El Máximo Tribunal decidió archivar el recurso a través del cual se reclamaba su liberación para competir en las elecciones.
La situación judicial del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se complicó, ya que la Corte Suprema rechazó un pedido de su defensa y, por lo tanto, deberá continuar detenido.
Los abogados del ex mandatario habían reclamo la suspensión de la condena y la libertad condicional, pero el Máximo Tribunal decidió archivar el recurso, cancelando de esa manera la audiencia prevista para el próximo martes.
La decisión de no analizar la petición de los abogados de Lula, que purga desde el 7 de abril una condena de 12 años de prisión por corrupción, fue anunciada por el magistrado Edson Fachin, instructor del caso en el Supremo Tribunal Federal (STF).
El magistrado decidió que la petición sea archivada luego de que el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, la corte de segunda instancia que condenó a Lula, rechazara la petición que había hecho la defensa para que el caso pudiese ser examinado por el Supremo ante su posible inconstitucionalidad.
Lula fue condenado el año pasado a 9 años y 6 meses de prisión por un juez de primera instancia, que le halló de culpable de beneficiarse de las corruptelas en la petrolera estatal Petrobras, pero esa pena fue ratificada y ampliada hasta los 12 años y 1 mes por un tribunal de apelación.
El mismo tribunal determinó su ingreso inmediato en prisión una vez que se habían agotado todos los recursos posibles en segunda instancia, de acuerdo a la jurisprudencia de la Corte Suprema.
En el nuevo recurso, la defensa reclamaba una definición urgente debido a que el ex mandatario aspira a disputar las elecciones presidenciales de octubre próximo y a que, el encarcelamiento, le priva de sus derechos políticos.
Desde su ingreso en prisión, el pasado 7 de abril, la defensa del antiguo dirigente sindical ha intentado sin éxito múltiples recursos en el Tribunal Superior de Justicia (STJ) y la Corte Suprema para sacarlo de la celda de la sede policial en la sureña ciudad de Curitiba en la que cumple la condena.