Los privados estiman que el déficit llegue a US$330.000 millones (57% del PBI) a fin de año. La suba: más de US$50.000 millones respecto a 2016.
La deuda pública, interna y externa del Estado Nacional, en pesos y en moneda extranjera, no para de crecer. Este año podría aumentar en hasta US$50.000 millones, según cálculos privados. Durante 2016 creció en 34.359 millones de dólares, sumando al 31 de diciembre pasado 288.448 millones de dólares, de acuerdo al último dato publicado por el Ministerio de Hacienda y Finanzas. Llamativamente, no hay información oficial posterior a esa fecha.
Sin embargo, analistas y consultoras privadas tienen sus propios cálculos. Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, dice que “para fin de 2017 estimamos que la deuda pública alcance US$330.000 millones (57% del PBI), trepando en más de US$50.000 millones respecto del año pasado. Igualmente, la deuda pública neta de vencimientos intrasector público superará a fin de año US$170.000 millones (30% del PBI), subiendo US$ 36.000 millones. Asimismo, la deuda pública en moneda extranjera relevante, con acreedores privados y organismos internaciones, ascenderá a US$127.000 millones (22% del PBI) trepando US$27.000 millones a lo largo de 2017”.
Para el especialista Héctor Giuliano “la deuda aumentó US$34.500 millones durante 2016 y está previsto por Ley de Presupuesto un aumento por US$38.200 millones más en el corriente año. En total, US$72.700 millones de incremento de la deuda pública en dos años, con la importante aclaración que se trata sólo de la deuda del Estado Central, es decir, sin provincias, municipios, Banco Central, empresas oficiales, etc., cuyos montos también crecen, paralelamente pero por separado”.
Giuliano agrega que “toda la deuda pública que vence por capital se refinancia íntegramente —hasta el último centavo— y además se toma nueva deuda. La mayoría de estas deudas está contraída y se sigue contrayendo ahora en moneda extranjera: es el 68% de la deuda total”.
La casi totalidad de la deuda intra sector público del Tesoro Nacional está en el Banco Central y en la ANSeS que se refinancia ante cada vencimiento y que, según los períodos, incluso aumenta por nuevas colocaciones.
Si bien el stock de deuda informado oficialmente llega hasta diciembre de 2016, la Secretaría de Finanzas sí publicó que hasta fin de mayo de este año, el Gobierno emitió en bonos y Letras nueva deuda en pesos, dólares y euros por el equivalente a más de US$40.000 millones.
El aumento de la deuda se explica por el déficit fiscal, la carga de intereses que también sigue subiendo, la renovación de los vencimientos y el desequilibrio de las cuentas externas.
Por ejemplo, en los primeros 6 meses de este año el déficit fiscal fue de $255.547 millones, un 43,4% superior al del primer semestre de 2016, período en que la inflación anual fue del 28%. En estos números el peso de los intereses fue decisivo porque sumaron $111.261 millones, un 70% más que lo pagado un año atrás.
Se estima que este año el déficit fiscal sería mayor que el de 2016 —más allá del 6 % del PBI—porque el “ahorro” en el pago de subsidios por el incremento de las tarifas de servicios públicos fue más que compensado por las mayores partidas para el pago de los intereses.
En rojo Por otra parte, las cuentas externas están “en rojo”. Desde 2010, la cuenta corriente de la balanza de pagos viene registrando fuertes déficits. Eso significa que las compras de bienes y servicios del exterior y los gastos y pagos generados por regalías, turismo, viajes, intereses y utilidades exceden los dólares que ingresan en concepto de exportaciones y otros servicios.
En los primeros 6 meses de este año, se agregó el déficit comercial, que fue de US$ 2.613 millones, cuando en igual período de 2016 fue positivo en US$686 millones. Y se estima que podría cerrar 2017 con déficit en torno de los US$4.000 millones. La cuenta corriente de la balanza de pagos tendrá un déficit bien superior por los servicios, intereses y fuga de divisas (formación de activos externos).
“Si comparamos con diciembre 2015, hay dos aspectos a resaltar que parecen consolidarse como tendencia: el primero es que la participación de deuda pública en manos del sector público resulta inferior respecto de 2015 en términos del PBI, lo que significa más deuda neta. El segundo es que el porcentaje de deuda en moneda extranjera mantiene su participación en alrededor del 69% del total. El peso de los intereses en el déficit fiscal ya alcanza el 2% del PBI en 2017”, opinan Guido Lorenzo y Jorge Neyro, economistas ACM Consultora.
Hacia delante, lo que preocupa respecto al proceso de endeudamiento —señala Lorenzo Sigaut Gravina—“no es el stock sino la velocidad de su crecimiento y, en particular, el aumento de la deuda relevante en moneda extranjera. Dicha deuda equivalía en 2015 aproximadamente a las exportaciones anuales pero, según proyecciones de Ecolatina, la deuda en moneda extranjera con acreedores privados y organismos internacionales llegaría a duplicar las ventas externas en 2019”.
No obstante, “pese a que la deuda pública y los intereses crecen rápidamente, hay margen para continuar por un par de años con una política activa de endeudamiento. Pero si no hay una reducción significativa del déficit fiscal en el mediano plazo, los problemas de sostenibilidad de la deuda pública probablemente vuelvan a dominar la agenda económica, como en el pasado”, indica.
También los economistas de ACM señalan que “si no se reduce el déficit en términos reales, la dinámica de la deuda puede llegar a acelerar el ratio de endeudamiento en el corto plazo. Por lo tanto, se necesita de una reducción del gasto, principalmente subsidios económicos, una reforma fiscal que permita hacer el sistema tributario más eficiente para cerrar la brecha fiscal”.
“Por otro lado, quizás lo más importante, sería necesario un crecimiento del PBI en dólares alto y sostenido del orden del 3,5% para que la deuda pese cada vez menos en relación con el ingreso nacional”, manifiestan los especialistas.