Las mujeres y el sexo Los 36, la edad de la plenitud

Según una encuesta es el momento en el que lo disfrutan más y se sienten más atractivas.

Los 36 años son clave para la sexualidad de la mujer. Así se desprende de una investigación realizada por una entidad privada en base al testimonio de 2.600 consultadas de distintas edades, cuya principal conclusión es que en ese momento de la vida es cuando las mujeres disfrutan más del sexo y se sienten más atractivas.
Estas conclusiones contrastan con una idea socialmente instalada, según la cual el mejor momento para la sexualidad femenina se registra más temprano. Así lo indicaron especialistas consultados por este diario, quienes no obstante coincidieron en que es pasados los 30 cuando la mujer disfruta más de su sexualidad y se siente más sexy y menos condicionada por estereotipos culturales y mandatos sociales.
Las razones por las que esta edad es la mejor son básicamente dos. En primer lugar, es un momento en que la mujer ya sabe lo que quiere en materia sexual y cómo conseguirlo. Pero también es un momento en donde la comunicación con su pareja puede ser más franca y fluida y los tiempos dedicados a las relaciones, más extensos y distendidos.
Para los expertos, a edades más tempranas son muchos los factores que interfieren para una sexualidad vivida de una manera más laxa: entre ellos miedos e inseguridades asociados a condicionantes culturales.

EL ESTUDIO

El trabajo fue desarrollado por una aplicación anticonceptiva, Natural Cycles, en base a la consulta a 2.600 mujeres de distintas edades que fueron encuestadas acerca de cuánto disfrutan su vida sexual y qué tan atractivas se sienten.
La principal conclusión que arroja el trabajo es que es a partir de los 30 años es cuando todo en la vida sexual femenina mejora.
Para sacar estas conclusiones, los autores del trabajo dividieron a las consultadas en tres grupos, el primero integrado por menores de 23 años, el segundo por mujeres de entre 23 y 35 y el último por mayores de 36.
La mayoría de las consultadas aportó el dato más contundente del trabajo al afirmar que había llegado a tener los mejores orgasmos alrededor de los 36 años.
Así, describieron como “muy buena” su actividad sexual el 86% de las mayores de 36 años, el 76% de las mujeres consultadas de entre 23 y 35 y sólo el 56% de las menores de 24.
A la hora de explicar el porqué de esta situación, las que dijeron haber llegado a los mejores orgasmos alrededor de los 36 años lo atribuyeron a tener sesiones más largas de sexo, además de una mejor comunicación con sus parejas, lo que les había permitido obtener mejores resultados.
Por otra parte, en el grupo de las mujeres de mayor edad se obtuvieron los índices más altos ante la pregunta sobre qué tan atractivas y sexys se sentían.
Así, el 80% de las mayores dijo sentirse atractivas, mientras que entre las mujeres de edad intermedia ese porcentaje bajó al 40% y se ubicó en el 70% para el caso de las más chicas.
Esto no sorprende a los sexólogos, que entienden que los mejores orgasmos, una vida sexual más plena y la sensación de ser más atractivas coinciden con edades más maduras, en contra de la difundida creencia de que los mejores años para la sexualidad son los más tempranos.
En ese sentido, algunos de estos especialistas destacan que hay factores culturales que pesan sobre el disfrute de la sexualidad en los primeros años y que la mujer comienza a manejarlos mejor con el correr del tiempo.

UNA MATERIA QUE SE APRENDE

Para la socióloga platense Lucrecia Arceguet “el sexo es una materia que se aprende. Coincido con los resultados del estudio en el sentido de que la mujer tiene una mejor vida sexual después de los 30”.
Es que, a juicio de Arceguet, “durante muchos años y hasta que alcanza la plenitud, la mujer se acerca al sexo con curiosidad y de a poco va aprendiendo lo que quiere y la forma de pedirlo”.
Por otra parte hay cuestiones relativas al conocimiento del propio cuerpo que maduran con la edad.
Para Arceguet, resulta especialmente importante subrayar que las conclusiones de este estudio van a contramano de una creencia popular según la cual el sexo es disfrutado más por las mujeres a edades más tempranas.
Pero en realidad, dice Arceguet, en las edades más tempranas pesan más factores culturales, modelos sociales de belleza o mandatos no escritos que hacen que la mujer piense más en el placer de su compañero que en el suyo propio.
“De a poco se van conociendo estas cosas, como también empieza a hablarse de otros temas, como el sexo en la madurez y en la tercera y la cuarta edad. Porque esa plenitud que se alcanza a los 36, se sigue viviendo, después, durante la madurez”.