Omar López Mato: “La proliferación del paco es un genocidio permitido”

El Dr. Omar López Mato habló en la 99.9 sobre los efectos que tienen las drogas en los jóvenes, sobre todo desde la aparición del paco que es la más nociva para la salud: “tiene todos los derivados de la nafta y si uno lo toma durante mucho tiempo, el cerebro se empieza a encoger”, aseguró. 

Los efectos de las drogas son siempre un tema sensible de discusión y más aún, si se habla de los jóvenes que son los que en muchos casos padecen el impacto en el largo plazo del consumo. El Dr. Omar López Mato indicó que hay estudios realizados sobre el encogimiento del cerebro sobre todo con el paco.
En la 99.9, explicó que “el paco es un flagelo enorme para la juventud, fue una maniobra dolosa de un grupo de delincuentes narcotraficantes que quisieron aprovechar al máximo el negocio utilizando los desechos de la producción de cocaína. Tiene todos los derivados de la nafta y si uno lo toma durante mucho tiempo, el cerebro se empieza a encoger”. Luego agregó: “esto es un genocidio permitido porque se mira para otro lado. Ahora tenemos que tomar conciencia sobre el tema”. 
Si bien el problema de drogas no es propio de este lado del planeta, en otros lugares, las drogas que son epidemia tienen efectos distintos. La comparación directa la dio con lo que sucede en Estados Unidos. “En Estados Unidos se han volcado al consumo de opiáceos. La heroína se empezó a utilizar como analgésico durante la Guerra de Secesión Americana. Se llamaba heroína porque se aplicaba a héroes heridos en combate, se pensaba que no creaba adicción y era un analgésico más fuerte; pero cuando terminó la guerra vinieron las terribles consecuencias”, detalló.
En comparación con lo que sucede en nuestro país, por ejemplo, las consecuencias son muy distintas sobre todo desde el plano delictivo: “los opiáceos producen mayormente sueño, por eso es difícil que la persona salga a delinquir. Pueden hacer algún acto delictivo para conseguir dinero y comprar la heroína, mientras que la cocaína por el contrario es un estimulante que da coraje para salir a delinquir”.
Si bien las políticas del gobierno nacional avanzan hacia el decomiso de drogas, como no se hacía en los años anteriores, López Mato destacó que es apenas una ínfima parte: “lo que se decomisa será el 10 o en el mejor de los casos el 15% de lo que está circulando. Así hacen la cuenta de cuanto dinero maneja el narcotráfico y se calcula que mueven entre 5 mil a 10 mil millones de dólares. Con ese dinero, se pueden comprar muchas voluntades”.

En ese sentido, la intervención del estado es un tema digno de ser analizado desde la óptica del oftalmólogo: “estoy muy atento al Uruguay y sus políticas de marihuana que no son drogas duras. El problema es que nadie tiene idea de lo que está circulando porque no está regulado. Hay una amplia gama de pureza del producto, la cocaína con más pureza tarda 20 años en deteriorar el cerebro, mientras que el paco en pocos meses afecta el tamaño del cerebro”, reiteró.
Lo que se hizo con la regulación uruguaya fue limitar la cantidad de sustancia alucinógena en el cannabis: “la marihuana tiene 402 componentes canabbinoides y sólo el TCH es alucinógeno. Hay partidas de marihuana que tienen 12% de TCH que es muchísimo o otras que tienen 1% que podría ser hasta de venta libre. En Uruguay hicieron tres concentraciones, 1, 2 y 4% por lo que el efecto psicoactivo está limitado. Después hay una serie de derivados cannabinoides que tienen efectos terapéuticos y en Argentina, por ejemplo, se empezó a utilizar para los casos de epilepsia”, advirtió sobre posibles efectos positivos en un futuro.
Desde el punto de vista económico, también puede ser un aporte para tener un mejor tratamiento de aquellos que caen en la adicción por parte del estado: “creo que la experiencia en Uruguay hay que seguirla de cerca. Lo que se hace es cortar la cadena del narcotráfico, parte del dinero pasa al estado y con ese dinero se puede trabajar sobre los adictos”, finalizó.