En el vestuario principal de Roland Garros hay robos. Parece inverosímil, pero es real. Durante la actual edición del Abierto de Francia se produjeron varios hurtos donde se cambian, se duchan y se distienden los tenistas más importantes del mundo.
Lo más alarmante es que no es la primera vez que sucede algo así en el tour y en París se dispararon varias sospechas: algunas le apuntan directamente a un extenista francés que los propios protagonistas mencionan por lo bajo y que todavía no se atreven a acusarlo ya que no tienen pruebas fehacientes. Esta temporada, algunos robos fueron denunciados y otros no. Uno de los protagonistas más afectados fue Franco Davin , el entrenador argentino del italiano Fabio Fognini y excoach de Juan Martín del Potro y Gastón Gaudio. Al pehuajense le sustrajeron del propio vestuario principal su bolso completo, con dinero, el pasaporte argentino, la Green Card (Davin está radicado en Miami) y ropa deportiva.
El hecho se produjo el último martes 29 de mayo, durante la tercera jornada de Roland Garros, entre las 14.30 y las 16.30 de París, mientras Fognini jugaba en el court 7 contra el español Pablo Andújar (el italiano ganaría 6-4, 6-2 y 6-1). Davin, como suele hacer habitualmente, dejó el bolso con sus pertenencias en el vestuario para ir a ver el partido de su pupilo. “Ahí nos conocemos todos. Era una locura pensar que algo así podía pasar”, le confiesa Davin a LA NACION, indignado. De casualidad, el entrenador salvó el teléfono celular porque no lo guardó en el bolso, algo que también acostumbra hacer. Cuando regresó de ver triunfar a Fognini, el bolso ya no estaba en el lugar donde lo había dejado. De color negro y con el logo blanco de la firma que lo auspicia, lo había acomodado muy cerca del armario de Rafael Nadal, que tampoco estuvo en el vestuario durante ese período de tiempo señalado ya que tuvo que completar su partido ante Simone Bolelli que la lluvia había interrumpido el día anterior.
En el interior del vestuario no hay cámaras de seguridad, pero sí en los sectores contiguos al vestidor y, luego de insistir bastante, el entrenador argentino logró que le mostraran las imágenes. Allí, en la sala donde se opera el sistema cerrado de vigilancia, la cámara del “Vestiaires Joueurs 1 (Vestuario de Jugadores 1)” mostró cómo una persona salió del vestuario con un bolso idéntico al suyo en el momento en el que él se encontraba en la cancha 7.
El hombre en cuestión, seguramente conociendo la posición de una de las cámaras de seguridad de esa zona, salió caminando con el rostro dirigido hacia el costado izquierdo, donde el domo no lo podía tomar. “Me dijeron que nadie lo conocía. Les pedí que estudiaran las otras cámaras como para que siguieran su trayecto, ¡y no lo hicieron! Se sospecha que ese es el ladrón, porque nadie pudo decirme quién era. Además, nosotros andamos vestidos con la marca de la raqueta o de la ropa que nos auspicia, no hay mucho misterio, y esta persona tenía ropa de cualquier otra marca. El robo fue estudiado. Pero nadie se hace cargo”, sentenció Davin, en comunicación telefónica con LA NACION desde París. Y añadió: “En este torneo se ve más seguridad que en ningún otro. Te revisan los bolsos antes de entrar en el vestuario, te piden la acreditación. Hay tipos con ametralladoras afuera. Parece como cuando fuimos a los Juegos Olímpicos de Londres. ¿Y sin embargo no pueden agarrar a un tipo que robó en el vestuario? Increíble. En realidad, te hacen creer que hay seguridad.”. Duglas Cordero, preparador físico de Fognini, habló con los empleados de la lavandería que suelen estar en el vestuario principal y tampoco obtuvo datos que los ayudaran a conocer la verdad.
Advertidos de lo que le había sucedido al coach argentino, varios jugadores se solidarizaron con él y, molestos, se interesaron por saber qué ocurría día tras día. “En el vestuario hubo mucha preocupación. Rafa (Nadal), Goffin, Gasquet, Thiem, Juan (Del Potro) me preguntaban cada vez que me veían y no lo podían creer. Djokovic, igual. A partir de ahí anduvieron todos sin soltar los bolsos. Es un papelón”, afirmó Davin, ganador de dos Grand Slam como coach (Roland Garros 2004 con Gaudio y el US Open 2009 con Del Potro).
Para poder estar en condiciones legales de regresar a Miami, Davin debió asesorarse por un abogado y realizar engorrosas diligencias para que, en París, le sustituyeran los documentos robados. Además, Fognini tuvo que solicitarle a la organización de Roland Garros un adelanto del premio económico para dárselo al coach. Denunciado el robo el martes 29, Davin recibió tres días después la tarjeta de crédito estadounidense, requisito excluyente para poder abonar el trámite de la Green Card en la embajada de su actual país de residencia. En la Embajada de la Argentina en Francia, asimismo, le repusieron el pasaporte el mismo día. Y todo ello mientras Fognini se entrenaba y competía en París (el italiano tuvo una destacada actuación y cayó en los octavos de final con Marin Cilic).
Los abogados de Roland Garros le pidieron a Davin que les entregara una cifra económica para saldar, de cierta manera, el daño hecho. El entrenador les dio un número aproximado, pero luego desistió. Mientras tanto, su enojo se fue incrementando a medida que a sus oídos llegaron rumores sobre un exjugador francés que habría hecho la logística de varios robos y que, de cierta manera, todavía es protegido. “No me importa la plata -dijo Davin. Me duele el trato recibido desde el primer momento hasta el último. Les dije a las autoridades que en cualquier otro torneo me hubieran tratado mejor. Vengo desde hace 35 años a este torneo y no quiero que le vuelva a pasar a nadie más. Encima, me cuestionaron por qué había dejado el bolso afuera del locker, cuando en realidad es lo que hacemos siempre, ya que no hay tantos armarios y nos conocemos todos. Para robar adentro del vestuario tenés que ser muy corajudo o haber estudiado muy bien la situación antes de hacerlo. Algunos me dicen que quizás el ladrón creyó que el bolso era de Nadal, ya que era de la misma marca que auspicia a Rafa y estaba al lado de su lugar. No sé”. En 2012, Nadal recuperó un reloj valuado en 300.000 euros que le habían robado en París, pero en el hotel donde se alojaba.
Davin no fue el único afectado esta temporada en el Bois de Boulogne. A Guido Pella le robaron dinero y una billetera especial de una marca muy costosa que Roland Garros les obsequia a los jugadores del cuadro principal. Lo aun más inquietante fue que al bahiense le robaron luego de abrirle el armario, también en el vestuario principal. Los lockers son de madera y tienen candados con combinación numérica (la clave la suministran los encargados del mostrador de ayuda en el vestuario). Pella se quejó ante la organización, pero no obtuvo respuestas. El año pasado, también en el Abierto francés, les robaron pertenencias al español Marcel Granollers y al brasileño Bruno Soares. El mes pasado, en el Masters 1000 de Madrid, a Fognini le sustrajeron dinero y el italiano lo hizo público en su cuenta de la red social Instagram.
Lo extraño y preocupante de cada situación es que los robos se produjeron en sitios donde el acceso es, en teoría, controlado y sumamente limitado para los jugadores y los colaboradores más cercanos. Es evidente que algo está fallando.