Son cinco gremialistas; los denunciaron por hostigar a personal de la salud.
Integrantes de la cúpula sindical que UPCN tiene en Entre Ríos fueron detenidos esta semana acusados de formar parte de una patota gremial que se dedica a apretar a directores de hospitales y personal de carrera. El hecho se convirtió en un escándalo tal que forzó la renuncia del ministro de Salud provincial, Ariel de la Rosa.
El ahora ex funcionario quedó implicado y la Justicia estudia su situación penal porque las agresiones se hicieron “para hacer cumplir órdenes del ministro”.
Según la denuncia que movilizó a los fiscales, los aprietes tienen por finalidad imponer designaciones de personal y exigir despidos de otros empleados, de acuerdo con las simpatías y antipatías sindicales.
Entre los cinco detenidos están el secretario adjunto Fabián Monzón y la secretaria gremial, Carina Domínguez.
En ese contexto, desde el Ministerio Público Fiscal dijeron que se pidió la prisión preventiva de los imputados porque consideran que pueden llegar a obstaculizar las investigaciones.
Los hostigamientos y las agresiones venían siendo denunciados por personal del sistema de salud pública entrerriana, pero el caso recién tomó estado policial y judicial a partir de la agresión física y verbal que sufrió la semana pasada la directora de un establecimiento neuropsiquiátrico de la localidad de Diamante.
No es la primera vez que ocurre una situación así. A principios de mes, en el hospital San Roque, de Paraná, los enfermeros que no se enrolan en UPCN denunciaron agresiones por parte de la fuerza de choque del gremio.
En Entre Ríos, el sindicato de empleados estatales está manejado por el diputado José Ángel Allende, del Frente para la Victoria, investigado por presunto enriquecimiento ilícito y desvío de fondos públicos.