La técnica es capaz de aumentar la capacidad de cálculo y las habilidades aritméticas durante seis meses.
Científicos de la Universidad de Oxford creen haber encontrado la solución para quienes tengan problemas con las matemáticas. El método no tiene nada que ver con la terapia de electroshock de otros tiempos. Se basa en la aplicación de un ruido eléctrico muy suave sobre regiones específicas de la corteza cerebral. No es una técnica invasiva ni produce dolor. Además, va acompañada de un entrenamiento cognitivo que mejora la velocidad de cálculo y el aprendizaje aritmético durante al menos seis meses, ya que las áreas estimuladas incrementan su eficiencia a la hora de consumir oxígeno y nutrientes.
Si bien los expertos no han detectado ningún tipo de efecto secundario, no pueden asegurar al 100% que no vayan a presentarse.