La condena por violencia de doméstica de Devin Kelley no fue informada al NCIC, que los vendedores de armas utilizan para revisar los antecedentes de los compradores. El antecedente le hubiera impedido adquirirlas.
La Fuerza Aérea reconoció este lunes que no ingresó la condena por violencia doméstica de Devin Kelley al Centro Nacional de Información Criminal (NCIC), la base de datos del Gobierno de Estados Unidos que utilizan los vendedores de armas autorizados para revisar los antecedentes de sus compradores.
La cadena minorista de artículos deportivos donde el exmilitar compró las armas informó que el hombre pasó las revisiones de antecedentes en 2016 y 2017.
Tras matar a 27 personas en la First Baptist Church (Primera Iglesia Bautista), Kelley fue hallado muerto, aparentemente por heridas de disparos, luego de un intento fallido por escapar.
Al salir de la iglesia, el homicida fue enfrentado por un residente del área que le disparó y lo hirió tres veces. Kelley luego huyó en un vehículo utilitario deportivo, en tanto, el residente detuvo a un conductor que pasaba por el lugar. Ambos hombres persiguieron al sospechoso, dijeron las autoridades.
El agresor llamó a su padre durante la persecución para decirle que había sido herido y que probablemente no sobreviviría, dijeron funcionarios. Posteriormente chocó su vehículo, se disparó y murió, agregaron. No estaba claro qué herida provocó su muerte, agregaron las autoridades.
Aparentemente, los problemas familiares fueron un factor en la matanza del domingo. Kelley estuvo involucrado en una disputa doméstica con la familia de Danielle Shields, una mujer con la que se casó en 2014, y la situación recrudeció, según funcionarios y registros públicos.
“Había una situación doméstica entre la familia y los suegros”, informó el portavoz del Departamento de Seguridad Pública, Freeman Martin. Y agregó: “La suegra asistía a la iglesia. Ella había recibido mensajes amenazantes de él”.
El alguacil del condado Wilson, Joe Tackitt, dijo que no había miembros de la familia en la iglesia durante el ataque de Kelley.
Los muertos durante la masacre del domingo tenían entre 18 meses y 77 años. Diez de los heridos permanecían hasta el momento en estado crítico.