Rodríguez: “Si Argentina no hace un ajuste social y fiscal, no va para ningún lado”

“La situación fiscal es desesperante (…) no ha habido ningún cambio de la política económica de la última década”, alertó el economista y rector de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (UCEMA), Carlos Rodríguez, en una entrevista con ámbito.com. Además calificó de “atroces” los desequilibrios que “están generando el Banco Central, y la continuidad de la política de déficit fiscal, pero esta vez financiado con deuda externa”. “Van a explotar”, avisa.

Para el miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, “si Argentina no hace un ajuste social y fiscal, no va para ningún lado”, por lo que la situación luce muy complicada ya que, “después de octubre va a seguir la división en el Congreso y Cambiemos no va a poder llevar a cabo ningún tipo de reforma significativa”. Según Rodríguez, todo se dilucidará en el mejor de los casos en 2019, donde será clave “si gana un peronismo moderado o gana Cambiemos”.

Periodista: ¿Cree que si en octubre se repite el resultado de las PASO, el Gobierno tendrá margen para impulsar reformas estructurales?

Carlos Rodríguez: En las PASO hubo un espaldarazo al Gobierno pero no fue un respaldo popular. Hoy no hay encuesta que diga que la enorme mayoría de la población vota a Cambiemos. El pueblo no le dio una carta blanca para gobernar. Muchos de los que votan al oficialismo, solo lo hacen para que le saquen a Cristina de encima. La gente no le va a dar mayoría parlamentaria, porque Cambiemos no tiene proyecto; es una alianza entre un cierto sector industrialista-desarrollista, y un sector radical anti peronista. No sé qué tipo de proyecto sostenible puede llegar a salir de ahí. Después de octubre va a seguir la división en el Congreso y Cambiemos no va a poder llevar a cabo ningún tipo de reforma significativa. Y si Argentina no hace un ajuste social y fiscal, no va para ningún lado.

P.: Pero en el Gobierno se muestran optimistas sobre el futuro…

C.R.: Hay mucho exitismo electoral sobre que “vamos a crecer 20 años y que hemos puesto a la Argentina en un camino que jamás había estado en las últimas décadas”. Las dos aseveraciones no tienen fundamento. Al no tener mayoría parlamentaria, y al estar a un año y medio de la apertura de las elecciones presidenciales, vamos a seguir en campaña, es decir, más populismo y más gasto, más déficit y más deuda.

P.: ¿Cómo analiza la recuperación que está mostrando la economía?

C.R.: No veo ningún fundamento para que haya un crecimiento constante, porque no ha habido ningún cambio de la política económica de la última década. Coincido con (el economista José Luis) Espert de que este Gobierno es “kirchnerismo con buenos modales”. No cabe duda de que hay buenos modales, de que no hay acusaciones de robos grandilocuentes, pero esto no basta para gobernar un país que está en un profundo desequilibrio. Son más que atroces los desequilibrios que están generando el Banco Central, y la continuidad de la política de déficit fiscal, pero esta vez financiado con deuda externa. Van a explotar.

P.: ¿Cuándo cree que se puede dar esto?

C.R.: En el momento en que decidan no financiarnos más, pero poco a poco el costo financiero de ese endeudamiento permanente va a ir pudriendo todo el funcionamiento de la economía.

P.: O sea que Argentina depende de la coyuntura internacional…

C.R.: Sí, pero echarle la culpa al mundo de que no nos quieren prestar es muy fácil. El día que nadie nos quiera prestar, la culpa va a ser nuestra, el mundo no se conspira para no prestarnos. Nuestra prima de riesgo es 180 puntos básicos más alta que la Brasil, es más del doble que la de Uruguay, que está gobernado por los ex Tupamaros. El mundo nos cobra más caro porque nos portamos mal y no somos buenos deudores. Si Trump sube la tasa hasta 50 puntos básicos, no es nada comparado con nuestro problema. Ahora le estamos pidiendo prestado a Tierra del Fuego, estamos pasando la gorra por donde se pueda.

P.: ¿Cuán sostenible es el proceso de endeudamiento de no hacerse ningún ajuste?

C.R.: Depende de la política, de cuando decida a hacer un ajuste. En los últimos 20 años el gasto público respecto al PBI subió 20 puntos, de 27 pasó a 47 puntos.

P.: El Gobierno dice que está recortando algunos puntos del gasto total…

C.R.: Yo no lo veo. Recorta alguna cosita por acá y después se gasta un montón por allá. Hay tantos números de gasto que no me atrevo a poner uno. Salvo los economistas que tienen contratos con el Estado, todos los que no estamos afiliados a partidos políticos y somos profesionales, coincidimos en que la situación fiscal es desesperante. Ya van dos años de campaña electoral para que sigamos con una situación indefinida y continuemos con dos años más de campaña.

P.: Según su mirada, la situación no cambiará hasta 2019, ¿cómo encontraremos una salida a la actual coyuntura?

C.R.: La respuesta la tendremos en 2019 si gana un peronismo moderado o gana Cambiemos. Y en este último caso si la oposición va a ser colaborativa o confrontativa. Lo mejor que le podría pasar al país, ya sea como gobierno u oposición, es que venga un peronismo moderado a partir de 2019, y que apoye un ajuste fiscal con el foco en la reducción en el gasto, y no en poner más impuestos.

P.: ¿Le preocupa que el stock de Lebac ya supere el billón de pesos, o es manejable?

C.R.: Es absurdo, las Lebac nunca tendrían que haber existido. Utilizar la tasa de interés como instrumento para controlar la inflación no sirvió, estamos con la misma inflación que nos dejó Kicillof, pero con un 1 billón de pesos de deuda en Lebac. Y con el agravante de que las reservas del BCRA tienen muchos reclamantes. Contra esas reservas también están los depósitos en dólares de la gente en los bancos y también está la base monetaria. Supongo que los depósitos en dólares que están encajados en el BCRA los cuentan como reservas, pero en realidad son míos y no están para respaldar las Lebac.

P.: ¿No concuerda con el esquema de metas para reducir la inflación?

C.R.: El sistema de “Inflation Targeting” está bien. Lo que está mal es endeudar al BCRA hasta la coronilla tratando de controlar la tasa. Hace dos años que están con esta tasa y no la pueden bajar, están presos del mercado. Y donde tratan de bajarla un poquito se les escapa el dólar. Están igual que como estaba Machinea (presidente del BCRA entre 1986 y 1989) con las letras telefónicas, algo similar a las Lebac, a fines de los ’80. Que le pregunten cómo salimos de esto en aquella época. La historia vuelve a repetirse lamentablemente.

P.: ¿Cree que la situación actual puede desembocar en algo similar a lo que ocurrió a fines de los ’80?

C.R.: No, porque en los ’80 el Gobierno no tenía acceso al financiamiento externo, entonces no había más remedio que darle a la maquinita. Además, las letras de aquella época eran a 24 horas, en cambo ahora son a 28 días para el plazo más corto.

P.: ¿Cómo ve la evolución del dólar durante los próximos meses?

C.R.: Como se endeudan afuera y venden las divisas en el mercado, el dólar tenderá a la baja. Pero con el miedo preelectoral, es probable que el “carry trade” no funcione tan aceitadamente ya que la gente empieza a comprar y puede subir el precio. Pero a la larga sigue la bicicleta financiera.