Así comentó su experiencia en la 99.9 el cerrajero rosarino aficionado a la astronomía, Victor Buso, luego de encontrar el nacimiento de una Supernova por primera vez en la historia: “hay lugares que destinan millones de dólares para encontrar un evento así y a mi me tocó hacerlo desde mi casa”, dijo.
A Victor Buso le cambió la vida un descubrimiento que realizó de casualidad, pero que nunca antes en la historia de la humanidad, se había podido registrar. La explosión de una estrella, el nacimiento de una Supernova lo llevó a la tapa de la prestigiosa revista Nature y desde entonces, no para de sonar su teléfono.
De todas maneras, paciente y queriendo cumplir con todos, habló a través de la 99.9 en medio de sus maratónicas jornadas que incluyen además reuniones con funcionarios que quieren conocerlo por su extraordinario descubrimiento: “estoy totalmente contento, ha sido mucha la demanda. Llegó un momento donde no podía hablar ya, balbuceaba”, dijo sobre las jornadas donde agotaba la batería de su teléfono celular.
Su descubrimiento, ya es patrimonio nacional a punto tal que se la denomina la “Supernova Argentina”: “es un logro de nuestro país, tanto lo que yo hice como quienes hicieron luego la investigación del Laboratorio de Astrofísica en el Observatorio de La Plata y Mariana Orellana de la Universidad del Sur que hizo toda la parte de energía”, destacó sobre la tarea de todos aquellos que hicieron el trabajo posterior a su descubrimiento. “Argentina ahora con escasos elementos ha podido hacer un trabajo único que en la humanidad no se había logrado. La importancia que le han dado afuera a esta observación es extraordinaria”.
Para tratar de explicar lo excepcional de su hallazgo, Buso puso en cifras lo que ha sucedido para que literalmente “tropezara” con un descubrimiento histórico: “esa galaxia está a 70 millones de años, la luz de esa explosión viajó todo ese tiempo. Los dinosaurios andaban por donde estamos nosotros en ese entonces. Después de eso vino el fin del mundo para los dinosaurios, nacieron nuevas especies y nació el hombre primitivo. Es absolutamente mágico y por eso la alegría de tanta gente”, ejemplificó.
Tener un telescopio en su propia casa siempre fue un anhelo personal de este cerrajero que lleva la astronomía en la sangre desde muy chico. La historia del diseño es realmente particular: “el telescopio lo compré por piezas y lo armé a mi forma. Una pieza la fabriqué yo, otra es una montura que aguanta hasta 50 kilos y otro telescopio del que utilicé el tubo. Lo pude comprar cuando vendí un terreno que tenía en desuso, lo había comprado mi padre, lo puso a mi nombre y quería que construya mi casa ahí. Con los años compré una casa más céntrica y se lo vendí a un vecino de la zona que lo quería. Con ese dinero, decidí hacer un observatorio en mi casa. Toda mi vida me la pasé construyendo telescopios”, destacó.
Su hallazgo ha sido una mezcla de sucesos que se dieron paralelamente y parecía signado por el destino que fuera Víctor quien estaba delante del telescopio en ese momento: “hay lugares que destinan millones de dólares para encontrar un evento así y a mi me tocó hacerlo desde mi casa. Hace 10 años uno podía tener el dinero pero no existían este tipo de elementos que hoy tenemos”; dijo acentuando más una histórica casualidad que coloca su nombre en un lugar de privilegio en la astronomía mundial.