El analista y doctor en sociología, Daniel Schteingart, refutó en la 99.9 las versiones periodísticas que intentan instalar a Argentina en un puesto que no tiene: “las mediciones indican que está en el puesto 37 a nivel mundial. No tenemos los alimentos más caros ni los más baratos, estamos a mitad de tabla”, advirtió. También habló sobre la dinámica industrial del Siglo XXI.
La industria nacional ha tenido modificaciones destacadas en el presente siglo y el análisis debe ser pormenorizado para saber en que lugar se encuentra el país en el contexto internacional. Muchos intentan colocar al país como uno de los más caros del mundo, pero en realidad, el análisis profundo arroja otro resultado.
Las demostraciones de esto último las expuso en la 99.9 el doctor en sociología Daniel Schteingart, quien en principio refirió una reseña del movimiento industrial en estos tiempos dentro del país: “la industria no es homogénea, varía su productividad, los salarios, los niveles de formalidad y muchos otros parámetros. Hay industrias como la farmacéutica que genera mucho niveles de desarrollo e investigación y el empleo en negro es del 6%, pero otras como la indumentaria que genera mucho empleo pero con mucha tasa de informalidad y salarios bajos, además de problemas de competitividad”. Pero también, lejos de los extremos hay otras realidades: “en el medio están otros sectores de “mitad de tabla” como los sectores automotriz, la industria alimentaria que también es heterogénea”.
Sin embargo, hay productos que funcionan de distinta manera en los mercados porque responden a las políticas del estado que los regula, algo que en Argentina no está tan presente: “en el país pagamos la ropa cara por ejemplo, y tiene que ver con cierta protección la industria indumentaria y también están los impuestos y lo malo que es el sector logístico en Argentina. Japón es un país que tiene el arroz más caro del mundo, atrás están Estados Unidos, Corea y Taiwan; o sea que tres tienen el arroz como alimento básico de su dieta y lo pagan carísimo porque protegen al agro”; comparó.
La intervención del gobierno pasa a tener un rol importante para la evolución de las industrias y es algo que destacó Schteingart: “hay que ser quirúrgico con los sectores que se quieren fomentar y como hacer para que ciertas industrias como la textil-indumentaria, se reconvierta”, aclaró.
También refutó una versión periodísticas que se utiliza constantemente acerca de lo caro que es el país en el contexto internacional e incluso comparado con países como Estados Unidos. “Argentina está en el puesto 37 a nivel mundial, es uno de los más caros de la región pero el más caro es Uruguay. Cuando uno viaja, por ejemplo a Estados Unidos, ve ropa y electrónica donde Argentina es más caro, pero cuando es turista uno olvida que es carísimo en salud, educación privada, alquileres, playas de estacionamiento, peajes…todos los servicios son mucho más caros”, aclaró.
Las comparaciones se tornan entonces muy focalizadas en algunos puntos y con productos que no tienen que ver con la realidad nacional por lo que se transforma en una tergiversación: “lo que me parece amarillista es cuando se compara cuanto cuesta un changuito en España y otro en Argentina pero te ponen patitas de pollo y cereales que no son representativos de las costumbres alimenticias argentinas. No tenemos los alimentos más caros ni los más baratos, estamos a mitad de tabla”, concluyó.