Joachim Maier: “El Gobierno no ha implementado ninguna reforma estructural”

El presidente de Adefa y de Mercedes-Benz afirma que hay mucho proteccionismo, poca competencia y una alta carga impositiva; reclama, además, cambios en el mercado laboral.

Joachim Maier odia el “bullshit”, algo que el alemán -casado con una argentina- identifica con el chamuyo. Tanto es así que las palabras del presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) y de Mercedes-Benz Argentina parecen moldeadas por el Daimler Production System: habla lo justo, busca ser siempre preciso, y sus conceptos logran la profundidad de un cuchillo recién afilado.
“La verdad es que el Gobierno no ha implementado ninguna reforma económica para mejorar la competitividad de la Argentina”, cuestiona, y dice que si el país quiere salir al mundo deberá resolver un combo que arrastra desde hace tiempo: mucho proteccionismo, poca competencia y demasiados impuestos. Un informe encargado por Adefa a Bain & Company, presentado en estos días al Gobierno, dice que fabricar un auto en la Argentina es 25% más caro que en Brasil y 65% más caro que en México.
“La industria automotriz se está jugando en este momento la sustentabilidad”, arriesga el hombre nacido en Günzburg, que pide reformas en los sistemas tributarios y laborales (entre ellas, cambios en los convenios laborales y hasta una redefinición del salario). Maier reconoce que los autos son caros en el país, pero dice que es porque toda la Argentina es cara y agrega que no puede creer “la chatarra” que aún se puede observar en el actual parque automotor nacional.

-¿Cuáles son las conclusiones del documento presentado al Gobierno para darle contenido al Plan Un Millón?

-Para hacer este trabajo elegimos a Bain & Company. Y lo más importante es el mensaje positivo. Si cerramos el gap de competitividad hay espacio para producir un millón de vehículos y venderlos en los diferentes mercados. Eso sí, hay un camino largo por recorrer. Y ahí Bain dijo: «¡Cuidado! La industria automotriz en la Argentina se está jugando en este momento la sustentabilidad a mediano y largo plazo». Pero si hacen el trabajo se puede revertir la situación ¿Cuál es el problema? La competitividad de la industria automotriz. En la Argentina producimos un 25% mas caro que en Brasil. Frente a México somos un 65% mas caros. Son los países que compiten con nosotros para conseguir inversiones en la región. ¿Cuáles son las causas de esa diferencia? El 70% viene por la mano de obra directa e impuestos sobre la producción. Cuando lo presentamos en el Ministerio de Producción, aclaramos que no queríamos quejarnos. Tenemos una buena relación, hasta ahora. Pero lo que sí queremos es emprender un viaje en conjunto. No lo podemos resolver solos. No pedimos una rebaja de impuestos. ¡Háganlo de otra manera! ¡Que no carguen a la producción! Competimos con México, que tiene 0% de impuestos a la producción, mientras que nosotros tenemos 25%. Y encima competimos por los mismos mercados. Tenemos que corregir esto urgente. Otra conclusión a la que llegamos es que si queremos llegar a un millón de vehículos hay que respetar una secuencia. Primero, atacar la competitividad. Después, buscar nuevos mercados. Si abrimos ahora un acuerdo con Colombia no sirve para nada. Para igualar el nivel de precios que ellos tienen vamos a perder plata, no vamos a exportar y nos van a inundar de vehículos. Primero hay que arreglar el tema doméstico y luego agrandar la torta en mercados internacionales. Se necesita a todos los jugadores en la mesa de trabajo. Se han abierto algunas, pero sin resultados. Lamentablemente, el tiempo no corre a nuestro favor. Nuestra competencia es Brasil y ellos están implementando medidas económicas profundas que van a mejorar la competitividad. La brecha se está agrandando y no a nuestro favor.

-¿Qué impuestos son los que existen en la Argentina y no en la competencia regional?

-Ingresos Brutos, débitos y créditos, y tasas municipales. El 70% es Ingresos Brutos, que se va acumulando en cascada. En un sedán medio, sobre la producción, tenés US$ 1700 en impuestos. En Brasil, US$ 800 y en México, cero. Ellos gravan sobre la comercialización. Cuando nosotros exportamos ya pagamos esto (impuestos a la producción) y encima tenemos aranceles e IVA y ellos, al revés, cuando exportan para la Argentina nunca pagaron eso.

-¿Cuáles son sus propuestas, más allá del diagnóstico?

-Veo que en este momento el Gobierno tiene poco margen para bajar impuestos. Pero que no carguen a la producción, que carguen a la comercialización. De esta manera, para el Gobierno hay un efecto neutro y no se cargan las exportaciones. Sé que en la Argentina tributamos un 55% de impuestos (sobre el valor del auto) y eso hace que tampoco crezca el mercado local. En el futuro, tenemos que pensar en la necesidad de poner los impuestos a un valor racional, para que el auto no sea un producto de lujo sino un medio de transporte.

