Siete muertos en un motín en una cárcel de México

Seis de las víctimas son policías que murieron por asfixia. Los presos se oponían a ser trasladados a otro penal.

Siete personas, entre ellas seis policías y una víctima aún sin identificar, murieron este domingo cuando intentaron controlar un motín en una cárcel del estado de Veracruz, en el este de México, informaron autoridades.
Los agentes fallecieron por asfixia después de que algunos internos prendieron fuego a colchones para evitar el traslado de unos reos a otra prisión.
Aunque en primera instancia las autoridades dijeron que las siete víctimas eran policías, el gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes aclaró que uno de ellos estaba todavía sin identificar.
Yunes explicó que cuatro presos de “alta peligrosidad” lideraban una red criminal en el interior del penal de La Toma, una prisión del municipio de Amatlán de los Reyes, en la sierra veracruzana, por lo que las autoridades habían decidido hacer un traslado a una cárcel federal de máxima seguridad.
El gobernador no dijo a qué grupo pertenecían, pero esa zona es dominada desde hace tiempo por el Cartel de Los Zetas.
Una vez que los policías locales y estatales acudieron a la prisión para realizar el traslado, aparentemente fueron emboscados por internos que se habrían apoderado de algunas herramientas de carpintería y prendieron fuego a colchones.
“Los seis elementos policíacos fueron agredidos y encerrados en un espacio sin salida”, señaló Yunes. “Los internos prendieron fuego y provocaron que, con el humo, se intoxicaran y perdieran la vida los seis policías”.
El séptimo fallecido no llevaba uniforme por lo que se investiga si era un interno o un guardia, agregó el funcionario.
Además, siete presos resultaron heridos, dos de ellos de gravedad, y 15 policías fueron hospitalizados, uno de ellos con lesiones graves, según el recuento oficial.
En las afueras del penal, los familiares de los presos exigían a gritos información de los internos, especialmente una vez que se divulgaron en redes sociales fotografías en las que se veía a muchos de los internos en el suelo, aparentemente golpeados.
La situación se tranquilizó horas después, cuando el secretario de Seguridad Jaime Téllez se presentó con una lista firmada por alrededor de 400 presos y mensajes manuscritos de los internos a sus seres queridos.
Los motines son relativamente habituales en las cárceles mexicanas, en donde se juntan la sobrepoblación con numerosos casos de autogobierno de los internos que proliferan gracias a la corrupción y las amenazas.
En octubre pasado, 16 presos murieron durante un motín en una cárcel del estado de Nuevo León, en el norte del país, y en febrero de 2016 otros 49 internos fallecieron también en ese estado durante una disputa entre presos de distintas facciones de Los Zetas.