsula hay un pequeño bajón, asciende en forma de sierra con pequeñas caídas a medida que se caen los módulos de la nave. El Shuttle asciende durante nueve minutos de forma continua con la misma potencia, por eso es mucho más confortable el despegue con la Soyuz. Pero para aterrizar es mucho más cómodo el Shuttle porque es como un avión. Por eso, si me pregunta qué prefiero, le diré que preferiría despegar con la Soyuz y aterrizar con el Shuttle.

Rusia está construyendo su nuevo cosmódromo en Vostochny. ¿Durante cuánto tiempo convivirá con el de Baikonur, teniendo en cuenta que Rusia paga un alquiler en Kazajistán por mantenerlo?

Creo que ambos van a usarse de forma paralela porque Baikonur es un cosmódromo muy complejo y caro que no se puede desmantelar de la noche a la mañana. Por supuesto, es mucho mejor no depender de nadie, aunque sea de los mejores amigos. Pero de momento, mientras probamos Vostochny, sería estúpido renunciar a la colaboración de Kazajistán en Baikonur.

En los últimos años Rusia ha sufrido numerosos accidentes sin víctimas mortales en los que ha perdido satélites y cargueros que iban a la ISS. También SpaceX y Blue Origin han sufrido accidentes. ¿Tan difícil sigue siendo ir al espacio, aunque parezca rutinario?

Efectivamente. Para una persona que no se dedica a esto, no es fácil comprender lo dificultoso que es hacer un vuelo espacial. Aunque hablemos solo del cohete, es una construcción muy compleja: material, temperatura, vibración, carga…Y la interdependencia de todos los elementos. Y luego interviene el aspecto humano. Por eso hacer un vuelo espacial es algo realmente complejo.

Usted ha estado más de 500 días en el espacio. ¿Qué problemas de salud sufrió durante sus misiones, si los tuvo?

Hay un sistema profiláctico que permite volar mucho y adaptarse rápidamente a las condiciones del espacio. Por ejemplo, un compañero mío, Valeri Polyakov, estuvo 14 meses y cuando volvió, se recuperó mucho antes que yo, que estuve menos tiempo. Tenía déficit de calcio, menos masa muscular…aunque nos entrenamos todo el tiempo hay una pérdida de tono muscular, pero no es algo grave y después el organismo se recupera por sí mismo.

Si se consigue un sistema para proteger al cuerpo humano de la radiación espacial a la que estaría expuesto en la nave espacial, ¿cree que una persona podría sobrevivir a un viaje a Marte?

Creo que sí, se ha acumulado bastante experiencia para llevar a cabo este viaje por lo que respecta a la salud.
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¿Qué opina del turismo espacial?

El primer turista fue un americano, Dennis Tito, que llegó a la ISS cuando yo era comandante. Tuvimos muchas conversaciones y creo que es una de las direcciones con más perspectiva. Aunque sea muy breve, un vuelo espacial cambia mucho la mentalidad de una persona. Por tanto, cuantas más personas vayan, más rápido van a cambiar su conducta en la Tierra y su visión del mundo. La belleza del planeta vista desde el exterior, la sensación de ingravidez, son sensaciones que permanecen grabadas en la conciencia de la persona. Pero para que exista ese turismo espacial hace falta crear naves que sean muy simples, muy baratas y seguras. Y construir una estación turística específica. Por ejemplo, nosotros no hacemos viajes turísticos a portaaviones. Hay barcos de guerra, portaaviones, y tiene que haber estaciones espaciales específicas para el turismo. No tiene por qué ser tan caro, lo que hay que hacer es fabricar naves mucho más sencillas.

¿Qué pensó cuando supo que en su tripulación iba a haber un turista? ¿Le preocupó, aunque hubiera entrenado para ello?

Un americano pagó 20 millones de dólares por ir al segmento ruso, y creo que el director de la NASA Goldin, dijo: ‘Si este hombre va a ir a una nave rusa, nosotros dejamos de colaborar con los rusos’. Pero los jefes rusos estuvieron a favor y voló al segmento ruso de la ISS. Los astronautas estadounidenses James Voss y Susan Helms le pusieron una serie de condiciones sobre cómo debía comportarse porque volaba sin el beneplácito de los americanos. Yo era el comandante, así que reuní a toda la tripulación, y les dije: ‘Nosotros no le hemos elegido, es simplemente un invitado. No vamos a tener en cuenta su dinero, no es cosa nuestra. Tenemos que garantizar su seguridad, que cumpla su parte del programa y que reciba satisfacción como persona. Si veo que le vais a tratar de una forma poco amistosa, vais a tener un problema conmigo’. Los americanos en ese aspecto son muy obedientes y cumplidores. Me hicieron caso, y se portaron muy bien todos.