-¿Cómo impactará la reforma laboral de Brasil?

-No puedo cuantificar el efecto de esa medida. Sí va a mejorar la competitividad. En la Argentina hay una variedad de medidas que se pueden tomar, no tanto sobre el salario sino sobre los costos sociales adicionales y los convenios. Queremos que los trabajadores sean polifuncionales, no que a un trabajador lo pueda usar para esto y no para otra cosa. Sino, de esa manera, siempre estoy aumentando artificialmente la cantidad de mano de obra, o sea, la ineficiencia. Otra cuestión es llevar el ausentismo a un nivel internacional. Tenemos una mano de obra muy protegida. En México, hay 1% o 2% de ausentismo; acá tenemos incluso por arriba de 10%, porque no pasa nada si me quedo en casa y no voy al trabajo. Están los costos de las ART, las cargas sociales, la necesidad de flexibilidad en la contratación de personal temporal o la formación técnica. No estamos hablando del salario de bolsillo, pero está el tema de la antigüedad, que deberíamos discutir. Solo por eso, aumentamos el costo laboral 1% por año. Tenemos un trabajador 30 años en la empresa y te cuesta 40% más que uno nuevo por antigüedad. Eso no es justo, gana más porque calentó más tiempo la silla. Podemos mantener lo que tenemos negociado para lo que están, pero para los nuevos contratos ponemos en la mesa de discusión algunos puntos.

-¿Y qué opinan los sindicatos de estas ideas de las empresas?

-Se les presentó el estudio. No había diferencias en el diagnóstico. El objetivo es el mismo. La pregunta es cuánto estamos dispuestos a ceder o a colaborar.

-En España, el Plan Tres Millones también impulsó aumentos salariales por productividad.

-Hemos excluido el tema salario. Yo soy un poco más agresivo. Deberíamos discutir también el salario o el convenio si tenemos mucha ambición como país. No necesariamente tenemos que discutir el valor absoluto del salario pero sí la forma en que se paga. Podemos hacer un aporte fijo y otro variable relacionado al objetivo. Eso es válido. Vamos todos hacia el mismo camino y ganamos o perdemos de acuerdo al objetivo que nos ponemos.

-El plan español también reclamó incentivos para el consumo a la hora de vender autos, ¿ustedes también exigen eso?

-No estamos pidiendo subsidios o incentivos. Sí, hacer algunas cosas más atractivas. Por ejemplo, temas relacionados a la financiación. Hoy el leasing no existe por un tema de impuestos. Es un instrumento que se usa en todo el mundo. O mirá el parque automotor, lo viejo que es. ¿Tiene sentido que chatarras que no cumplen leyes de seguridad o emisiones estén circulando?

-Pero los autos argentinos son muy caros, ¿o no es así?

-El auto tiene un factor impositivo de 55%. Es muy caro. Pero el tema acá no es que el auto es caro. La Argentina es cara. El ministro (de Transporte) Guillermo Dietrich me critica porque los buses son caros en el país. Estuve en Europa, tomé un vuelo desde mi ciudad hasta Málaga, de dos horas. Me costó 60 euros. La semana pasada volé de Buenos Aires a Neuquén y pagué más de 9000 pesos. Yo le podría decir que el vuelo de su compañía cuesta diez veces más. La Argentina es un país caro. ¿Cuáles son los motivos? Mucho proteccionismo, poca competencia y demasiados impuestos. Si el país quiere salir a competir va a ser necesario mirar ese combo y reformarlo. La verdad es que el Gobierno no ha implementado ninguna reforma económica para mejorar la competitividad de la Argentina.

-¿No ha hecho nada?

-Ha hecho cosas, pero no ha impulsado ninguna reforma estructural para mejorar la competitividad del país. Lo que ha hecho es redistribuir subsidios e impuestos, que no es reformar o hacer mas competitiva una industria. Te saco retenciones, te pago más subsidios (…) Pero no estamos reformando mientras que otros países, sí. Brasil está reformando. Brasil vio que tenía un problema de competitividad y dijo: «voy a reformar». Hoy ya están mas avanzados que nosotros.

-¿Qué expectativas tiene con la reforma tributaria anunciada por el Gobierno para luego de las elecciones legislativas?

-Tuvimos como Adefa una primera charla con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y él explicó que no hay margen para bajar impuestos. Por lo menos, no considerablemente. Cuando volvamos a verlo, le vamos a pedir que queremos hacer esas reformas estructurales. Que se cargue a la comercialización y no a la producción. Hemos discutido sobre Ingresos Brutos y el ministro dijo que no sabe si va a poder reformar porque es un tema a negociar con todas las provincias. A largo plazo, espero que la carga tributaria en la Argentina, y ya no hablo solo por la industria automotriz sino como ciudadano, se reduzca. Pero para eso hay un largo camino. El país tiene muchos problemas.