Con la reconfiguración del panorama político, habrá intensas negociaciones hasta el 17 de diciembre. Sánchez del Frente Amplio y el pinochetista Kast serán clave.
El candidato de la coalición derechista Chile Vamos Sebastián Piñera lideraba anoche la elección para suceder a la socialista Michelle Bachelet en la presidencia chilena, con el 36,67% .
Sin embargo, obtuvo mucho menos del 50% más uno necesario a fin de eludir la segunda vuelta que tendrá que disputar el 17 de diciembre con el candidato oficialista Alejandro Guillier.
Con el 81,75% de las mesas escrutadas, la noticia inesperada fue el resultado obtenido por la candidata Beatriz Sánchez, del Frente Amplio (izquierda radical), que se encaramó con el 20,34% a la tercera posición a sólo dos puntos de Guillier, el aspirante de Nueva Mayoría, que obtenía el 22,64%.
No fue la única sorpresa: el independiente José Antonio Kast, que reivindica el legado de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y al que los sondeos previos daban un 3% de los votos, obtuvo el 7,88%.
La candidata de la Democracia Cristiana Carolina Goic reunía el 5,91% y Marcos Enríquez-Ominami (izquierda), el 5,68% de los votos.Este resultado “reconfigura completamente el paisaje político chileno”, dijo René Jara, analista de la Universidad de Santiago. La votación lograda por Sánchez, la candidata del equivalente al Podemos español, le dan un “poder negociador muy fuerte para la segunda vuelta”, evaluó el analista. Aunque hasta ahora se habían mostrado reticentes para dar su apoyo a Guillier, “están obligados a hacerlo porque si no serán los responsables de una vuelta de Piñera” al poder.
Unos 14,3 millones de ciudadanos estaban citados a las urnas para votar en unos comicios en los que los otros protagonistas de la jornada fueron las encuestas, que se equivocaron totalmente, pues daban a Piñera proyecciones muy superiores y a Sánchez muy por debajo de los resultados obtenidos.
Ocho candidatos presidenciales, de ellos seis de centroizquierda, aspiraban a suceder a Bachelet a partir del 11 de marzo próximo en La Moneda.
Para el analista Kenneth Bunker, “la derecha llega débil a la segunda vuelta. Ahora todo se trata de negociaciones entre Guillier, el Frente Amplio y Marcos Henríquez-Ominami”.
Para estos comicios se había previsto muy baja participación del electorado.
Aunque al cierre de esta edición no había datos sobre la participación, algunos medios adelantaron que se habría situado en 43-44%, lo que explicaría las sorpresas que han deparado las urnas en un país que dentro de América Latina destaca por la abstención electoral. En este sentido, se sucedieron los llamados a acudir a las urnas, empezando por el de la presidenta. “Es importante que la gente asista (a votar), que ejerza su derecho ciudadano y que vote por quien sienta que representa lo que ellos quieren para Chile”, había dicho Bachelet.