Es récord la demanda de créditos para la vivienda

Se otorgaron $ 14.861 millones en lo que va del año.

La demanda de créditos hipotecarios marcó un récord en junio. Según datos del BCRA, se otorgaron préstamos de ese tipo por un total de $ 3717 millones, casi 7 veces más que en el mismo mes de 2016. Con un promedio por operación de $ 1,3 millones, significa que en junio unas 2900 personas o familias accedieron a la vivienda.
En lo que va del año, los créditos hipotecarios sumaron $ 14.861 millones, un 52% más que en todo 2016, unos 11.400 casos (frente a los 7500 de todo el año pasado). “Por primera vez existe una estrategia nacional de vivienda”, dijo el ministro Rogelio Frigerio .
“En lo que refiere a la política de vivienda, no tenemos dudas de que el Estado tiene que pasar al rol de subsidiar la demanda”, dijo a LA NACION Ivan Kerr, subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación y presidente de Procrear. “Si el Estado es el único constructor de viviendas sociales, es un modelo que no tiene escala, es ineficiente y está ajustado a su presupuesto. La forma de apalancar esas inversiones es que se subsidie la demanda y que el sistema financiero participe con préstamos a largo plazo”, añadió el funcionario.
Al presidir una reunión del Consejo Nacional de la Vivienda, el ministro Frigerio destacó el relanzamiento del Procrear para quienes ganan entre dos sueldos básicos y cuatro salarios mínimos. Agregó que “para las familias que tienen más de cuatro sueldos mínimos, el sistema financiero, a partir de la baja de la inflación, también está encontrando respuestas que se traducen en este crecimiento exponencial del crédito hipotecario”.
De los $ 3717 millones que se otorgaron el mes pasado en todo el sistema financiero, las entidades públicas concentraron la mayor participación: en conjunto, los bancos Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad prestaron el 64,6% de ese total ($ 2403 millones), y el resto correspondió a bancos privados.
Además del impulso del Gobierno, con el relanzamiento del plan Procrear y la adopción del sistema indexatorio de las UVA, promovido por el Banco Central, hay factores macroeconómicos que sostienen la expansión del sector. “Había una demanda de hipotecas muy reprimida. La alta inflación, al no haber un horizonte de largo plazo, destruyó el crédito”, sostuvo Alejandro Henke, director del Banco Nación. Según el ejecutivo, el stock de préstamos para viviendas en relación al PBI pasó del 3,6% en 2000 al 0,38% actualmente, un contexto que, a su vez, muestra el potencial de expansión para el segmento. “Además de que había menos créditos, la capacidad del salario para comprar viviendas, en metros cuadrados, también se erosionó. Si tomamos 2001 como referencia, hoy los salarios pueden comprar un 54% de entonces”, añadió el ejecutivo, en referencia al alza del valor de las propiedades y la caída del poder adquisitivo acumulada en los últimos años.
“La mejora de la situación macro es un factor clave que posibilita prestar a más largo plazo”, comentó a LA NACION Juan Curutchet, presidente del Banco Provincia. “La baja de la inflación, combinada con la sensación en la gente de que va a seguir bajando, genera un aumento de la confianza”, añadió.
De acuerdo con sus datos, en la actualidad asciende a $ 1,3 millones el monto promedio de los créditos hipotecarios que entrega la entidad bonaerense. “Cuando los plazos eran hasta 20 años, el promedio era de $ 1 millón. Haber extendido hasta 30 años permitió ampliar esos montos por la mejora en la calificación de los postulantes”, explicó Curutchet. Según el presidente del Bapro, hoy la mayoría de quienes resultan asignados con un crédito tienen ingresos familiares conjuntos de entre $ 20.000 y $ 40.000 mensuales.
En el Banco Nación, mientras tanto, reconocen que el promedio de préstamos entregados es de $ 1,4 millones y que el valor medio de las propiedades adquiridas es de $ 1,7 millones. “La idea es seguir creciendo. A fines de 2015, el Nación tenía una participación en hipotecarios del 28,9%, y hoy está en el 36,8%”, completó Henke.
El escenario, sumado a la adopción del esquema de UVA, permitió ampliar la base de clientes con capacidad de recibir una hipoteca. “Es una herramienta que permite bajar la barrera de ingreso y hacerlo sostenible. Subsidiar la tasa es un negocio regresivo que sólo permite subsidiar a pocos. Además, hemos generado la normativa para que los bancos puedan tomar deuda en UVA y que puedan colocar obligaciones en UVA, para que el sistema pase a ser sostenible y el fondeo esté garantizado”, detalló Kerr, quien destacó medidas como la baja en la alícuota de Ingresos Brutos para los créditos en la Capital y en la provincia de Buenos Aires y la consecuente disminución de las cuotas.
Los datos grafican la creciente adopción del modelo de las UVA. En marzo, en todo el sistema financiero se otorgaron 1034 créditos bajo este esquema, mientras que en junio se alcanzó un total de 1903. En ese plazo, también creció la participación de los créditos Procrear bajo el esquema UVA, que pasaron del 52 al 61%.
“El principal desafío es cómo sostener la demanda, que no se daba desde antes de la crisis de 2001. Hay una recuperación de enorme importancia y el año que viene va a ser mejor. Vamos a tener que plantear cómo fortalecer el fondeo de los bancos para sostener ese crecimiento”, concluyó Curutchet.